Los pasillos de la Universidad se encontraban abarrotados de alumnos tal y como ocurría en cada receso entre clases. Clara, mi compañera y amiga de Calculo II caminaba a mi lado y me hablaba sobre la fiesta que se organizaría esa misma noche en casa de Jenn, una de las chicas que cursaba tercer año en la misma carrera de nosotras, y a la cual estábamos invitadas. La verdad es que me alegraba de tener planes para la noche, desde hace ya mucho tiempo había dejado de asistir a fiestas o bares y comenzaba a extrañar salir con mis amigos. Supongo que me paso tanto tiempo con la cabeza en el tema de Ethan que olvide un poco de que yo aún seguía viva.
—Paso por ti a las nueve ¿De acuerdo? — Dijo mi amiga y yo asentí con un movimiento de cabeza. Apretó mi hombro cariñosamente y luego se alejó de allí en busca de Jack. Compañero nuestro también y amigo.
Apuré mi paso para poder llegar a tiempo a la oficina de Max donde ese mismo día comenzaba a trabajar como secretaria. El lugar se hallaba a unas cuantas manzanas de mi Universidad y tenía un margen de cuarenta minutos. El tiempo estaba perfecto.
Hice una parada en un Starbucks que cruce pocas cuadras antes de llegar a mi destino y me metí en el baño. Saqué de mi bolso la ropa que me pondría para trabajar, ya que no podía aparecerme allí vistiendo mis Jeans desgastados y una camiseta de una de las bandas favoritas de Eth y me dispuse a vestirme. Había escogido una pollera tubo en color negra con una camisa manga corta blanca y zapatos de taco negro. Hacía frío de modo que me coloqué un saco negro y concluí con mi vestuario. Mi cabello lo ajusté en un moño y luego de meter la otra ropa en el bolso, partí de ahí.
Al llegar al edificio me quede impactada. Era una gran construcción con puertas y paredes de vidrio. Una pequeña escalinata te llevaba a la parte de la recepción, donde supuse era mi puesto de trabajo. La gente enfundada en sus trajes de vestir entraban y salían de MaxCorporation. Me felicité internamente por haber escogido la ropa que llevaba puesta, al menos no sentía que desencajaba allí. Me dirigí hacia el mostrador donde una bonita morena me recibió con una amable sonrisa.
— ¿En qué puedo ayudarla? Mi nombre es Gabrielle.
—Buenas tardes, vengo a hablar con Max Holland ¿Se encuentra él aquí? — Dije mirando a mí alrededor buscándolo con la mirada.
— ¿Es usted Annabelle Parks? — Preguntó ella dirigiendo sus ojos a una libreta que se encontraba en su escritorio.
—Sí, soy yo— Respondí con seguridad.
—Oh, bienvenida Annabelle. El señor Holland ha tenido que salir de improviso pero me advirtió de tu llegaba y dijo que trabajaríamos juntas— Gabrielle tendió su mano y yo la tomé en un amigable saludo.
A decir verdad el día en la oficina había resultado más agradable de lo que yo creí. Gabrielle era una chica encantadora y se notaba el esfuerzo que hacía por explicarme las cosas que yo no lograba comprender con facilidad. De modo que estaba mucho más relajada de lo que me encontraba esa misma mañana.
Volví a mi departamento a las cinco de la tarde, así que tenía tiempo de sobra para prepararme para la fiesta de esa misma noche. Era viernes y estaba seguro de que esa fiesta podría despejarme un poco.
No tendría que pensar en que ponerme porque aún conservaba el regalo que mi padre me había hecho hace pocas semanas. Es decir, no me lo dio él personalmente, lo mandó por encomienda desde Europa pero en fin, era un regalo y era perfecto para esa noche. Supongo que la novia de mi padre tiene buen gusto.
En cuanto abrí la puerta de mi departamento escuché el teléfono sonar. No mi celular, el teléfono fijo. Corrí a contestar, ya que muy pocas personas tenían aquel número y si no era de alguna Universidad era mi padre. Levanté el auricular hacia mi oreja y antes de que pudiera decir siquiera “hola”, la voz ronca de un hombre comenzó a hablar.
" Escucha muy bien lo que voy a decirte Annabelle. Por tu bien te recomiendo que pares con esa estúpida búsqueda del asesino de tu novio. No me obligues a tener que tomar medidas extremas como tuve que hacerlo con tu compañero. Detente ahora o luego no llores. Por cierto, que lindas piernas tiene señorita Parks."
ESTÁS LEYENDO
Trouble
RomanceEthan era todo lo que Annabelle creía amar. Ambos eran inseparables. De eso, hasta que Ethan muere por un disparo en el pecho. Las causas eran desconocidas, el asesino había escapado sin dejar ninguna pista. Annabelle todo lo que tenía era un corazó...