-¿Sabes que te quiero, verdad? -pregunta mi madre mientras me abrazaba.
-Claro. Es solo que... Son muchas cosas en un día.
Ella me da un beso en la frente y antes de irse soy yo la que la abraza esta vez.
-Te quiero mami. -Doy un suspiro y cuando me separo de ella continúo hablando. -¿Podemos hablar sobre esto mañana?
-Claro cariño. -Me muestra una de sus dulces sonrisas y se va en dirección a las escaleras.- ¡Ah! Y una cosas más mamá. -Ella se gira a verme.- ¿Puede quedarse Verónica el fin de semana en casa? Es que sus padres trabajan y...
-No preguntas cosas obvias Sum. -me interrumpe y se va riendo.
La verdad es que mi madre considera a Verónica como si fuera otra hija para ella, ya que su madre y la mía se conocían desde que tenían nuestra edad. Por eso, Verónica y yo nos conocemos desde que nacimos.
-¿Adivina quién se queda el finde entero en mi casa? -Digo cerrando la puerta de mi habitación.
-Mmm, deja que piense... ¿Dylan?
-A parte de él. -digo riendo.
-¡Ah, claro! Ya se... Tu otro primo. -dijo casi afirmando.
Al darme cuenta de lo que estaba haciendo, cojo la almohada que estaba a mi lado y se la tiro. Pero como no tengo buena puntería, en vez de darle a ella, le doy a Dylan. Espera, ¿a Dylan? ¿Qué hace él aquí?
-Gracias, yo también me alegro de verte, gafitas. -dijo en tono sarcástico. La verdad es que se veía bastante guapo. Vestía una camiseta blanca básica y unos vaqueros rotos.
-¿Qué haces aquí O'Brien? -pregunto en un tono cansado.
-Tu madre me manda a que les diga que dentro de poco vamos a cenar para que se vayan preparando.
-De acuerdo. Dile que ahora nos bañamos y bajamos enseguida -responde Verónica ya que yo andaba distraída pensando en mi mundo.
Cuando Dylan cierra la puerta seguimos con nuestra "discusión" si a eso se lo podría llamar así.
-Boba. -Le digo riendo.
-Pero aún así me amas. -Dice en tonos superiores y moviendo su cabello como una diva.
-Eso no te lo niego -digo saliendo por la puerta para ir al baño de mi la habitación de mi madre. El mío siempre lo ha cogido Vero cuando se queda en mi casa y ya es cuestión de hábito el hacerlo así.
Me voy deshaciendo de la ropa poco a poco. Me miro en el espejo y pongo una mueca de desapruebo. Entro en la ducha y dejo que cada gota de agua recorra mi cuerpo mientras me relajo. Ya cerrando el grifo siento la puerta abrirse pero no le doy importancia ya que pienso que es mi madre que vino a coger algo.
-¿Me puedes dar la toalla mamá? - comencé a alargar mi brazo y a abrir la cortina de la duche
-Creo que todavía no me he cambiado de sexo. -dice riendo una voz masculina.
Era O'Brien. Espera, ¿¡Qué!? ¿Qué hace el aquí?
-¿¡Qué haces tú aquí O'Brien!? -Digo cerrando de golpe la cortina.
-Tu madre me dijo que viniera a este baño porque estaba libre. Pero ya veo que no lo está. -dice con total serenidad.- Además, no creo que vaya a ver algo que no haya visto antes.
-Idiota... -susurro aún dentro de la ducha- Dame la toalla y se un buen primo -dije haciendo énfasis en la última palabra.
Dylan me la da sin decir nada. Me la pongo al rededor de mi cuerpo todavía mojado y salgo dejando ver su torso desnudo.
No le mires tanto que le desgastas.
Que gracioso... Y ahora calla.
-¿Te vas a quedar ahí mirándome o me vas a dejar pasar? -pregunta arrogante.
-¿Qué? Ah, si si... yo ya me iba.
Y cómo no, Summer se tiene que tropezar y hacer el ridículo delante del mismísimo O'Brien.
El caso es que fui a dar un paso pero yo misma me hice una zancadilla y caí sobre Dylan. ¿Lo peor? Que la toalla se me había soltado. Un momento... ¡No tengo toalla! Esta, y no sé cómo, acabó dentro de la ducha y terminó empapada.
Estoy completamente roja. Siento mi cara arder como nunca antes. Céntrate Summer, céntrate. Estás sobre un chico totalmente desnuda. ¿QUÉ HAGO? Me levanto torpemente y le doy la espalda ya que no quiero que me vea así. Siento su mirada clavada en mi.
-¿De qué te ríes idiota? -Digo algo enojada.
-Ten. - Me ofrece aún riendo. Era una camiseta suya. Supongo que la que se iba a poner después.
-Gra...Gracias. -Estiro la mano hacia atrás y me la pongo, sintiendo como su perfume se impregna a mi cuerpo. Me doy la vuelta, ya que su camiseta me llega hasta las rodillas. Sí, lo admito, soy muy bajita.
Su risa cesa poco a poco y yo sigo ahí plantada, con la cabeza baja y completamente roja. Con su dedo índice levanta mi cabeza apoyándolo sobre mi barbilla. Y cuando parecía que iba a ser dulce conmigo, el O'Brien egocéntrico e idiota vuelve en sí.
-Eh, tranquila. No tienes por que estar avergonzada. -dice mostrando su sonrisa.- Tampoco hay tanto que ver. -Añade y lo estropea todo.
Ahg, chicos...
Yo lo empujo hacia un lado y salgo del baño dando un portazo. Y sin saber por qué, un inmenso sentimiento de tristeza me invade y mi vista se nubla debido a las lágrimas que se asoman por mis ojos.
¿No será lo que yo creo, verdad? Solo espero que no...
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Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...