Después del intento fallido de convencer a Raúl para que me dejara quedarme con Dylan en la misma habitación, acabé escogiendo a Verónica.
-Perfecto. Entonces Elisa duerme conmigo y Dylan con Santi.
-¿Quién dice que quiera dormir contigo? -habló molesta.
Tal vez cuando estaban intentando convencer a Raúl, él ignoró cada palabra que le decía Elisa. Solo tal vez.
-Es eso o el sofá. -chantajeó Raúl.
Pero mi amiga no respondió. Salió sin decir palabra de la habitación y dos segundos después se escuchó como se cerraba una puerta de las habitaciones.
-Creo que es a ti al que acaban de mandar al sillón. -se burló Santi.
-Karma... -canturreó Verónica.
-Voy a ver si me abre. -dio un suspiro y se fue.
-¿Tienes hambre? -le preguntó Santiago a mi amiga.
-Siempre.
-¿Me ayudas a hacer la cena?
-Solo si hacemos lo que yo quiera.
Hizo como que se lo pensó y luego habló.
-De acuerdo.
Ambos salieron de la habitación, como si se conocieran de toda la vida.
-Creo que se llevan bien. -susurró Dylan.
-Yo quería dormir contigo. -me pegué a él.- No es justo que Raúl se crea mi padre.
-Es normal que desconfíe. Ya hace bastante no diciéndoselo a nuestros padres.
Di un suspiro.
-Ya me había acostumbrado a abrazarte que creo que me va a costar dormir sin ti. -solté una pequeña risa.
Luego de darnos un par de besos y abrazos más, Dylan se fue a su nueva habitación porque ambos teníamos que colocar nuestra ropa en los gigantescos armarios.
Como siempre, él fue más rápido que yo y cuando estaba guardando las camisas en un cajón, se puso detrás mía y yo me asusté. Algo raro en mí, ¿no?
Ahora está sentando en la cama, con un poco de sangre en su nariz por el cabezazo que le había dado sin querer.
-Uno intenta ser romántico y le dan en la nariz.
-Lo siento... -dije por quinta vez en un susurro.- ¿Necesitas algo más?
-No... -bajó su brazo que sostenía un cacho de papel para parar la sangre.- Creo que ya no sangra. -dijo restándole importancia.
-No estás molesto conmigo, ¿verdad?
Él negó con la cabeza, con una pequeña sonrisa en su rostro.
En el silencio que se había formado, se oyó rugir a mi estómago, y ahí fue cuando me di cuenta de que probablemente todos estarían cenando ya.
-¿Bajamos a comer? -pregunté tocándome la barriga.
-Puedes comerme a mí. -Se encogió de hombros y se señaló.
-Me encantaría... -me acerqué a él y rocé mis labios con los suyos.- Pero estoy hambrienta. -me giré y salí de la habitación lo más rápido que pude.
Eché un vistazo atrás y lo vi saliendo con una sonrisa pícara en su cara.
-¡Summer, ven aquí y arregla lo que has hecho! -oí su voz más cerca.
ESTÁS LEYENDO
Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...