O'Brien se movió de manera brusca, haciendo parecer que se tropezaba. Respondí dándole un pequeño puñetazo en su pecho. Él fue a reprochar, pero ambos levantamos nuestras cabezas al oír un murmullo. Nos dimos cuenta de que Verónica estaba sentada en el sillón llorando a lágrima viva, mientras Raúl la abrazaba.
Dylan terminó de bajar las escaleras y me dejó en el suelo. Yo me acerqué preocupada a Verónica y me senté el suelo sobre mis rodillas.
-Con que todo iba a ir bien, ¿no? -Raúl me dedicó una mirada fría.
-¿Qué pasó? -pregunté con voz suave, ignorando el comentario de primo.
Dylan se sentó en la mesita que hay en frente del sofá y puso su mano sobre mi hombro.
Verónica fue a hablar, pero antes de eso se limpió las lágrimas que caían por su mejilla.
-Fue un desastre. Iba todo bien pero luego él bebió de más y creo que lo estropeé todo. -habló rápido.
-Tranquila... Explícate mejor. -dije en un susurro por la hora que era.- ¿Qué fue lo que sucedió?
-Si le hubieras contestado a las llamadas lo sabrías. -dijo serio Raúl. Yo fruncí el ceño al no entender de qué hablaba.
-Te llamé varias veces... pero no contestaste.
-Verónica, lo siento, de verdad... -le agarré la mano.- Me encontraba mal y me fui a dormir antes. -susurré recordando.- Perdón... Dios, cómo se me pudo olvidar. -mi tono era desesperado.
-No quería llegar a mi casa así -se señaló la cara, con el rímel corrido y los ojos rojos.- y le mandé un mensaje a Raúl para si podía ir a tu casa y hablar con él. -Raúl le pasó otro pañuelo y ella se sonó.- Tenía que... tenía que haberte escuchado. -soltó un pequeño sollozo y enseguida él la envolvió de nuevo con sus brazos.
-No pasa nada. -le acarició la cabeza con su pulgar.
-¿Pero qué fue lo que pasó? -preguntó O'Brien, quien había permanecido en silencio durante todo el tiempo.
Verónica apretó sus ojos y se separó de Raúl.
-Era una cita normal y corriente. Fuimos a una cafetería y hablamos un rato para saber más del otro. Íbamos a ir al cine, pero al final acabamos en una fiesta de un amigo suyo. Yo no bebí nada y... -suspiró.- él se molestó por eso. Harry... él, estaba borracho... No fue su culpa. -susurró con lágrimas en sus ojos de nuevo.
-Verónica, ¿por qué dices eso? -preguntó tenso Raúl. Tenía sus puños apretados y los nudillos estaban completamente blancos.
-¿No lo sabes? -preguntó Dylan.
Raúl negó con la cabeza. Supongo que Verónica acaba de llegar y por eso tampoco se lo ha explicado a él.
-Me dijo de ir arriba porque había menos gente. Parecía que se había tranquilizado pero... entró a una habitación y me dijo que le siguiera. -comenzó a hablar más rápido.- Yo... no sé por qué le hice caso. -susurró en un tono agudo, desesperado. Mi vista se clavó directamente en Verónica, preocupada, al ver que retenía las lágrimas en sus ojos.- Nos sentamos en la cama y... me dijo varios cumplidos, como que le gustaban mis labios y más cosas ridículas... y luego me besó. No me aparté porque había vuelto a ser el mismo Harry que el de la cafetería, dulce y amable. Aunque, después... intentó algo más. -bajó su cabeza y presionó sus labios. Raúl abrió los ojos como platos y noté como mi cuerpo se tensaba al mismo tiempo que el de Dylan.
-¿Te...? -no pude terminar la pregunta, porque sólo de pensar que la primera vez de Verónica fue forzada se me estremece todo el cuerpo y la culpa por no haber estado ahí se me hace más grande.
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Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
Hayran KurguSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...