Nada bueno sale de ella

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Amber

Han pasado dos años desde que Jane decidió venir a vivir a Londres con mi (increíblemente) nieto. La casa ahora es más grande, y la de Jane y Lí quedan justo entre la de Caro y Shawn y la de Cameron y yo. Jane ha dejado su vida libertina por dedicarse a su hijo. Ya casi cumple los veintiún años. Danielle aún vive con sus padre y Edward conmigo. Están planeando casarse a finales de este año. Danielle quiere tener un bebé, pero Edward dice que deben esperar que se gradúen de la universidad. Jane volvio a retormar la universidad y Lí encontró trabajo aquí en Londres. Un amigo de Jane; Zachary, los visita muy seguido, aunque a Lí no le agrada mucho sus visitas, a mi me parece un chico o chica espectacular.
Estamos en la piscina que une a nuestras tres casas. Jane está dentro de la piscina con Jared y Lí. Jared es un niño muy tierno, alegre y cariñoso. Sus padres están intentando enseñarle a nadar, pero él se cuelga del cuello de Lí temeroso. Jane está muy feliz y ni que decir de su prometido. Bueno, es bastante emocionante que mis dos hijos se casen el mismo día.
Danielle y Edward toman el sol a la orilla de la piscina, pero Jane no tarda en lanzarles agua.
Yo estoy con Shawn tomando un poco de whisky. Caro y Cameron hablan sobre las noticias de Inglaterra.
Mmmm...me falta alguien...me falta...
-¡Marco! -grito exaltada.
Todos se detienen de sus actividades y me miran. Miran a su alrededor buscando a Marco, no está en ninguna parte. Jane y Lí salen de la piscina y todos nos ponemos a buscarlos. Pasan diez minutos y Marco no aparece, estoy a punto de derrumbarme.
-¡Aqui está! -grita Jared con su voz aguda.
-Cállate - lo regaña la menos aguda voz de Marco.
Corremos hacia Jared y encontramos a Marco en un rincón escribiendo en el suelo...¿Escribiendo?
-¡Marco! ¿Qié haces aquí? -lo levanto el el aire.
-Quería estar solito -masculla.
Miro al suelo y ha escrito en el suelo su nombre, con una caligrafía bastante dificil. Me impresiona.
Jane toma en sus brazos a Jared y nos regresamos a la piscina. Todos retomamos nuestras actividades.
Marco se sienta al aldo de la piscina y mete sus pies en el agua, ni siquiera juega con ellos, sólo se queda mirando su reflejo en el agua. Se quita la camisa y se lanza de cabeza en el agua. Cameron se suspende en el aire con un jadeo y corre hacia la piscina para sacar a Marco cuando él sale de la superficie y nada en dirección contraria artísticamente. Todos nos quedamos boquiabiertos al ver al niño inexperimentado nadar como un profesional.
-¡Marco está nadando! -grita Jared señalando a su increíblemente tío.
Jared papalotea en el agua riendo. Jared y su cabello exacto al de su padre. Pero, sus ojos son cafés oscuros, como los míos. Es tan raro, Marco tiene el cabello lacio y castaño claro, y los ojos grises, pero con las facciones de Cameron. Y Jared tiene los ojos cafés oscuros y las facciones de su madre, es todo tan llamativo.
Todos aplaudimos ante el suceso que presenciamos, pero Marco no sonríe. Por el contrario, se sumerge en el agua y sale a la superficie unos metros más adelante.
Cameron me toma de la mano y me sonríe.
-Vamos, quiero mostrarte algo- susurra.
Me levanto y lo sigo, caminamos hasta el final de las tierras, muy lejos de los internados y las casas. Ya está anocheciendo. Cameron me abraza por la cintura y besa mi oído. Nos quedamos mirando la puesta de sol.
-Amber, hay algo que debo decirte -susurra en mi oído-. Eres la mujer más maravillosa del mundo. Perdóname por haberte dejado sola mientras tuve la amnesia. No quiero volver a dejarte nunca. Gracias por darme los hijos que tenemos. Te amo -me voltea de mi cintura y une sus labios a los míos.
-No lo hemos hecho tan mal, Cameron -acaricio su mejilla.
-Toma -saca un anillo con una piedra dorada-. No sé si lo recuerdes, pero hoy... cumplimos veinte años de casados.
Me lanzo sobre él y lo abrazo. No puedo contener mis lágrimas y las dejo fluír. He pasado veinte años casada con el hombre más increíble del mundo.
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Son las diez de la noche, todos estamos en una fogata afuera de la casa. Jared ya está dormido, pero Marco permanece sentado con la vista plantada en el suelo.
-Felicidades, mamá -me abraza Jane y luego Edward.
-¡Ay! -grita Caro.
Todos volteamos hacia ella. Mis ojos casi se salen de mi cara cuando miro a Marco con una rama sacada de la fogata en la mano y las piernas de Caro quemadas.
-¡Marco, ¿qué has hecho?! -grito espantada.
-Quemé a tía Caro -dice. Por primera vez veo una sonrisa en el rostro de Marco.
-¡Marco, eso no se hace! -lo regaño.
Todos me quedan viendo espantados, no entiendo porqué.
-Oh oh -dice Jane.
-¿Qué? -pregunto en incertidumbre.
-Rest In Peace -dice Jane haciendo seña de cruz frente a mí.
-¿Por qué? ¿Cameron tiene sida y me lo pasó? -jadeo.
Cameron se acerca a mi oído y susurra:
-Creo que tienes un nuevo problemita mal.
-¿Qué? -miro a Marco-. No. No. No. Estás equivocado si crees que serás un niño mal, Marco. ¡Ni loca! ¡Esto no es justo! ¡Es Jane quien debe tener hijo mal! Yo ya tuve una, ahora es su turno de recibir dolores de cabeza. Con una hija loca me basta -suspiro.
-Tranquilízate, podemos arreglarlo -Cameron se acerca a Marco-. Dime, Marco, ¿por qué le has hecho eso a tía Caro?
-Ella no me gusta -le responde.
-¿Por qué no? -frunce el ceño.
-Porque es una chica -se cruza de brazos.
-Pero tu mamá y tu hermana tambien son chicas -Cameron intenta razonar con él.
-¿Tambien tengo que quemarlas?
-¡No! ¡Jamás! Marco, baja eso y ven por un malvavisco.
-No me gustan los malvaviscos -masculla Marco entre dientes.
-¿Y qué te gusta? -pregunta Jane.
-Tú tampoco me gustas -le dice Marco.
-¿Y yo? -pregunta Edward.
-No -sacude su cabeza-. Ni Jared.
-¿Y quién te gusta? -masculla Cameron impacientado.
Marco estira su dedito hacia mi.
-Marco, no debes quemar a las personas, eso es muy grosero -me arrodillo frente a él. Tomo la rama de su mano y lo uno a la fogata-. Y debes querer a Jane y a Edward, son tus hermanos.
-Jane tiene un bebé que no me gusta -refunfuña.
-Mira, escuincle... -se levanta Jane.
-Jane, cálmate -Lí la toma de las manos.
-Es muy feo y nadie lo quiere -saca la lengua-, por eso lo maté -sonríe.
Todos nos quedamos boquiabiertos.
-¡¡¿Cómo que lo mataste?!! -grita Jane espantada.
-Ustedes creen que está durmiendo, pero está muerto -da una carcajada con su vocecita de niño.
Todos nos levantamos y salimos corriendo hacia la casa desesperados. Subimos a la habitación de Jared y lo encontramos acostado en su cuna. Jane lo levanta y Lí lo revisa.
-Jared, mi amor, despierta, ¿Estás bien? -Jane lo sacude.
-Mami -dice Jared con voz ronca.
Jane suspira y cierra sus ojos aliviada. Escuchamos la risa burlona y divertida de Marco detrás de nosotros. Lo miramos y está en la puerta. Marco cierra con llave la puerta de un portazo y por fuera.
-¡Marco! ¡Abre la puerta! -grito golpeando la puerta.
-¡Es increíble! Ese niño es un demonio -gruñe Jane.
-Marco James Dallas, abre la puerta ahora mismo -le ordena Cameron.
-No. Ustedes quieren a Jared, ahi lo tienen - escuchamos los pasitos desapareciendo.
-¡Marco, abre! -grita Lí.
-La casa tendrá fuego como la fogata- ríe Marco.
-¡Marco, no! -Lí golpea la puerta-. Todos hacia atrás, voy a botar la puerta.
Todos retrocedimos y Lí botó la puerta de una embestida.
Cuando bajamos encontramos a Marco sentado en el sofá viendo tele.
-Hola, papi, ¿Dónde estabas? -sonríe.
-Marco, estás castigado -dice Cameron furioso.
Marco se levanta, apaga la televisión y camina enojado hasta la cocina. Lo seguimos, me daba curiosidad saber qué iba a hacer. Escuincle rebelde.
-¿Qué? -pregunta al ver que todos lo perseguimos.
-¿Qué tramas? -le pregunto.
-Y no te vuelvas a acercar a mi hijo, ¿me entendiste? -lo amenaza Jane.
-Es mejor que nos váyamos -digo. Tomo a Marco en brazos y me dirijo a la casa con Cameron y Edward.
-Adiós, Jared... tu papá Jack vendrá a verte pronto -se esconde en mis brazos.
¿Pero qué? ¿Quién le contó que...?
-¡¡Aggghh!! -grita Jane.
-Déjalo -la toma Lí.
Cameron y yo entramos a la casa y dejo a Marco en su cama. Cameron se sienta al lado de su cama y lo fulmina con la mirada.
-Marco Dallas, dime ¿por qué te has portado tan mal esta noche?
-Jared no me gusta -le da la espalda y se acurruca.
-Mañana hablaremos, Marco -Cameron se levanta y cierra la puerta.
Me recuesto con Cameron en la cama y me acuna con sus brazos.
-Debemos parar a Marco desde ahora, no podemos dejarlo llegar más lejos -susurro.
-Eso ya lo hablaremos mañana -me calla poniendo sus labios sobre los míos y lo que viene a continuación es restringido para menores de edad.

Mala JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora