Would you wanna stay...?

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Abro mis ojos deseando que todo haya sido un sueño, espero ver el rostro de Cameron a mi lado pero mis pupilas se dilatan al no encontrarlo donde más deseo; conmigo. Me estiro en la cama y me levanto. Me cepillo los dientes rápidamente en el baño y cuando termino alzo la vista al espejo. Me miro y no me reconozco; tengo una vista oscura y maliciosa, sonrío ligeramente y mi imagen me provoca pavor. Sé que no tengo esa expresión en el rostro pero mi reflejo parece el de alguien a travez del espejo
<Buenos días, asesina> dice mi reflejo en el espejo.
Doy un grito de pánico y me tiro al suelo temblando. Sollozo escondiéndome entre mis rodillas, titiriteo envuelta en horror. Estoy loca. Esquizofrénica. Mi propio reflejo me habla. Me acusa. Me atormenta.
<No te escondas, cobarde> escucho mi voz, la de mi psicópata interna, hablar claramente a la par de mi oído. Empuño mis ojos lo más que puedo y me percato que estoy llorando.
<Jane...¡Jane!> hay un eco que viene de fuera del lugar. Es la voz de mi madre, pero es más terrorífica, es como un canto lírico de una película de terror. Sé que no es ella, sé que es mi cabeza a pesar de escucharla tan claramente.
-¡¿Qué quieres de mí?!- doy un grito ahogado aún hundida en mis piernas. No quiero ver. No quiero ver lo que está a la par mía.
<Mátate> me indidca mi propia voz en eco en ambos oídos. Doy un chillido. Estoy siendo martirizada por mí misma, mi psicópata, no lo sé.
-¡¡Nooo!!- grito a la defensiva. Lloro en ahogos y me quedo paralizada al sentir que la temperatura baja drásticamente de un segundo a otro- ¡Lárgate!- mi voz se quiebra y siento miedo. Pavor. Siento que me desvanezco...

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Luces, muchas luces cegantes y forforescentes. Cegan mi vista. Todo está turbio con un ligero tono soleado. Me siento en la nada...Una melodía suena de fondo...
Estoy viva, ¿No?
<No>
¿Dónde estoy?
<Camino al infierno>
¿Sola?
No escucho respuesta alguna, me hablo a mí misma en mi mente. Ya no hay turbulencia, las cosas se ponen claras. Alguien está allá...en la cima y camina hacia mí. Trae vestiduras blancas y está descalzo...Reconozco su rostro. Cameron me mira sereno y yo miro hacia todos lados esperando su llegada. ¿Ya llegué al infierno?
-Hola- susurra contra mis labios. Llegó tan rápido que no me percaté que estaba aquí.
-¿Te quedarás conmigo?- pregunto insegura e intento tocarlo pero ya no está. Me asombro y siento su respiración detrás de mi oreja, está detrás de mí.
-Siempre- susurra- Mi Clara de Luna.
La música es serena, reconozco su sonido ''Claire de Lune''
-¿Por qué estás en el infierno?
Él esboza una sonrisa y me volteo a verle, perfecto, como siempre.
-No estamos en el infierno- niega con la cabeza suavemente y da un paso hacia atrás- Tú has creado tu propio infierno. Yo sólo trato de deshacerlo- murmura caminando de espaldas hasta que desaparece.
-¡Cameron!- grito desesperada corriendo hacia él, pero es imposible, ya se ha perdido entre la nada. Mi pulso se acelera y estoy perdida. Arriba, abajo, a todos lados es lo mismo...Sola.
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Abro los ojos de golpe y estoy tirada en el baño...sí, del hotel. Me reestablezco. Estoy temblando de frío. Me levanto con suavidad y mis piernas tiemblan. Salgo como puedo y llego a tirarme a la cama. Estoy loca...estoy...esquizofrénica. Necesito hablar con alguien ¡Ya! Pero ¿Quién? Todos me han abandonado. No me importa, necesito a mi familia. Tomo el teléfono y marco a Edward, contesta al tercer repique.
-Hola- contesta.
-¡Edward, soy yo, Jane! ¡Necesito verte!- me doy cuenta que estoy sollozando.
-¿Perdón? No conozco ninguna Jane. Debes estarte equivocando. Adiós- cuelga.
-¡Edward, no!- lanzo el teléfono y lloro por enésima vez en el día. En este maldito hotel escondida pagado por...¡Dallas! Debo verlo, llamarlo, lo que sea. Llamo el número de casa y gracias al cielo es él quien me contesta.
-¡Papá! ¡Soy Jane! ¡Te necesito! Estoy sola, todos me dieron la espalda. No puedo...-no puedo seguir hablando, un ahogo en mi pecho se traga el aire que aspiro.
-Sí, claro...ahora ya no estoy muerto para tí, ¿No?
-Papi, lo siento. Perdóname. Siempre te he querido, no me dejes sola ¡Te lo suplico! Estoy loca!- grito como una.
-Jane, Jane...¿Qué has hecho con tu vida?- susurra con un punto de decepción.
-¡Un asco, papá, un asco!- me tiro al piso y me retuerzo en la alfombra felpuda color rosa pálido.
-Has hecho mucho daño, Jane. Demasiado. Ahora todos lo saben todo. Has matado dos niños inocentes, a su madre, has jugado con los sentimientos de Jack y Cameron, has jugado con tu hermano, has hecho de Danielle tu enemiga y tu verdadera enemiga la juntaste a tu lado y te ha traicionado...y lo que más me duele...me odias...Has de aprender la lección, Jane...y no la has aprendido a tiempo- cuelga.
-¡¡No!! ¡¡Papá!!- grito y dejo caer el teléfono a mi costado. Me hundo en llanto y ahogos. Mi vida es una completa mierda.
<Mátate> dice la voz de nuevo en eco por la habitación. Alzo la cabeza y miro a mi alrededor.
-¡Lárgate!- grito llena de pánico. Me levanto y miro hacia todos lados, ¿Dónde está? ¿Qué quiere de mí?
<Eres una escoria. Nadie te quiere. ¡Mátate!> grita.
Me lanzo al suelo y tapo mis oídos, empuño mis ojos y me encojo en un rincón. Esto me martiriza, está dentro de mí, está matándome. Me vuelve loca.
-¡Cállate! ¡No estoy loca! ¡Tú eres la culpable que los haya perdido a todos!- grito desesperada.
Sollozo por unos minutos y decido calmarme y salir a buscar algo que me tranquilicie, mantener ocupada mi mente y dejar de escuchar esa voz que me ha aconsejado durante los últimos años y ahora me tortura despiadadamente.
Rento un auto, lo que sea que encuentro y conduzco lo más lento posible. Mis manos tiemblan y siento que me provocaré un accidente. Veo las calles, las tiendas, la gente y todo me da pánico. Siento que al entrar a algún lugar este se volverá oscuro y me tragará. Siento la necesidad intensa de drogarme pero sé que eso aumentará mis alucinaciones. La mejor opción sería obedecer a la voz y dejar que me lleve... Me estaciono de regreso al hotel y mi respiración agitada es lo único que se escucha. Miro repentinamente al asiento de atrás al sentir una repentina presencia pero está vacío.
-Él regresará...Él regresará...-me repito a mí misma tratando de creerlo- Todos regresarán.
Bajo del auto, y subo de nuevo a esa habitación tormentosa. Aún la voz martirizante de mi interior no es lo suficientemente fuerte para que busque a los que me dan la espalda. Saldré de esta...Sí, debo...debo seguir con mi vida. Si regreso de una forma diferente a mi habitual vida tal vez todo se arregle y vuelva a ser como antes. Cameron me extrañará y regresará. Mi papá me extrañará y regresará. Edward me extrañará y regresará...
Me miro en el espejo esperando que mi reflejo me dé algun comentario perverso pero no se mueve. Es el simple reflejo de una loca. Aún llevo el cabello lacio pero enmarañado y enrredado, despeinado por completo. Reviso nerviosamente entre las gavetas el maquillaje. Debo verme bella, hermosa para cuando Cameron regrese. Lleno mi boca de lápiz labial rojo y me maquillo exageradamente. Debo verme bonita, al finalizar intento una sonrisa pero mi reflejo no se mueve, todo lo contario, me mira con su mirada oscura de nuevo.
<Te ves horrible> dice mi reflejo en el espejo. Mi piel se eriza.
Tomo todo el maquillaje que encuentro a mano y lo lanzo al espejo, este se quiebra en pedazos.
-¡¡Déjame en paz!! ¡¡Déjame ya!! ¡¡Búscate a otra!!- grito llena de pánico y esperando poder librarme de mi tormento.
Corro a esconderme bajo las sábanas como una niña asustada...espantada.
Cálmate, Jane, cálmate. Puedes controlarla, ella no te controla a tí. Debes callarla, todo está bien. Sigue tu vida, todos volverán. Matar no es tan malo, no cuando no es intencional. Trato de repetirme esas palabras a mí misma en mi cabeza deseando que la voz no regrese a mi cabeza. Debo librarme de ella.
Salgo de las sábanas fingiendo valentía e intento ver televisión para librarme de las voces que me atormentan. La programación me parece completamente aburrida, pero la sigo viendo hasta que me quedo dormida a duras penas, no lo deseo, tengo miedo a tener pesadillas pero soy vencida por el cansancio y caigo entre las almohadas en un sueño profundo.

Mala JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora