-¿Entonces sois primos? -preguntó por tercera vez.
-Que sí pesado. Pero solo primos. -dije riendo.- Bueno, ambos somos sus primos, ya que nuestros padres son hermanos de su padre.
Con ayuda de Vero y Elisa, le explicamos a Raúl cómo es que llegué a descubrir que O'Brien era mi primo y todo lo que había pasado a raíz de ahí, desde que se me cayó la toalla frente a él hasta el desayuno silencioso después de lo del colgante.
-Y entonces hoy en el Starbucks intentamos averiguar qué podía ser el colgante misterioso del que O'Brien no quiere hablar. -terminé de hablar.
Estábamos sentados los cuatro en la cama, cada uno en una esquina y con un cojín entre los brazos. Raúl abrió un poco los ojos como signo de sorpresa, pero en seguida volvió a tranquilizarse.
-¿Pasó algo? -preguntó Verónica, que parece que también lo notó.
-No, nada...
-Raúl. -dije como si le estuviera advirtiendo, alargando la u.
-Es solo que puede, y solo puede, que sepa de qué colgante habláis. -dijo despacio, como si tuviera miedo de contarlo.
-¿En serio? -pregunté animada.
Nadie habló, nadie se movió. Parecíamos estatuas. Entonces, cansada por esperar a que hablara, le insistí protestando para que hablara de una vez.
-Y bueno... ¿Vas a decirnos por qué hay tanto misterio con ese collar? -pregunté y apreté un poco más el cojín entre mis brazos.
-No... No puedo. -se rascó la nuca.
-¿QUÉ? -le tiré el cojín y fruncí el ceño.
-¿Por qué? -replicó Elisa tirándole el suyo también.
-Qué te hemos hecho -dijo esta vez Verónica con un rencor falso en su voz, haciendo volar también su cojín.
-¡Vale, vale! Vereis, es que... es un tema delicado. -Verónica se iba a levantar cuando Raúl levantó sus brazos en signo de inocencia y habló rápidamente.- Solo puedo decir que es un tema muy importante para él, y muy delicado. Es algo personal que muy pocas personas saben, por eso creo que no soy el indicado para deciros de qué se trata.
Las tres dimos un suspiro, rendidas. Pero, ¿qué tan importante podía ser esa cadena para que ni mi primo, el que me cuenta todo, no nos lo diga? Y ahora que lo pienso, ¿cómo es que él sí lo sabe?
-Oye... ¿Y tú cómo sabes qué es? ¿Eres su amigo, porque no lo parecía? -la última pregunta la dije más para mí que para los demás, al recordar lo de esta tarde.
-Larga historia, loca. Ya te explicaré, pero primero necesito comer algo porque sino me voy a desmayar de la fatiga.
Fui a rechistar para que me respondiera a la pregunta, pero Elisa se me adelantó y corrió rápidamente hacia la puerta.
-¡Llegaré primero y me comeré todo solo para joder como no vengáis ya! -gritó después de haber salido de la habitación.
-¡Me pido las sobras aunque sea! -la siguió Verónica.
Entonces Raúl y yo nos miramos.
-¿Sabes qué? -me preguntó sonriendo.
-¿Qué?
-Te extrañé. -me dijo, tras repetírmelo durante toda la tarde y yo a él.
-Ya lo sé, porque yo a ti también. -dije cariñosa, acariciándole el pelo. Entonces, le arranqué un diminuto pelo. Me reí falsamente.- ¡Jaja! ¡Ahora te clonaré y te tendré conmigo para siempre! -dije y me reí al ver su cara.
ESTÁS LEYENDO
Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...