Estás condenado a nesecitarla

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-¿Habla enserio?- sonreí.
-Sí- sonrió tambien.
-¿Qué hora es?- me levanté del suelo. Él miró su reloj, un Armani Ar2022 Negro. Mi mamá siempre me decía que se conoce la clase de hombre por su reloj y sus zapatos, al recordar eso inmediatamente miré sus zapatos. Armani Loafers azul oscuro.
-Nueve y veintisiete ¿Por qué?- sonreí con la mirada a su calzado.
-¿Combina la marca de su reloj con su calzado?- señalé sus pies. Él alzó mi rostro y amplió su sonrisa.
-No, es puro coincidencia. Pero he visto que usas lencería Vagin Pouvior.
-No se pierde los detalles...Bueno, jamás había hecho esto pero-suspiré-...¿Quiere salir conmigo?- Él alzó sus cejar sorprendido.
-¿Me estás invitando a una cita?- me miró divertido.
-Si ¿Hay algo de malo?
-¿Ahora?- asentí- Tengo tres niños a mi cargo, no puedo dejar a dos de ellos por salir con una.
-No se darán cuenta, no se despiertan en toda la noche. Diga que sí- hice un puchero. Él se acercó a mí y mordió mi labio hasta soltarlo.
-Eres una niña muy mala- me tomó de la cintura y me aferró a su cuerpo con fuerza- Ve a cambiarte...y a dormir- me guiñó un ojo, suficiente para saber que había aceptado mi invitación. Toque la puerta de Edward y él abrió topless.
-¿Qué pasa? ¿Vienes a pedirme condones?
-No, idiota- entré empujándolo-...Tú me llamaste.
-Ah si, es que...- la puerta comenzó a ser golpeada brutalmente.
-¡¡Edward!!- gritaba Danielle, la bilis se me derramó. Edward me miró alarmado- ¡Ábreme, maldita sea!- golpeaba como loca.
-¡Ábrele, descendiente de un orgasmo mediocre!- lo empujé.
-Abre tú- tomó una almohada y se cubrió la cara ¿Qué le había hecho este cabrón a Danielle? Abrí la puerta y entró Danielle lanzando las mil furias.
-¡Edward! ¿Dónde estás, pendejo?- traía una azote ¿De dónde sacó eso?- ¡Sal, ahora mismo!- dio un azote en la cama.
-Óyeme ¿Qué te pasa?- la empujé.
-¡Tú no te metas! Esto es entre Edward y yo- gritaba, estaba realmente furiosa.
-¡Soy su hermana, y que te le hayas resbalado por el velocirraptor no quiere decir que desaparezco de su vida! ¡No eres su dueña!
-¿El qué? No me vengas con tus inventos, no estoy de humor, Jane- Edward se asomó de la puerta del baño- ¡Ahí estás!- corrió hacia él, justo cerró la puerta- ¡Sal ya mismo!- dio un golpe en la puerta.
-Enserio, perdón, sólo quería saber- decía Edward temeroso.
-¡Que coños pasa aquí!- demandé.
-¡Edward, dime donde está!- Danielle comenzó a vaciar todas las gavetas- ¡Donde está, maldita sea!
-¿Dónde está qué?- pregunté desesperada.
-¡Esto!- sacó de debajo de la cama un hilo rojo.
-Es tuyo ¿Qué tiene?- pregunté.
-Revísalo- me lo lanzó. Lo tomé y lo exploré, estaba lleno de fluido vaginales- ¡Que asco!- lo lancé al piso- ¿Para qué quieres esto?
-Edward quiere hacer un experimento idiota. Quiere juntar mis fluidos con su semen en un frasco y ponerlo en la calefacción a ver si sale un bebé- rodó sus ojos. Yo lancé una carcajada.
-Es la mierda más ridícula que he escuchado. Tal vez te salga un mutante o un clon de Caryol- reí. Cameron cerró la puerta por fuera.
-¿Por qué la cierra?- preguntó Danielle.
-Porque ustedes dos van a reconciliarse- escuché el cerrojo de ambas puertas. Edward seguía encerrado en el baño.
-Edward, sácame de aquí- dije entre dientes.
-¡No! No hasta que oiga un orgasmo lésbico.
-Esto es ridículo, Edward. Primero lo de las malditas bragas y ahora esto- se sentó Danielle en la cama. Edward no contestó. Me pegué a la puerta y escuché la respiración de Cameron, Danielle se pegó a la puerta del baño.
-No puedo creer que sea partidario de esto- susurré.
-Tu hermano me pidió ayuda, me lo contó todo, no lo hagas más difícil- dijo Cameron a través de la puerta.
-Sácame ahora o le juro que le muerdo las bolas en el próximo faje- lo amenacé. Miré que Danielle también susurraba con Edward.
-Apresúrate o no nos dará tiempo de salir- me advirtió.
-No lo haré- me negué.
-¡Jane! ¿Recuerdas la vez que Danielle te ayudó a meterle la cabeza en el inodoro a Jadesy?
-¿A quién?- dijo Cameron asustado. Recuerdo esa vez, fue muy gracioso, aunque Jade casi nos mata ese día.
-Y Danielle...¿Recuerdas cuando Jane te defendió de Leah en el internado y la mandó al hospital?
-Sí, lo recuerdo- dijo cabizbaja.
-Ustedes han sido amigas desde que nacieron. Quiero que volvamos a ser los tres, así sea para incendiar o dejarnos mangonear por Jane, tal vez nuestra amistad sea rara e inusual, pero es muy valiosa para mí. No quiero perderla ¿Ustedes quieren?
-No- me miró Danielle.
-Yo tampoco- me levanté del suelo y me paré frente a Danielle. Sólo porque necesito su confianza para desquitarme lo que me hizo, estiré mi mano, ella la tomó y me abrazó.
-No oigo gemidos ¿Qué pasa ahí?- dijo Edward.
-Está bien, Edward, todo está bien ahora- dijo Danielle, Edward asomó la cabeza.
-¿Y bien? ¿Aceptas que esté con Danielle?
-Por supuesto, sólo no hagan chanchadas en mi presencia- Si como no, espera a ver Dani, vas a arrepentirte de haberme hecho esto. Cameron abrió la puerta.
-Venga, director, ya sabemos que se agasaja a mi hermana, con confianza- dijo Edward sonriendo, Cameron se sonrrojó, se acercó a mí y me abrazó por la espalda.
-Sólo les pido discreción, Jane aún no es mayor de edad y no quiero un escándalo- ¿No lo quiere? Que lástima, porque lo tendrá... sino ¿Cómo Caryol va a darse cuenta que me prefirió a mí?
-No diremos nada- Danielle puso su mano sobre el hombre de Cameron, Cameron se puso rígido- Perdón- Danielle la quitó.
-No quiero que disminuya el nivel de respeto entre nosotros, quiero que me miren como un amigo...
-No como el que faja a su hermana y amiga todas las noches y la hace gritar como si la estuvieran degollando- bromeé.
-Sólo alístense. Jane, ven conmigo- salimos y entramos a mi habitación- ¿Dónde quieres ir?- apartó mi cabello dejando a la vista mi cuello para luego plantarle besos exquisitos, este hombre vivía con una erección mental eterna.
-Quiero intentar algo que siempre he querido hacer...Quiero emborracharme- se apartó.
-¿Eso no lo hacías todos los días?
-Quiero emborracharme con usted y encerrarnos en una habitación, grabarnos y ver que hacemos o decimos- hizo una expresión de sorpresa y diversión.
-¿Estás hablando enserio? Mañana debo ir a trabajar y tú a clases.
-¡Vamos! No sea amariconado, sólo es alcohol, tengo mucho tiempo de no tomar.
-Jane, sé que te escapas en las tardes a comprar alcohol diciendo que comprarás tampones.
-¡Tengo la menstruación descontrolada! ¡¡No me discrimine, machista!!- me fingí martirizada.
-Jane. Primero deja de tratarme de usted que me siento de 40 años y me preocupa que me consideres un viejo de purro flácido- hice una expresión de conmoción.
-¡Dijo purro!- salté como niña chiquita aplaudiendo.
-Es tu culpa que me pegues tus palabras...¿En qué iba?
-Al segundo punto- metí mis manos bajo su camisa descaradamente para sentir sus abdominales.
-Segundo; no soy ningún machista, soy igualitario y lo que estás haciendo no es igualitario- me haló del brazo y enterró sus dedos en mi trasero- Ahora si lo es- me dio un beso breve pero apasionado- ¿Quieres que te ayude a vestirte?
-¿O a desvestirme?
-Eso suena mejor- deslizó mi camisa fuera de mi cuerpo, luego mis pantalones y abrió mi closet. Me puse un vestido blanco
-Enserio tienes que salir así- alzó una ceja.
-Sí- me hice una cola alta y salí. Danielle ya estaba abajo, luego bajó el metrosexual de mi hermano.
-¿Listos?- dijo Cameron agitando sus llaves. Todos salimos en el auto, fuimos a una disco y nos emborrachamos hasta caer en las alcantarillas, bueno no, Edward no tomó y nos trajo de regreso a casa. Danielle se creía un hada porno de tan tomada que andaba, yo estaba borracha al igual que Cameron.
Luego de Cameron y yo besándonos sobre la barra mientras Danielle bailaba con Edward sólo recuerdo que amanecí en la cama de Cameron con el, sin ropa.
-Ay ¿qué paso?- me desperté. Cameron estaba totalmente dormido ¡Era tardísimo!- ¡Cameron!- comencé a saltar sobre él.
-Me muerooo ¡Mi cabeza!- se levantó.
-¡Eso le pasa por borracho!- reí, miré una lucesita prendida, me acerqué y era una cámara grabando ¡Por el purro peludo del hombre lobo! ¡Estaba grabando! Atrasé lo más que pude mientras Cameron estaba en el baño; apenas pude ver a Cameron y a mi fajando, riendo y platicando cosas. Cameron salió del baño mojado.
-No sé como soportas esto todos los días- se secó frente a mí, hermoso espectáculo.
-Porque yo no tomo vodka, eso me descontrola demasiado. Nos grabamos- le mostré la cámara.
-Ve a vestirte, llegaremos tarde- dijo acomodándose sus zapatos. Fui a mi habitación y me alisté. Bajamos a desayunar y Danielle también estaba con resaca.
Llegamos a la universidad y vi a Caryol. Me sonrió victoriosa, hoy terminaba la apuesta, y justo hoy se acababa su relación fajorosa. Le devolví la sonrisa y fui a clases. A la hora del almuerzo fui a la oficina de Cameron.
-Hola Sasha- ella sonrió.
-Jane ¿Recuerdas la vez que te conté todo?- miró hacia los lados- Esa noche Jc me envió flores- dijo emocionada.
-¡Wooow! Te dije que te convenía estar de mi lado ¿Dónde está Cameron?
-Está en la oficina de Caryol- rodó sus ojos.
-Voy a ir a espiar, si viene la estúpida de Ginger me avisas- corrí hacia la puerta y pegué el oído.
-Pero Cameron ¿Cómo me vas a hacer esto? Llevamos mucho tiempo- lloraba.
-Lo sé, pero ya basta. No quiero estar contigo más, tú sabías mi situación.
-Necesito una explicación- demandó.
-Te lo dije, me enamoré de alguien más- ¡Madre del caballo más purrudo de América!
-¿De quién? ¿Paulette regresó?
-No, ella no va a regresar ni la espero. No hay más que hablar, a partir de ahora nuestra relación será únicamente profesional- la puerta se abrió y yo sólo pude hacer cara de sorpresa- ¿Jane?
-Yo...estem...vengo a...- dije nerviosa.
-Le pedí a Jane que llamara a la señora Caryol porque tiene una llamada en espera- dijo Sasha ¡Uff!
-¡No quiero hablar con nadie!- empujó a Cameron fuera de la oficina y dio un portazo.
-Gracias- susurré.
-De nada- sonrió Sasha.
-Jane, ven a mi oficina, quiero hablar contigo- dijo serio. Oh oh purro Mánchester está molesto. Cameron entró a la oficina y yo lo seguí. Cerró la puerta de un golpe y me agarró de la cintura con fuerza, me sentó en el escritorio y metió sus manos bajo mi falda acariciando mis piernas con desesperación mientras me besaba- Me emborrachaste anoche- me miró a los ojos- Ya, llamé a Marisol, Yami, Jessie, Lumy, Sharlin, Montserrath, Nazly, Daniela, Marisol, Esperanza, Angiel, Claudia, Cami y pues justo ahora con Caryol- yo estaba perpleja.
-Disculpe, me perdí en la número doscientos veintitrés- me bajé del escritorio, no podía negarlo, me había molestado la lista de coños rasurados. Cameron abrió la gaveta condonera y echó a la basura todos aquellos preservativos.
- Ahora... sólo existe una para mí- se acercó y me besó.
-¿Quién?- bromeé.
-Paulette- ¡Motherfucker! Mi sangre hervía hasta que sacaba busbujitas como la olla de una bruja. Cameron sonrió- ¡Estoy bromeando!
-No- lo miré seria- Basta de esto, me regreso a Londres- Cameron me miró preocupado.
-Jane, yo...-dijo asustadizo.
-¡Estoy bromeando!- reí. Cameron dobló sus ojos y suspiró aliviado.
-Me vas a salir matando- me abrazó- Jane...- me miró nervioso-...Quiero que conozcas a mi familia.

Mala JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora