Vueltas y más vueltas. No conseguía dormir y lo único que hacía era dar vueltas en la cama. Estiré la mano para alcanzar un vaso de agua pero se me había olvidado, así que decidí bajar. Antes de entrar, escuché a Raúl hablar con Dylan.
Lo oí todo. Le estaba diciendo por todos los problemas que había pasado, aún sabiendo que yo no quería que se enterase nadie más. Al revivir esa situación de nuevo, mis ojos se cristalizaron un poco, pero el enfado que llevaba encima no me lo quitaba nadie.
-No tenías derecho. -susurré y cerré la puerta para que nadie más pudiera oír la conversación.
-Sum, yo... -se giró y se puso de pie rápidamente.
Raúl quiso justificarse, pero yo no quería oír nada. Nada que tuviera que ver con una excusa, porque no la hay. Dylan solo preguntó, él no tiene la culpa. Pero Raúl, aún pudiendo haber dicho que no se podía contar, se lo soltó con tanta facilidad...
-No, no me vengas con excusas de que se lo tenías que decir, porque de verdad que no era necesario. ¿Ahora qué? También me va a tratar diferente y cada vez que me vea me va a decir algún comentario como "Ay ya estás mucho mejor", o tal vez todo lo contrario como "qué delgada te ves". -dije en un tono amargo.
-Pero yo no voy a... -habló esta vez Dylan, intentando tranquilizar el ambiente.
-Y ya no es solo el qué cambiará, -lo interrumpí, sin quitar la mirada de Raúl, porque mi discusión no era con él.- sino que no tenías ningún derecho de contárselo. Tanto misterio con un estúpido collar y con tu estúpida relación con Dylan, porque "es algo personal Summer" -imité la voz de Raúl.- y luego le sueltas tan rápido mis problemas, que estoy segura de que son más privados que los suyos. -suspiré y di por terminada la conversación.
-Summer... -Raúl se acercó a mí y me miró fijamente a los ojos.- perdón.
Con todo el dolor del mundo, aparté mi mirada, dolida por tener que estar así con una de las personas que más quiero. Él se alejó un poco y yo decidí que era hora de acabar con el problema e irme a mi habitación de una vez por todas. No quise coger el vaso de agua, pero sí me detuve antes de cerrar la puerta.
-Duerme en mi habitación, -le dije seria. Siempre dormimos en la misma habitación, pero como no estoy de humor prefiero que él descanse bien.- Yo duermo hoy en el sofá. -salí a paso ligero para coger unas mantas y acostarme de una vez por todas.
Subí las escaleras y cogí del armario de la habitación de O'Brien, que era donde estaban todas las mantas de la casa, una almohada y una manta. No encendí la luz, puesto que solo iba a estar dentro un par de segundos. Giré sobre mis talones y me choqué con una figura rígida y musculosa parada frente a mí, aunque no me asuste porque lo reconocí al instante.
-¿Me acosas o qué? -dije pero esta vez me reí. Seguíamos con las luces apagadas y él no decía nada.- Puedes encender la luz, por favor. -dije en un tono agudo.
Estiró su brazo y apretó el interruptor.
-Mucho mejor. -dijo.- ¿Qué haces aquí? ¿Espiabas mis cosas? -preguntó Dylan alzando la ceja.
-Claro, hay tantas cosas interesantes en el cajón de las mantas... Ni te lo imaginas. -puse mi mano sobre la frente como si estuviera sorprendida.- Vine a buscar unas mantas para prepararme una cama express en el salón.
Hizo una mueca, como pensativo.
-Si quieres quédate aquí. A mí no me importa. -se ofreció.
-Sí, puedo hacer mi cama express en el suelo. -me encogí de hombros.
-No. -río gravemente.- Me refiero a que te puedes dormir en mi cama. Ayer dormimos bien.
No sonaba mal y me agradaba dormir con alguien a mi lado. Así que, ¿por qué no?
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Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...