Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes

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-Váyase al cuerno punto y entiérreselo en el trasero- No puedo moverme, estoy rendida.
-¿No vas a pagar la apuesta? Yo que recuerde eres muy justa en cuanto a eso- Inmediatamente recuerdo la apuesta con Caryol.
-¿Ya no está molesto por eso?
-Nunca te creí una santa, sé con lo que me estoy metiendo, Jane- se levanta, y me ayuda a ponerme de pie- ¿Cansada?
-¿Se fajó a Caryol el día que me expulsó?- alzo la vista hacia él, y frunce el ceño para después liberarlo.
-Danielle- conlcuye.
-Sí, Danielle, claro que Danielle ¿Quién más?
-Sé que no me creerás que ella se me lanzó encima así que hagamos un trato...-se acerca y veo caer las gotas de sudor de sus sienes-..Tú olvidas lo de Caryol y yo lo de la apuesta ¿Justo, no?- Lo pienso un minuto. Ambas cosas son de Caryol y si las dejamos atrás ella desaparece de la história, ya nisiquiera está en Mánchester.
-¿No la va a volver a contratar?- lo apunto.
-No. Ella renunció, no puedo. Sasha tomará su puesto.
Perfecto, estaba asegurada que Sasha no sería un problema.
-Entonces ¿Dónde quiere que cumpla la apuesta?- me rindo y él sonríe maléficamente. Me toma de la mano y me lleva a las regaderas. Otro recuerdo de los relatos de mi madre aparece ¿Qué está pasando en este mundo? El dios del faje tiene algo contra mía...o a favor.
Cameron enciende todas las regaderas y se crea vapor en el ambiente.
-Quítate la ropa; toda- ordena, yo me la quito y la cuelgo en los ganchos, me volteo y él sigue con su ropa puesta.
-Quítesela usted tambien.
-No- contesta inmediatamente, quiero que te bañes...frente a mí- Me quedo perpleja ante su demanda, obvio nunca había hecho eso alguna vez-...Adelante- sonríe. Entro bajo un grifo y me mojo bajo el agua, restriego mi cabeza con delicadeza y cierro mis ojos, el agua tibia corre por mi cuerpo suavemente. Siento que está cerca de mí y abro los ojos, miro sus cristalinos ojos viendo con deseo a unos centímetros de mí, toca mi brazo y me da un envase, se aparta. Es jabón líquido. Suelto un poco en la palma de mi mano y lo restriego por mis hombros, mis pechos y mi abdomen. Bajo por mis piernas y me inclino hasta mis pantorrillas. Alzo mi vista y su ropa ha desaparecido, me mira deseoso y cierta zona está en una fiesta como si fuese un viernes de año nuevo en Las Vegas.
-¿Me ayuda con la espalda?- estiro mi brazo con el jabón, él sonríe y se acerca, toma el jabón deja caer un poco en su mano.
-Voltéate- ordena y yo me volteo. Acaricia mi espalda creando espuma y baja por mi trasero y mete su mano entre él, roza mi zona íntima con sus dedos pero regresa hacia atrás. El jabón cae por el agua y estoy limpia de nuevo- Inclínate- susurra. Me inclino y pongo mis manos contra la pared, sé lo que va a hacer. Él se posa detrás de mí y lo siento detrás de mí, grande y abultado. Lo deseo, con el más intenso y puro de los deseos, en cuerpo y alma. Lo quiero mío, ahora. Él me tortura y se inclina detrás de mí para pasar su lengua por mi espalda húmeda. Jadeo y él pasa su mano por mi vientre y más al sur, acaricia la zona haciendo círculos y me tiene gimiendo delante de él, mis brazos tiemblan y amenazan con resbalarse por la loza de las paredes.
-Cameron- gimo y él acelera los movimientos.
-Siéntelo, Jane. Siéntelo por mí- muerde mi hombro con suavidad.
-Por favor...- jadeo.
-Vamos, Jane, dámelo- susurra. Yo amo este luto, acelera los movimientos y yo no puedo más, caigo en un mar de placer y me corro en un gemido inentendible- Mi turno- separa mis piernas y se introduce en mí con fuerza, con un vaivén acelerado yo me siento en las nubes, es tan rudo y rápido, es tan carnal pero tan celestial. Es lo más cercano al paraíso que he estado. Deseo tenerlo así siempre conmigo, pero estos son los momentos donde pierdo el control, no me gusta perderlo pero de algún modo, deseo hacerlo. Siento que me vengo una vez más y justo antes de que él se corra sale de mí, me estabilizo y lo miro, está dándose placer solo para terminar, yo me arrodillo frente a él y lo lamo con fuerza succionándolo. Él jadeo y yo presiono la punta con mis labios y tiro hasta sacarlo de mi boca y vuelvo a hacerlo, él me toma del cabello y yo lo introduzco hasta lo más profundo de mi garganta, ni siquiera llego al pegue, trato de introducirla más y ejerzo presión hacia afuera, él gime y siento un líquido salado y caliente en mi boca, Cameron me aparta y llena mis pezones de su fluído, muerdo mi labio y lo miro, él roza sus dedos con mis pezones y los presiona, estoy exhausta pero esto logra que me encienda de nuevo. Hemos tardado aquí dentro pero el lugar está vacío. Cameron me lava en la regadera y se arrodilla para morder mis pezones, están duros y húmedos, tira de ellos con suavidad y yo me siento elevada una vez más- Es difícil usar condones con agua.
-Cierre las regaderas y lléneme- jadeo descontrolada. Cameron cierra las regaderas y sale, regresa con un paquete dorado, si es un fluorescente caigo muerta ya mismo. Se lo coloca y se acerca a mí.
-Esto será inusual para tí- sonríe. Me da la vuelta y me levanta separando mis piernas en el aire, inmediatamente me llena con movimientos rápidos y mi piel está más sensible que nunca. Se me olvida el mundo entero cuando estoy con él, tal vez él sea el indicado. Quizá debería dejar de hacer tantas maldades y darlo todo, lo haría si estar con él dependiese de ello, pero no. Él debe darme el control sobre sí mismo, una vez que me lo dé yo veré que hacer. Cameron me baja y me sube en sus caderas de frente y se estampa en mí contra la pared, llega tan profundo, lo tomo del cuello y entierro mis dedos en su espalda de placer, pero me detengo inmediatamente, no quiero hacerle daño, ni el más mínimo. Siento que llega esa sensación de nuevo, busco la liberación y la encuentro al mismo tiempo que él, permanece dentro de mí unos instantes mientras relajamos nuestras respiraciones- Te amo, Jane. No lo he dicho muchas veces, y ahora sólo lo siento por tí- ¿Escuché bien? ¿Dijo 'Sólo'? ¿Osea, exclusivamente? Lo miro y tiene sus labios húmedos ligeramente abiertos, los ataco inmediatamente. No puedo decirle que lo amo, eso me quitaría control y ni siquiera sé si lo siento, porque no sé cómo se siente. Él sale de mí y me baja, terminamos de bañarnos y salimos.

Mala JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora