Ella es el fuego... que te calienta y te quema

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Miro a Cameron quien está en shock, sus pupilas dilatadas en sus ojos brillaban, su boca está ligeramente abierta, seguro la mía lo está aún más. Me mira esperando una reacción, yo no sé a quién matar primero, pero de que alguien salía aquí sin vida era un hecho. Tomo el brazo de Cameron con fuerza y abro una habitación, fuese la que fuese. En ella hay tres internas, están sentadas en la cama hablando con batas de manicomio blancas, no les pongo mucha mente, mi demonio interno revolotea lanzando fuego por todas partes, el humo sale de mis oídos y las internas se asustan al vernos. Tomo el cuello de la camisa de Cameron con fuerza a pesar de ser seis centímetros más pequeña que él lo arrincono a la pared.
-¡Tú lo sabias ¿Verdad?! ¡¡Contéstame!!. agito mi cabeza como una loca. Él no me contesta, sólo me mira espantado- ¡¡Habla!!- grito ya sin paciencia, Cameron mira por encima de mi hombro a las internas.
-En primera- toma mis manos y las aparta de su camisa- No tienes porqué tomarme de esa manera. Segunda...-aprieta mis muñecas-...Yo no sabía, y si no me crees es tu problema, no lo sabía y si no te basta mi palabra no puedo hacer nada. Ahora, cálmate- murmura con su mirada penetrante.
Es tan duro ver como este hombre puede estar muy enamorado y aún tiene control sobre sí mismo. Como puede ser inmune a mis tácticas de control. Nuestras miradas es una guerra de dominio. Cameron mira una vez más a las internas y me suelta, yo las miro.
-¿Qué miran, estúpidas?- exclamo, todas cierran sus bocas pero una se levanta.
-Tratamos de dormir y tú estás distrayéndonos- alza una ceja. Dime que no dijiste eso, los mil demonios que llevo dentro se apoderan de mi cuerpo. Le sonrío agradablemente y me acerco a ella.
-Jane...-medita Cameron, la miro directamente a sus ojos cafés oscuros. Ignoro a Cameron y le lanzo a la tipa un golpe en las costillas, esta se retuerce en el suelo. Las demás chicas se apartan y Cameron me toma de los hombros.
-¡Suéltame! ¡Suéltame que voy a matarla!- forzajeo.
-Estás loca- murmura la chica, mis mil demonios se reproducen. Voy a matarla <Golpea a Cameron y mátala> Mis mil demonios asienten y yo le doy un codazo a Cameron bajo las costillas dejándolo sin aire. Me abalanzo sobre la chica y comienzo a patearla en las costillas sin piedad, las demás chicas gritan y eso acelera mi pulso, Cameron se levanta e intenta agarrarme, justo cuando yo me volteo y le doy un manotazo en la cara, él se aparta asustado, incluso yo estoy asombrada de la fuerza que me toma en este momento. Me detengo y lo miro fijamente, me mira con decepción y esa punzada llega hasta mí. Lo he lastimado, y no sólo físicamente, trato de acercarme pero él retrocede, eso me frustra inmediatamente. La puerta se abren y entra mi mamá y mi abuelo.
-¿Qué está pasando aquí?- dice el abuelo agitado, mi mamá se sorprende al verme.
-¿Qué haces tú aquí?- se acerca, yo suelto la respiración y mis hombros caen. Miro a Cameron, este salen inmediatamente de la habitación cabizbajo, camino hacia él pero mi madre me detiene antes de pasar- Contéstame- Hasta este momento me doy cuenta que mis mejillas están empapadas de lágrimas.
-Señora Dallas, ella vino a golpear a Claudia de la nada- dijo una de las tipas, mi vista se había nublado ni siquiera podía verlas. Agaché mi mirada hacia el suelo. La tal Claudia estaba en el suelo retorciéndose. Otra la levantó.
-Valentino, llama a la enfermera y que suba a la habitación 301- dice mi abuelo por el telefono.
-Estás castigada- me amenaza mi madre.
-Lo sé- salgo de la habitación buscando a Cameron, él ya no está. Recorro los pasillos buscándolo desesperadamente, pero se ha ido, no puedo permitir que se vaya. Bajo las escaleras y me tropiezo en el penúltimo escalón cayendo al suelo.
-¿Está bien?- corre una mujer delgada con un botiquín hacia mi, la enfermera.
-Sí- me levanto- Mejor suba, hay alguien arriba que la necesita más- corro buscando con mi mirada por todos lados, abro la puerta y está Dylan, el jefe de seguridad- ¿Ha visto a Cameron?
-Sí, murió hace unos meses- dice sarcástico.
-No seas imbécil, sabes que me refiero a Lí-Sellers- ruedo mis ojos.
-Se fue hace unos instantes- me indica.
-¡Mierda!- corro hacia la salida y luego de unas millas llego a casa.
Los mil demonios me invaden. Mi padre se finge muerto, mi madre me castiga, golpeé a una perra y Cameron se larga ¡Y Liz lo sabía todo! Esa maldita es la culpable de todo, ella no tiene más derecho sobre mi madre y sobre mí, la quiero muerta. Tomo mi teléfono y tecleo marcación rápida 2.
-¿Hola?- responde Jack.
-Jack, necesito que me lleves a Mánchester ahora- ordeno.
-Es muy tarde, Jane ¿Qué pasa?- murmura. Actúo llanto y le pido que me venga a traer cuanto antes, él accede y me lleva a Mánchester.

Mala JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora