(DIECISIETE AÑOS DESPUES) (El tiempo vuela)
Jane
─Jared, deja eso ya. Ve a dormir ─bostezo.
─Ya voy, mamá. Sólo termino esta ─responde mi hijo centrado en la mesa.
Jared pone la última pieza en la cumbre de la torre Eiffel de Lego's que tiene frente a él.
─Ya está ─suspiro.
Sonrío y se me viene una idea malévola a la mente. Rodeo la mesa apreciando la obra en la que mi hijo ha estado trabajando las última cinco horas. Me parece un poco desperdicio que mañana lo deshaga para crear otra maravilla del mundo.
Jared mira su creación satisfecho y saca su teléfono, toma una foto y sonríe.
─¿Y qué pasa si yo hago... esto? ─acerco mi mano a la base de la torre.
─¡No! ─grita.
Me detengo antes de golpearla, no soy tan malvada.
─Ve a dormirte ─le ordeno.
Jared se levanta y sube las escaleras, sé que no irá a dormir. Luego de tomarme una taza de té, subo silenciosamente por las escaleras y escucho por su puerta. Él está riendo a carcajadas y hablando, seguro está al teléfono. Es el chico más sociable y extrovertido que conozco.
─Jared, hijo del amor apasionado, cuelga ese teléfono y duérmete ─doy un golpe suave en su puerta y entro a mi habitación.
Cameron está dormido, últimamente ha decidido que no usará ropa para dormir. Me recuesto a su lado y cierro mis ojos, ha sido un día cansado, y mañana lo será también.
Amanece y me levanto a preparar el desayuno, Cameron se está bañando ya, y seguramente Jared tambien. Les preparo el desayuno y los espero en la mesa. Ambos bajan de las escaleras hablando.
─Buenos días ─Cameron me da un beso suave en los labios.
─Hola, má ─Jared me suena un beso en el oído.
─Pancakes para Jared y cereal para Cameron ─anuncio.
Cameron y Jared quedan viendo la comida con mala cara. Jared y Cameron toman su plato y lo intercambian.
─Juro que mañana no me equivocaré ─prometo.
─Eso dijiste ayer ─murmura Cameron con la boca llena.
─Pues, si no te gusta lo que te hago, usa tus manitos en la cocina como las usas en la cama ─refunfuño.
─Eso no quería escucharlo ─Jared presiona sus ojos.
─¿Qué día es hoy? ─pregunto.
─Jueves ─contesta Cameron.
─¿Qué toca? ─les pregunto a ambos.
─Yo lo de todos los días en la universidad ─responde Cameron.
─Fútbol despues de clases, tutoría de matemáticas a un chico luego de eso, y en la noche tengo una cita ─sonríe sonrojado.
─Dime que es la misma de el fin de semana ─suplico.
─Nop ─ríe.
─¡Ese es mi muchacho! ─Cameron palmea su hombro.
Fulmino a Cameron con la mirada y este retoma la compostura.
─¿Y qué pasó con Donna?
─Ah, estaba loca.
─¿Quién es la chica de hoy? ─suspiro.
─Es Evelyn, y tiene unos se... ─me mira─. Perdón.
─¿Tú qué harás hoy? ─me pregunta Cameron incubriendo a su hijo.
─Trabajaré en el mismo caso, un asesinato bastante curioso.
─Lindo ─bromea Jared.
─Jared, quiero pedirte un favor ─hago un puchero.
─Si tiene que ver con Marco, olvídalo ─bufa.
─Óyeme, no le hables así a tu madre ─le regaña Cameron.
Jared ruedo sus ojos y suelta la cuchara.
─Dime, mamá ─masculla de mala gana.
Doy un suspiro enorme.
─Mi madre llamó, quiere que lleves a Marco a ver una de tus prácticas del fútbol ─cruzo mis dedos.
─¿Para qué? A Marco no le gusta el fútbol; a Marco no le gusta nada ─masculla entre dientes.
─Es el punto. Mi madre está preocupada por su integración social. Sabes de sus vicios. Tal vez viéndote haciendo algo bueno, le den ganas de hacerlo tambien. Inyéctale un poco de tu energía ─finjo una sonrisa. Dudo que acepte, pero debía intentarlo.
─¿Y seré yo quien lo convenza? Marco me odia.
─Jared, no digas eso. Marco no te odia. Se llevarían bien si le dieras una oportunidad.
─Le he dado muchas. Él simplemente es un antisocial perdido. No quiero seguir hablando de esto; me voy a clases ─se levanta de la mesa.
─Piénsalo un poco, por favor.
Jared camina hacia mí y planta un beso en mi mejilla.
─Ni soñando ─susurra. Camina hacia la salida silbando y jugueteando con las llaves en su mano y se va.
─¿Crees que Marco sea lo que Jared dice? ─le pregunto a Cameron. Él está hipnotizado letyendo el periódico.
─Ah, sí. Seguro ─encoge sus hombros.
─¡Cameron! Es de mi hermano de quien hablamos ─golpeo la mesa.
─Lo siento, Jane, pero son realidades. Tu adorado hermano adolescente es raro. Y no, no raro como tú o como tu madre, él es como... místico y a veces me da miedo. ¿Pertenecerá a una secta? ─jadea abriendo los ojos.
─¡No seas imbécil! ─me levanto de la mesa.
Tomo mi bolso y salgo de la casa. Subo a mi auto, mi nuevo auto: negro con líneas rosas y tiene escrito Jane en chino en la parte del motor.
Comienzo un pesado día de trabajo.
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Luego del trabajo paso por la casa de mi mamá. Ya casi son las ocho de la noche, espero poder hallar palabras para decirle que Jared no quiere pasar tiempo con Marco. Pero, ¿qué puedo hacer? No lo voy a obligar. Además, tal vez Jared tenga un poco de razón. Marco es bastante... cerrado y místico. Pero, no deja de ser familia nuestra y debemos apoyarnos. Tal vez Shawn pueda ayudarle un poco.
─Jane, vienes a visitarme, ¿cuándo será el día que podré deshacerme de tí? ─bromea mi madre.
Los años no han pasado por ella, sigue siendo tan alegre y directa como siempre, y al lado de mi papá, como siempre.
─Mamá, quiero hablar contigo ─me siento en una silla de comedor.
─Es de mí, ¿cierto? ─aparece Marco de la nada─. Hola, Jane. A mí nunca me vienes a visitar, y cuando vienes a ver a mi mamá, sólo te empeñas en difamarme ─cruza sus brazos.
Sus intensos ojos grises me atraviezan por completo. Mantiene su cabello relativamente largo, de un tono castaño claro y lacio. Me recuerda un poco al peinado que usaba Sam en la universidad de Mánchester.
─Marco, queremos lo mejor para tí... ─comienzo.
─Sí, claro ─rueda sus ojos.
─Sí, ven a cenar con nosotros a mi casa. Siempre estás encerrado aquí ─miro hacia los lados.
─Me gusta estar aquí, no me voy de casa a los diecisiete como tú. Yo ya tengo diecinueve y no he abandonado a mamá ─me golpea bajo. Entrecierra sus grandes ojos grises.
─Hay muchos tipos de errores, Marco. Tú estás aquí físicamente, pero no mental. No entiendo porqué te aislas en un mundo aparte para tí solo. Hay gente alrededor que queremos pasar tiempo contigo ─dejo caer mis hombros.
Él permanece con sus brazos cruzados bajo su camisa negra mangas cortas, veo que a su edad ya tiene el cuerpo muy bien esculpido.
─Lo que quieres es hacerme un clon de tu hijo ─masculla entre dientes.
──¡No! Marco, todos somos únicos. Tú tendrás tus gustos diferentes y están bien, pero queremos conocerlos, y que los practiques libremente. A Jared le gusta el fútbul, a mí mamá las fiestas, a mi el faje; las tres cosas están bien. Dime, ¿qué te gusta a tí? ─sonrío. Me acerco un poco hacia él, pero siento la tensión del ambiente.
─Me gustaría que te largaras y me dejaras en paz ─presiona su mandíbula.
─Marco, queremos compartir nuestras vidas contigo, y que tú compartas la tuya con nosotros. Jared quiere pasar tiempo contigo y...
Marco bufa al escuchar la última frase, pero decido continuar.
─.... ¿Tienes algún hobbie, pasatiempo, deporte? No lo sé, tú dime.
─¿Quieres saber lo que paso haciendo todo el día? ─su cara se anima ligeramente, pero sé que sólo es una máscara.
─Sí ─digo temerosa, no creí que cediera.
─Me paso masturbando y deseando cuanto quisiera que tú, tu hijo y toda esta familia desapareciera. Pero como ya ves, los sueños no se hacen realidad.
─¿Qué has dicho? ─entra mi padre.
El rostro de Marco se tensa y se pone verde. Presiona sus ojos y maldice en silencio.
─Dime, Marco, ¿qué es lo que acabas de decirle a tu madre y a tu hermana? ─mi padre alza una ceja.
─Nada, papá ─susurra.
─¿Nada? ─gruñe.
Marco niega con la cabeza y la vista en el suelo.
─Que sea la última vez que te escucho irrespetando a tu madre y a tu hermana, ¿me entendiste? ─lo amenaza.
─Sí, papá ─masculla entre dientes.
─Y te irás con Jane a cenar a su casa, es hora que salgas de tu maldito caparazón ─le ordena. Marco no contesta.
Asiente a regañadientes y sube por las escaleras.
─Hola, hija ─me abraza.
─Hola, papá, ¿cómo les va?
─¿Con Marco? ─suspira─. No quiere nada. No tiene amigos, ni novia, no mira televisión, ni nada. Pasa en su habitación todo el día, lo único que puedo ver que hace es leer, tambien nada de vez en cuando, pero me preocupa que todo quiera hacerlo tan solitario; no es normal.
─Tal vez sólo es una etapa, ¿han hablado con Shawn?
─Sí, pero Marco ha sido así desde siempre, no creo que su personalidad tan negativa se vaya así por así ─comenta mi madre.
─Pues, hay que intentarlo ─salgo de la cocina y llamo a Marco.
A los minutos él baja y me hace mala cara.
─¡Qué lindo te ves hermanito! ─lo abrazo y le lleno la cara de besos en broma.
─¡Jane! ─me aparta.
─Vamos, amargado, por tu culpa mi psicópata interna regresará.
Mi padre nos abre la puerta y salimos en mi coche.
Cuando llegamos a la casa Cameron logra sacarle unas cuantas palabras a Marco y lo convence de jugar ajedrez, tal vez Cameron sepa como tratarlo.
Marco le gana a Cameron cinco de cinco partidas, no es que Cameron sea un asco, es que Marco se las sabe todas.
Cuando termino de hacer la cena, Jared llega a la casa silbando una canción y entra a la cocina, rápidamente su silbido disminuye cuando mira a Marco.
─Nos vemos en la próxima ─da media vuelta.
─¡Jared! Ven aquí ─le ordeno.
Veo que se asoma de nuevo por la puerta.
─Marco ha venido a cenar con nosotros, saluda ─mascullo.
─Eh, hola, Marco ─dice de mala gana, pero con un poco de esfuerzo le obsequia una sonrisa, a la que Marco responde con su cara de amargado.
No puedo obligar a Marco a nada, él es mi hermano, no mi hijo, además, iré poco a poco con él, para que le sea más fácil adaptarse. Me aclaro la garganta, Jared rueda sus ojos pero entra y se sienta en el comedor con una sonrisa.
─¿Cómo va el juego? ─intenta animar el ambiente.
─Mal, Marco me ha dado una buena paliza esta noche ─bromea Cameron.
─Culpa a tu falta de concentración y orientación ─masculla Marco.
─¿Cómo estuvo la cita? ─pregunto tratando de disipar el mal caracter de mi hermano.
─Bien, Evelyn quiere una segunda cita, y yo quiero unas cuantas cositas de ella tambien ─sonríe pícaro.
Evito cortar la esencia de la buena vibra y el intento de alegrar el ambiente e ignoro los comentarios hormonales de mi hijo.
─¿Qué tal tú, Marco? ¿Hay alguna chica que llame tu atención? ─pongo los platos sobre la mesa.
Cameron mueve el tablero y la mesa queda libre. Comenzamos a cenar.
─No. No tengo el propósito que embarazar adolescentes por el momento ─tira una piedra hacia Jared.
─Bueno, un par de citas no embarazan a nadie ─balbuceo.
─No ha llegado la mujer que pueda convencerme de eso ─mete un bocado en su boca.
Marco no comenta mucho durante la cena y al final Cameron se ofrece a llevarlo a casa, aunque sólo sea a trescientos metros de aquí. Marco está a punto de salir, cuando mira la torre de Jared y la patea desde la base. Jared se pone azul, morado y todo los colores del arco iris y el humo sal epor sus oído.
─París, es para maricones ─tuerce una sonrisa y sale de la casa.
Detengo a Jared antes que llegue a Marco y este resopla. Logro tanquilizarlo y nos sentamos en el sofá a ver una película.
─¿Cómo está Danielle y Edward? ─dice con su cabeza sobre mis piernas.
─Bien, cuidando de Rosalie.
─Me encanta esa niña. Once años y ya está en segundo de secundaria.
Cameron entra.
─¡Ese chico es raro! ─dice con la respiración agitada.
─¿Qué te dijo?
─Entro por la ventana ─bufa.
─Déjalo. Hora de dormir ─me levanto y apago la televisón.
─¡Nooo! ─Jared se levanta.
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Estoy en la cama con Cameron, estoy recostada en su pecho y escucho su intensa respiración. Él acaricia mi cabello y besa mi coronilla.
─Gracias por aparecer desnuda en mi cama el día que nos conocimos ─susurra.
─Gracias por llevarme a la estación de policía el día que casi incendié la discoteca.
─Gracias por darme un hijo.
─Gracias por... todo ─levanto la cabeza y lo beso.
─A pesar de todo, estamos aquí juntos, y quiero que lo estemos tanto como duren nuestras vidas.
─Te juré frente a un altar que lo haría... Harry, tengo algo que decirte ─suspiro.
─Jane, ¿qué pasa? ─me mira.
─Harry yo...estoy embarazada de nuevo.
No me contesta, se queda boquiabierto.
─¿Cuándo...? ¿Cómo...?
─Tengo dos meses, y lo que pasó es que me das a guardar demasiadas culebritas.
─Increíble. Es la mejor de las noticias ─me estrecha entre sus brazos─. Y, tengo otra noticia que darte yo... sobre Marco.
─¿Qué le pasó?
─¿Recuerdas lo que dijo en la cena? Lo de que su propósito no era embarazar adolescentes.
─Sí.
Harry suelta un suspiro interminable.
─Lo dijo de burla por algo que yo sé... ─cierra sus ojos.
─¿De qué hablas? ─pregunto desorientada.
─Marco ha embarazado a una chica.
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Mala Jane
Fanfiction**Segundo libro de la saga de Niñas mal** ''Sentirás que es tu mayor fortuna... y cuando ya estás dentro, te das cuenta que es tu mayor perdición'' -Jack Gilinsky ''Su insensibilidad te asombrará más que sus pensamientos'' -Danielle. ''Desearás mat...