De acuerdo, aquella llamada había sido de lo más espeluznante y raro del mundo. Me gustaría decir que reconocí la voz de quién me hablo dejando una clara advertencia, pero no fue así. No había oído esa voz jamás en mi vida y si soy sincera estaba bastante nerviosa. ¿De qué iba aquello? ¿Qué quería decir con medidas extremas?
No lo dudé ni un minuto y marqué el número de Clara. Ella contestó al segundo tono.
—Hey mona ¿No llamas para cancelarme verdad?
—Clara ¿Puede venir a mi departamento? Por favor, es urgente— Contesté decir con la respiración agitada. Podía sentir como mi corazón latía frenéticamente contra mi pecho. Necesitaba estar con alguien y ella era una de las pocas personas en las cuales confiaba.
—Por supuesto, Anna. Estaré allá en quince minutos— Y sin decir más nada colgó.
Quince minutos se sentía como tres horas para mí en ese momento.
Comencé a caminar por todo mi apartamento registrando que nadie hubiera entrado, alguna señal de que habían forzado alguna de las ventanas o la puerta, pero no había nada. ¿Cómo demonios había conseguido mi número de teléfono? Y sobre todo ¿Quién diablos había sido? Por Dios. Que alguien me ayude a tener fuerzas para no abandonar esta lucha. Pero aquella llamada poco había influenciado en calmar mis ansias de encontrar al asesino de Ethan. Por el contrario. Si alguien llamaba y se tomaba el trabajo de amenazarme era porque había algo grande detrás de todo eso y no estaba dispuesta a abandonarlo. No iba a parar hasta descubrir quien había acabado con su vida.
Clara llegó más rápido de lo que esperaba, supongo que estaba tan absorta en todas las teorías que mi mente había comenzado a imaginar que no me di cuenta del tiempo. No tuve que mirar por la mirilla ni nada antes de abrir ya que sus golpes fueron dos seguidos y luego uno. Ella siempre tocaba así cuando venía a casa. Abrí la puerta rápidamente y sujetándola del codo la hice entrar de inmediato cerrando la puerta detrás de nosotras.
— ¿Qué sucede, Anna? Me estas asustando— Dijo ella mirándome con un poco de miedo y también curiosidad. — ¿Qué está mal? — Le hice una seña con la mano para que me siguiera al sillón y luego de depositar su enorme bolso sobre la mesa, se sentó a mi lado. Mis manos temblaban y traté de frenar ese movimiento involuntario frotándolas contra la suave tela de mi falda. —Anna, estás hecho un manojo de nervios ¿Puedes decirme que sucede? Por favor.
—Han llamado para amenazarme. Supongo que me quieren matar o algo parecido— Solté finalmente y ella me miró con los ojos casi salido de sus orbitas —Me dijeron que dejara de buscar al asesino de Ethan o tendrían que ocuparse de mí, o algo así. No lo sé, no recuerdo con exactitud todas las palabras.
— ¡¿Qué?! Annabelle, por Dios, hay que ir con la policía— Se levantó de un salto del sillón y me miro con horror.
—No lo sé, Clara. No creo que la policía pueda hacer mucho en esto. Me llamaron al teléfono fijo y ni siquiera tú tienes ese número. Es demasiado extraño.
—Anna, vayamos a casa, por favor. Vas a estar más segura allí ¿Qué te parece?
Asentí con la cabeza. No iba a declinar esa propuesta ya que yo misma estaba aterrorizada de permanecer sola en mi departamento. Al menos esa noche.
—Pero Clara, antes una cosa— Ella me miró con atención —No faltaremos a esa fiesta. No dejaré que un jodido bastardo con la mente retorcida arruine nuestros planes.
Y eso fue todo lo que tuve que decir para recibir una sonrisa tranquilizadora de mi amiga. Supongo que Clara estaba pensando que iba a perder la cabeza o rompería en llanto. Pero no. Ya había pasado por mucho y estábamos bastante cerca de descubrir la verdad para que ocurra algo así. Esa noche iba a salir, iba a beber, despejarme y al día siguiente llamaría al detective Carter para continuar la búsqueda.
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Trouble
RomanceEthan era todo lo que Annabelle creía amar. Ambos eran inseparables. De eso, hasta que Ethan muere por un disparo en el pecho. Las causas eran desconocidas, el asesino había escapado sin dejar ninguna pista. Annabelle todo lo que tenía era un corazó...