El sonido de la alarma me hace despertar.
"Genial, lunes." Pensé.
Me duché y me preparé perezosamente. Bajé a la cocina donde se encontraba mi madre preparando el desayuno. No tenía ojeras, cosa rara en ella, ya que por la separación no ha podido dormir muy bien.
-Hola mamá -digo mientras le doy un abrazo
-Hola cariño. ¿Cómo dormistes?
-Bien... -mentí. No pude dormir bien ya que seguía pensando en el mensaje. Tras un rato hablando con mi madre, me doy cuenta de que esta más sonriente de lo normal.- ¿Te pasa algo?
-Bueno... tengo que decirte algo. -yo asiento con la cabeza- Verás tu tío tiene problemas económicos, y se vendrá vivir aquí por un tiempo porque le han quitado la casa.
-¿El tío Kevin? Pero si el tiene dinero de sobra -digo confusa.
-No... verás. Es otro tío. Se llama Erick. No lo conoces porque nuestros padres, es decir, tus abuelos, tuvieron una discusión cuando teníamos 16 años y, bueno, se fue de casa en cuanto pudo.
-Eh... vale... -vuelvo a decir confundida- Es que es mucha información para mi cerebro desde por la mañana.
Y entre risas y tal vez algún que otro vaso roto por mi parte, seguimos desayunando y conversado sobre nuestros planes para hoy. Vero y Eli me recogen y antes de irme le digo a mi madre, que por cierto se llama Jessica, que llegaré tarde ya que hoy comeré con mis amigas.
[...]
Vero y yo estamos buscando nuestra aula por los pasillos. Lo peor de todo es que vamos corriendo porque vamos con 5 minutos de retraso y si volvemos a llegar tarde nos ponen un parte, y está claro que nadie quiere en su expediente un parte. Y si os lo estáis preguntando, sí, estamos perdidas (otra vez) en nuestro propio instituto. Hay personas que son despistadas, pero nosotras somos un caso a parte.
-¡Oh! Perdón... Deja, deja que te ayude.
Andaba tan distraída que ni si quiera he visto al chico con el me acabo de estampar. Le ofrezco mi mano para que se ayude a levantar, porque estaba en el suelo, pero este la rechaza de mala manera. Se levanta y al fin consigo ver su rostro. Oh no... Me acabo de chocar con Dylan O'brien, el chico mas popular del instituto y temido por algunos, incluyéndome a mí.
-Gracias, nena. Pero no hacía falta, ya hiciste bastante -dijo de una manera sarcástica.
Sin mas, se va dejándome con la palabra en la boca.
Noto que me jalan del brazo y me meten en mi clase ¡Al fin!
- Tranquila, tenemos hora libre -me avisa Vero.- Por cierto, ¿Cómo es que una chica tan tímida, según tú, estaba hablando con el mismísimo O'brien?
-Querrás decir una chica tan torpe como yo. Estaba corriendo y me tropecé con él. Le pedí disculpas y el muy imbécil se marcho dejándome con la palabra en la boca.
- ¡¡Ah, te gusta O'brien!! -gritan al unísono como locas
-¿¡Qué!? Ni de broma.
-Ajá... ¿y por qué tienes toda tu dulce carita que ahora mismo parece un tomate? -dice Eli riendo.
-Porque... ¡porque sí vale! -no puedo evitar hablar sin soltar una risita nerviosa. ¿Pero por qué estoy nerviosa? Si en realidad no me gusta.- Por cierto, -digo intentando cambiar de tema- resulta que tengo un tío que se llama Erick del que no sabía que existía y se va a venir a vivir a mi casa por un tiempo.
Mis amigas se quedan estupefactas. Supongo que por la naturalidad con la que lo dije.
-¿Y tienen hijos?
-No lo sé. Todo lo que sé es lo que os acabo de decir.
-¿Son guapos?
Elisa y yo reímos ante las preguntas que no acaba de hacer Vero.
-Tu siempre -digo alargando las vocales- pensando en eso.
-¡No! Bueno, tal vez un poco sí. -dice y se encoge de hombres restándole importancia.
Suena el timbre y seguimos dando clases.
Al fin llega la hora del recreo y mientras estamos tomándonos nuestros sandwiches vemos a un círculo de personas gritando "pelea" continuamente. Nos acercamos para ver quiénes eran y resulta que son O'Brien y otro chico que no conozco. Este estaba pegando con todas sus fuerzas a Dylan, que tenía su precioso rostro cubierto de sangre.
Precioso, ¿enserio? El amor te hace cursi Summer
¿Qué? ¡O'Brien no me gusta!
Ya ya...
Decido ignorar a mi subconsciente y concentrarme en lo que estaba pasando. Me dio tanta pena verle en ese estado que me involucré en la pelea y tan fácil como darle al chico una patada en su "zona sensible" y adiós chico.
Llevo a Dylan a la enfermería y lo dejo allí dentro ya que Santi, su mejor amigo, había llegado.
Justo antes de cerrar la puerta oigo un "yo podía solo" por parte de O'Brien y la rabia se apodera de mi.
Mientras, en la enfermería...
-Yo podía solo. -digo sin fuerzas.
-Ajá... ¿Por eso casi te matan no? -miro a Santi y luego bajo la mirada- Escúchame. Deberías de darle las gracias a aquella chica. -Ni siquiera me había acordado de ella... ¿Por qué lo habría hecho? Es más, no la conozco... - Por cierto, ¿Quién era?
-No lo sé. Hoy nos chocamos por los pasillos y yo caí al suelo. Me fue a ayudar, pero ya sabes como soy.
-Ya... Pues por eso mismo deberías de darle las gracias. Es que fue tan.. No se... Impresionante se podría decir.
Rio ante sus palabras.
-¿Impresionante?- pregunto riendo.
-Sí. Te vio, se acerco a Alex, se puso detrás de él y le dio un golpe en... Bueno, ya sabes- dijo riendo.
-Santi, ¿te pasa algo? -digo riendo y sigo hablando ya que su rostro expresaba confusión- A ver, tienes cara de bobo y una sonrisa peculiar... ¿No me jodas que te gusta esa chica?
-¿Qué? ¡No! Tu sabes que me van más los rollos de una noche, como a ti. Para que veas, apuesto a que consigo llevármela antes a la cama que tu.
-Eso ya se verá. -digo riendo- Sabes que todas caen ante mí.
ESTÁS LEYENDO
Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...