-¿Qué? ¿Yo qué?- Mi sangre comienza a combustionar, mis nervios se ponen de punta y el miedo se abalanza sobre mí.
-Sí, sí ¡Ella fue!- me acusa Liz con el dedo, tiene la misma ropa de ayer y su cara está inflamada de tanto llorar.
-Liz, no acuses a Jane- intervino Cameron- Ella no pude haber hecho algo así.
-¡Yo no lo hice! ¡¿Por qué me culpa?!- murmuré nerviosa.
-¿Podemos interrogarla?- me pregunta el oficial.
-Jane es menor de edad, no pueden interrogarla- Cameron me defendió.
-Como testigo...no como acusada- Aclara el oficial y me mira, yo asiento.
Lo seguí hasta una de las habitación, donde duerme Edward, miré bajo la cama la tanga de Danielle. Nos sentamos, mis manos temblaban. No quiero ir a la cárcel <No vayas a meter la pata, cálmate>
-¿Y bien?- toco mi frente, mi mano sigue temblando y sudando.
-¿Se siente bien? Estás muy nerviosa- me mira acusadoramente.
-No diario me acusan de asesinato- reí nerviosa. Él asintió.
-¿Dónde estaba ayer a las doce de la noche, señorita...
-Dallas- digo rápidamente-...Con mi novio; Jack- <Niégalo todo, absolutamente todo>
-¿Puede él confirmarlo?- alza una ceja.
-Por supuesto, incluso fuimos a cenar y luego a un hotel.
-¿Tiene como probarlo?
-Él tiene las facturas- comienzo a jugar con mis dedos. Mierda.
-¿Podemos localizarlo?- me mira, mis nervios se pusieron de punta. Ya me miraba en las noticias de asesina, tras las rejas comiendo comida de cárcel y cagando en una celda compartida.
-C-C-Claro- tomo mi teléfono- H-Hola, Jack.
-Jane ¿Por qué te fuiste? ¿Dónde estás?- dice preocupada.
-En casa del director Lí-Sellers. Ocurrió una tragedia; la casa de Liz se incendió y sus hijos dentro murieron- él jadeó.
-¡Jane, que hiciste!- mi corazón se detuvo.
-Aquí está un oficial de policía y quiere hablar contigo, necesito que traigas la factura del hotel y del restaurante- miro al oficial nerviosa, este confunde.
-Jane...-susurra-...Tenemos que hablar- cuelga.
-Vandrá en unos minutos- sonrío falsamente.
-Bien, llame a sus padres y que traigan un abogado. La señora la tiene como primera sospechosa, y a falta de pruebas puede ser una acusada- se levanta. ¡Mierda! ¡Acusada de asesinato! ¿Qué hice, por Dios? ¡No soy una asesina! Ni siquiera sabía que los retardados estaba ahí. Mis ojos se llenan de lágrimas y la presión sobre mis hombros es como plomo, siento que me desvanezco. La puerta se abre, es Cameron. Camina hacia mi y rodea la cama, mi cuerpo se tensa.
-G-G-Gracias por defenderme- parpadeo con dificultad.
-No te creo capaz de hacer algo así...¿No lo eres, cierto?- niego con la cabeza inmediatamente- Aunque...¿Fuego? No estás muy bien tachada en ese asunto- alza una ceja.
-¡Yo no fui!- no soporto más y me ataco en llanto sin control, Cameron no se me acerca, apenas me mira, aún sigue molesto por el golpe que le di en el rostro ayer.
<Control, Jane, control>
-¿Seguirás llorando? ¿Quieres que me salga?- <Este tipo no te ama, mándalo al purro sidoso> Está tan duro conmigo <Finge darle lo que quiere y te dara lo que quieres>
-Quiero abrazarte- lo miro con ¿Cómo le llamas? ¿'Humildad'? Inmediatamente su expresión se suavizó, se desaparece la tensión de sus hombros y sonríe enternecido ¡Bingo! ¡He encontrado su debilidad! Él se acerca a mi y estira su brazo, yo estoy apunto de tomarlo cuando la puerta se abre.
-Jane...-Jack se acerca-...¿Qué pasó?- mira a Cameron y luego a mí.
-Lo que te dije por teléfono- Mierda, Cameron no puede enterarse que pasé la noche con Jack.
-¿Qué debo hacer?- miré a Cameron quien presionaba su mandíbula ¿Estaba celoso? Esto es nuevo, él no me ha celado nunca.
-Vamos- me levanté, tomé su brazo y bajamos.
Luego de una charla con el oficial, mi madre, el señor Gilinsky y dos abogados me sacaron del cuadro de sospechosos, aunque el señor Gilinsky no estaba muy feliz con la factura del hotel.
-¿Qué pasó?- pregunta Cameron a Liz.
-Nada- se encoge de hombros- No fue Jane- suspira y yo siento un alivio inmediato.
-Te lo dije- frota su brazo- Te quiero, hermanita, aquí estaré para tí- la abraza, yo ruedo mis ojos- ¿Podemos hablar?- me pregunta, simplemente asiento, él me toma de la mano sorpresivamente y siento paz, llegamos a la parte trasera de la casa y se posa frente a mí. Arruga su frente con sus dedos y yo estoy a punto de caer en sus pies y llorar.
-Lo siento mucho- Me suelto en llanto, no necesariamente por su tristeza, sino porque la presión de ser una asesina es algo nuevo y tormentoso. Cameron me abraza, pero siento distancia entre su energía y la mía- ¿Qué pasa?- lo miro a los ojos y trato de ejercer control; es imposible- N-n-no creerás que yo fui ¿O si?- digo alarmada.
-Estás demente, pero...¿Asesina? No lo creo- acaricia mi mejilla y el peso de una tonelada de plomo se desintegra al ver su mirada dejándome entrar en sus pensamiento; está dudoso, pero verme llorar lo debilita.
-No lo soy. Me siento fatal; Imagina que estás cenando en un lugar y al día siguiente te llegan a acusar de matar a dos niños...Eso...duele- Doy media vuelta y limpio mis mejillas. Necesito abrazarlo, desahogarme y sólo quiero hacerlo con él, pero mi orgullo me detiene, mostrarme débil va en contra de ser Jane Dallas- Será mejor que me vaya- digo sin más remedio, un segundo más aquí y me retracto de todo.
-...Quédate- dice dudoso. Mi mente malévola está bloqueada. Él trata de mantener su orgullo también pero lo controla menos que yo. Tal vez esperaba una disculpa por haberlo golpeado pero, las disculpas raramente salen de m boca.
-No tengo nada que hacer en Mánchester. Regresaré a Londres.
-Jane...-me detiene- ¿A qué viniste a Mánchester?- doy media vuelta y lo miro.
-Estaba realmente molesta por lo de mi padre que quise ver a Edward, él debe saberlo y es el único que puede calmarme, en el camino Jack me llamó y nos vimos, él logró tranquilizarme y pasamos la noche en una feria.
-¿Estabas sola con él?- su expresión se endureció. Yo asentí- Quédate conmigo esta noche en el apartamento, necesito hablar varias cosas contigo.
-Yo no tengo nada que hablar con usted- paso a la par suya y entro a la casa. Hay mucha gente, no quiero ver a nadie excepto a...¡Edward! corro hacia él y lo abrazo.
-Nana ¿Cómo estás?- inhala en mi cabello y yo siento paz instantánea.
-Mal, me acusaban de asesinato- rodé mis ojos, Edward me mira invandiendo mi mente y en dos segundos sé que ya se dio cuenta que sí fui yo, traga con dificultad y yo acaricio su cuello- No lo harías- finjo una sonrisa y él se da cuenta a qué me refiero.
-Eso me haría cómplice- susurra.
-Ya retiraron las sospechas ¿Qué pruebas tienes tú? ¿Telepatía gemela?- alzo una ceja, él se molesta y se va rápidamente.
-¡Jane!- siento que me tocan el trasero por detrás. Danielle. No pude encontrarme a otra perra peor en este momento.
-¡Dani!- la abrazo- Te he extrañado.
-Tengo mucho que hablar contigo- mira hacia todos lados.
-Vamos afuera, aquí hay mucha gente- tomo su mano y salimos de la casa, caminamos unos cuantos metros hacia el prado.
-Aún no puedo creer que te expulsaran de la universidad...pero, sinceramente con lo que hiciste traspasaste muchos límites.
-¿Necesito otro sermón aparte del que me acaba de dar la policía?- digo arrogante.
-Lo siento- sonríe- Jane, te fuiste tan rápido a Londres que no pude contarte lo que presencié ese día.
-¿De qué hablas?
-Bueno, según Lí-Sellers...
-Lí- la corrijo. Sellers lo hace propiedad de Puttet. Ella me mira confusa.
-Como sea, según él terminaron la noche anterior al día que te expulsaron ¿Es eso cierto?- Yo asiento, ella hace un gesto de alivio.
-¿Por...?- me inclino hacia ella. Danielle tiene la misma estatura que yo, una de las pocas.
-Sé que no te gustará esto y ¡Yo lo regañé!
-¡Habla, maldita sea! ¡Odio los rodeos!- la tomo de los hombros.
-Estaba dándose de chacoveos con Caryol en su oficina- presiona sus ojos esperando mi reacción. Los mil demonios regresan y se meten dentro de mi psicópata interna, esta tiene contacto directo con mi cerebro. Presiono con fuerza los hombros de Danielle llena de coraje, sus ojos se exaltan- ¡Jane! Me duele- me aparta. Corro de regreso a la casa y busco a Cameron, no está por ningún lado, pero veo a mi madre llamándome, a quien menos quiero ver en este momento. Me acerco.
-Jane, por respeto nos quedaremos a la vela esta noche- susurra.
-¡Qué! ¡Yo no tenía nada que ver con esos retrasados! ¿Respeto por quién? ¿Por la zorra de Liz? ¡Y tú y yo tenemos mucho de que hablar, Amber!- grito desesperadamente. Mi madre me da una bofetada y todas jadean.
-¡A mi no me gritas, escuincle infernal! Tú saliste de mí el tres de marzo del noventa y nueve y mientras lleves mi maldita sangre me respetas- me toma del brazo con fuerza y me lleva afuera atrayendo la atención de todos, típico de mi madre. Me suelta toscamente y sé que esto apenas está comenzando- Tú serás muy perrita con todo el mundo, puedes controlar las bolas de Jack y convencer a Danielle y a Edward de incendiar todas las discos de Inglaterra, pero a mí no me elevas a la voz, ni me irrespetas. Si estoy aquí es por ti, nada me costaba que te mandaran dos meses a prisión para que aprendieras a comportarte ¡Maldita sea, Jane! Sé que es duro que te des cuenta que tu padre está vivo y nos engañó pero conmigo no te vas a desquitar las mierdas ¡Así que te vas calmando conmigo! ¡¡Y no me hagas esa cara de perro rabioso!! -mira a los lados y se acerca a mí- No me hagas recordarle a la policía tus antecedentes con el fuego porque te mandan derechito al reclutorio donde te van a sacar toda la mierda. Así como a ti se te olvida mi maldito ADN cuando me gritas a mí se me olvidará cuando declare ante un tribunal, si no lo hago es porque involucraría a Danielle y a Edward en el asunto, pero si tendré que sacrificarlos por castigarte lo haré, y tú mejor que nadie entiendes que así como tú yo no hago amenazas en vano- susurra mientras me toma de la mandíbula y presiona mis mejillas. No está molesta, pero sí está indignada-...y agradécele al demonio, porque ese es el único que te cuida, que la policía no indago más en ti. Me he gastado dinero en un maldito abogado para sacarte de esta y tú me pagas con tus berrinches de hijita mimada. No lo toleraré- me suelta bruscamente- Y esto no ha terminado Claire, Aún tenemos que hablar de lo que hiciste anoche, no quiero tener una zorra como hija- da media vuelta y se regresa a la casa. Yo mantengo presionada mi mandíbula y estoy rabiando por dentro. Maldita Amber, odio que tenga razón. Luego de tremendo regañón de madre no común me siento frustrada; todos están molestos conmigo y no hacen lo que yo quiero, eso me toca las bolas. Tengo ganas de quemarle el purro a Cameron como cigarrilo, rasgarle a Caryol el orificio hasta el agujero de su trasero y el hoyo de adelante de le hagan uno solo, botarle los dientes a Edward, quitarle la piel a Jack y meterlo en un sembrado de cactus, quemarle los pelos de abajo a Danielle y meterla en una pila de piñatas y sobre todo coserle la boca a mi madre ¿A Dallas? A ese le preparo una tortura mental especial, inmediatamente se me viene una idea; el desprecio de su familia.
-Aquí estás- dice Jack tras de mí, no puede haber peor víctima.
-No estoy de humor, lárgate- tengo consideración de él y le advierto, pero sé que no me hará caso.
-Quiero ayudarte- roza mis hombros con las yemas de sus dedos.
-¡Y yo quiero que te vayas al demonio!- lo tomo del cabello y lo sacudo, no sería mala idea sacudirlo de los tremendos cuernos que le he puesto durante todo este tiempo- Te odio, Jack. Eres el resultado de un error genético, a tu padre ni se le para la pistola mucho menos que tenga culebrillas locas y tu madre se acostó con el chupacabra y de ahí saliste tú- lo empujo y me alejo lo más que puedo, no sé de qué sería capaz en este momento, pero tengo una idea. Camino entre los árboles del prado, no sé donde estoy y le agradezco a las mil difuntas putas más famosas del mundo que es así, quiero desaparecer, matarlos a todos, olvidarlo ¡No sé! Camino y camino y cuando me doy cuenta estoy perdida, física y mentalmente.
-¡Jane!- escucho una voz...Es Lily. No, no es Lily, ella está muerta, miro hacia todos lados, no hay nadie.
-¡¿Lily?!- grito desesperada, el sol ya se está poniendo, mi teléfono suena- ¿Hola?
-¿Dónde carajos estás?- es Edward.
-¡Que te importa!- cuelgo y apago el teléfono. Busco desesperadamente una salida pero no la encuentro, tal vez he estado caminando en círculos, me siento en una roca, me quito los zapatos y los tiro al suelo molesta- ¡Eres una mierda, Dallas! ¿No pudiste usar condón el día que fajaste a Amber?- me lanzo a la tierra viendo hacia las copas de los árboles- Tengo que idear algo, de alguna manera...Debo ponerlos a todos a mis pies, tener el control. Jack está en mi mano, Edward puedo convencerlo, Danielle tiene tan poca personalidad que está en mis manos también. Necesito el poder de Lí. Hurgué mi bolso en busca de algo de marihuana pero luego me di cuenta que no traía el encendedor, encendí el teléfono ¿A quién llamo? Ni Edward ni mi madre me creerían mi papel de víctima, a Jack no lo quiero ni ver y Danielle es una inútil.
-Cameron, estoy perdida- murmuro.
-¿Dónde estás?- dice preocupado <¿Seguro que estudio enseñanza?>
-¡Si estoy perdida es porque no sé!
-Pero ¿Cómo? ¡¿En el infierno, en las alcantarillas, perdida en Tokio?!- se nota que no anda de humor.
-Olvídalo, mister sarcasmo- cuelgo furiosa y aviento el celular. No soporto que jueguen conmigo, no soy payaso de nadie ni estoy para bromas idiotas. No necesito la ayuda de nadie para salir de este maldito lugar.
Está oscureciendo, el frío se está intensificando, sale por mi boca cuando respiro, el delgado suéter púrpura que traigo desde ayer no me calienta nada, al menos traigo botines esponjosos pero mis manos están congelándose, las froto y sigo caminando. Mis tripas rugen, necesito comer...A ver que traigo en el bolso...
El teléfono, pañuelos, espejo, brillo labial, un peine, las llaves de mi casa, dos cigarros de marihuana, dos piedras de crack ¡Fósforos! Inmediatamente olvido mi búsqueda de comida y saco un cigarro, en el proceso encuentro goma de mascar, mastico dos y con los fósforos enciendo el rollo de marihuana en mi boca, aspiro varias veces y suelto el humo por la nariz, luego de unos sorbos para encenderlo más tapo una de mis fosas nasales e introduzco el rollo en el otro, aspiro con fuerza, saco el rollo de mi nariz conteniendo mi respiración, elevo la cabeza y mantengo el humo dentro de mí unos segundos, luego dejo salir el humo por mi nariz y repito el proceso tres veces, a punto del cuarto, justo antes de aspirar.
-¡No!- aparece Cameron de entre los árboles, toma el rollo y lo tira al suelo, hace una expresión de asco mientras lo machaca con sus pies- ¿Por qué haces eso?
-Para perderme por completo- río y me siento un poco mareada.
-¿Hace cuánto que haces esto?- se inclina para verme a los ojos.
-Unos años- saco el otro rollo, Cameron me lo arrebata inmediatamente.
-¡No! ¡No lo hagas!- lanza el cigarro con fuerza y se pierde entre los arbustos.
-Sólo es marihuana- rio, los arbustos se mueven y se tornan rojos.
-No es sólo marihuana, tienes 17 años, no puedes hacer esto. Vámonos a casa- me toma el brazo.
-No. No. No. Yo no me muevo. No hasta que encuentre la jirafa rayada- bromeo, estoy consciente que estoy hablando incoherencias, lo hago a propósito, se siente bien hacerlo, auqnue miro un poco turbio y algunas cosas cambian de tono.
-Jane, tu madre está muy preocupada, no es seguro que estés aquí- razona.
-No quiero que te llames Cameron, te llamaré 'Mordisco'
-¿'Mordisco'?- frunce el ceño, agita su cabeza y me mira, es entonces cuando me doy cuenta que ha perdido la paciencia- Mira, no me pondré a razonar con una drogada. Ven acá- me toma del brazo con fuerza y me arrastra por el pastizal.
-¡Óyeme!- forzajeo- ¡Tú no eres el que usa quesos!
-No puedo creerlo, enamorado de una drogadicta.
-¡¡No me digas drogadicta!!- me suelto. Él simplemente me fulmina con la mirada unos segundos y de repente me toma en sus hombros y me lleva como saco de papas- ¡Bájame! ¡No soy un saco de papas! ¡Por el coño más profundo de Europa! ¡¡Te ordeno que me bajes!!
-¡Já!- se burlo.
Luego de unos minutos miraba tan oscuro como siempre.
-Óyeme, sé que estoy drogada pero creo que ya habíamos pasado por este lugar- digo desde su espalda.
-No. No hemos pasado por aquí, estamos a punto de llegar.
-Nop, mira- señalo- ahí esta mi churro. Cameron me baja y se agacha a tomar el cigarro- ¿No lo estará haciendo a propósito?
-¿A propósito qué?- se voltea pero está muy oscuro, apenas veo su silueta.
-No encontrar la salida- le arrebato el cigarro y lo regreso a mi bolso.
-Primero- pone su dedo índice frente a mi rostro- Nunca me perdería a propósito en vez de velar a mis sobrinos y segundo- añadió su dedo medio- Regrésame esa porquería- estendió su mano y flexionó sus dedos- Dame, dame.
-¿Duro o suave?- bromeo.
-¡Dame el maldito cigarro!- Uy ¿Por qué anda tan molesto?
-Cameron- le doy el cigarro- ¿Por qué anda tan a la defensiva? ¿Qué le hice ahora?- él suspira.
-Tú nada...
-¿Y quién? ¡Maldita sea! ¡Búsquese un terapeuta! Si quiere le hago una cita con Shawn pero lo más probable es que termine recomendándote el número de varias prostitutas...y están muy buenas ¿Eh?- podría decir que rodó sus ojos pero no estoy segura.
-Si de cambiantes hablamos tú eres la embajadora de bipolarilandia.
-Se lo dije, Lí. Somos más parecidos de lo que cree- escucho unos crugidos- ¿Qué es eso?
-Soy yo- contesta. Los crugidos continúan, son ramas- Dame tu encendedor.
-Fósforos- se los aproximo, enciende uno y prende fuego a las ramas. Es una pequeña fogata.
Él quita su chaqueta y me la pone en los hombros, se sienta en el piso, me siento a su par. Está en silencio hipnotizado con el fuego.
-¿Le gusta el fuego?- rompo el silencio, él me mira y sonríe.
-Mucho, es el elemento de mi signo. - Sigue distante.
-¿Cómo sé cuando es el niñero, el director o el amante?- me mira a los ojos y las llamas se reflejan en sus pupilas.
-Jane...-suspira-...El incendio fue provocado y hallaré al o los malditos que lo hicieron- su expresión se endureció- Y morirá en las llamas así como mataron a mis sobrinos. No lo entiendo ¿Qué clase de maldito desalmado le haría algo así a esos niños?- La presión comienza a envolverme.
-Tal vez no sabía que estaban dentro- empiezo a jugar con mis dedos-...¿Cómo fue?
-El inhalador de Dani se agotó y yo tengo uno porque padecía de pequeño, creo que eso ya te lo había dicho. Corrió hasta casa y cuando regresamos la casa de Liz estaba en llamas- sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas- Eran mis sobrinos, Jane. Es tan duro ver presenciar algo así. Perdóname por estar tan frío.
-Lo estaba antes del incendio- nuestros rostros se iban juntando lentamente.
-Yo sospechaba que tu padre estaba vivo- susurra.
-¡¡Y no me lo dijiste!!- grito apartándome.
-¡Eran sólo sospechas! Mira, primero que tu padre traía cinturón de seguridad y no salió volando por el parabrisas, el auto donde dice tu abuelo que se estrelló está intacto y muy raro que lo cremaran, siquiera lo hubieran velado primero. Liz lo encontró muy sospechoso y la encontré hablando con tu abuelo, no escuchaba lo que decían pero estoy seguro de que era sobre tu padre.
-¿Dónde está? ¡En qué prostíbulo se metió! ¿Se hizo prostituto o transexual? ¡¡Dónde carajos está!!- agito mi cabeza como loca, Cameron me toma de los hombros.
-¡No lo sé! Sé todo lo que sabes tú, nada más.
-Pero yo ví su acta de defunción.
-Seguramente era falsa- se encogió de hombros, suspiré y miré hacia la oscuridad- Jane...-volteo hacia él-...Bésame, lo necesito- se acerca a mí y me besa, sus labios están fríos pero es satisfactorio calentarlos con los míos, saborear su lengua escarbando en mi boca era algo relajante y adictivo, más que cualquier cosa que me haya inyectado antes. Me inclino hacia él y me siento en su regazo a horcadas, acaricio sus rizos entre mis dedos y por primera vez en mi vida no me siento inmunda, desabrocho los primeros botones de su camisa e introduzco mis manos, el calor de su pecho penetra por mis manos-...Espera...-toma mis manos-...No puedo hacer esto sabiendo que mi hermana está mal, no es el momento.
-No pretendo hacer nada malo, sólo quiero mostrarte cuanto te...-<¿Te qué?> Me mira esperanzado, yo muero por decírselo, pero no estaré segura si es verdad o no hasta que lo diga-...quiero apoyar en este momento- cierro mis ojos, no puedo.
-A veces temo decirte las cosas, no sé como reaccionarás. Es difícil contarte lo malo porque temo que te enojes- Y tienes mucha razón en temerme, cielo.
-Yo...yo...yo opino que...-mis ojos se pierden en la oscuridad-...¿Por qué no ha llamado a alguien para que nos ayude?
-¿Crees que si tuviera un teléfono no lo hubiese hecho ya?- rueda sus ojos.
-Pues usemos el mío- saco el teléfono de mi bolsa, los ojos de Cameron se amplían.
-¡¿Has tenido el teléfono todo este tiempo?!
-Claro ¿De dónde cree que lo llame?
-Sé que de tu teléfono pero cortaste y si no lo habías mencionado en todo este tiempo pensé que era porque se te había descargado.
-No- rio y lo enciendo.
-No puedo creer que hicieras esto- dice fastidiado.
-Perdón, sólo quería pasar tiempo con usted- noto que tengo tres mensajes y quince llamadas perdidas. Dos de mi madre y uno de Danielle.Mocosa del demonio, no hagas estos espectáculos ¿Dónde coño te metiste? Deja de lamer purro y ¡Aparece de una vez!
Desgraciadamente tu madre.Estoy tan molesta que quiero licuarte los ovarios y bebérmelos en un batido de fresa con una capa de crema hecha por tus sesos y en vez de ponerle una cereza en la punta pondré uno de tus ojos.
Con amor; Mami.Tu mamá está molesta.
Dani.-¿A quién llamamos?- le ofrezco el teléfono. Lo toma y marca.
-Edo, necesitamos tu ayuda...Si, estoy con ella ¡No debes decirle a nadie!...Necesito que vayas al sótano y saques un foco amarillo que hay ahí, lo pongas en dirección sur al pastizal y luego, cuando vuelva a llamarte asegúrate de que nadie esté afuera- cuelga.
-¿Qué hizo? ¡¿Por qué no le dijo que viniera a buscarnos?
-¿Con qué dirección? ¿Entre árbol con hojas y otro con más hojas?- rodó sus ojos.
-No me hable con ese fastidio o le arrancaré los labios de un mordisco- merodeo sus labios provocativamente y cuando me acerco siento demasiado feliz cierta zona, como fiesta de año nuevo- 3...2...1...- él frunce el ceño- Cuenta regresiva de año nuevo.
-¿Sigues bajo los efectos?- acaricia mi rostro y me besa con suavidad, se aparta de repente- ¡El foco!- me toma de la mano y caminamos hacia la luz que proviene de entre los árboles, está algo lejos ¿Dónde estamos metidos? Luego de unos minutos llegamos casi a la casa, Cameron vuelve a llamar.
-Listo- cuelga- Ve tú, Jane. Dices que no me has visto y yo llego más tarde.
-¿Por qué?
-Porque hay gente importante ahí y no quiero que me vean llegar contigo- Mierda, eso me hizo sentir como una- No lo tomes a mal, es por mi puesto. Primero te expulso de la escuela y luego me fugo contigo en la oscuridad por una hora, no es bien visto.
-Claro que si fuese Paulette se aseguraría que lo vieran con ella- camino hacia la casa.
-Jane, no...-no me detengo y entro a la casa- Gracias- le susurro a Edward en cuanto lo veo. Mi mamá me fulmina con la mirada, hasta tiene un tic en el ojo de la furia, se acerca a mí, otro sermón se aproxima.
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Mala Jane
Fiksi Penggemar**Segundo libro de la saga de Niñas mal** ''Sentirás que es tu mayor fortuna... y cuando ya estás dentro, te das cuenta que es tu mayor perdición'' -Jack Gilinsky ''Su insensibilidad te asombrará más que sus pensamientos'' -Danielle. ''Desearás mat...