Me senté junto a Dylan en la cama, intrigada y a la vez desesperada por cada segundo que pasaba, cuando Verónica apareció para avisarnos de que llevaban rato esperándonos. Nos miramos entre los tres, sin saber qué decir.
-¿Interrumpo algo? -dijo con un tono pícaro.
-No, nada Vero. -le respondí de mala gana por no poder saber lo que era hasta el final de la cena.- Ya vamos.
-¿Puedes esperar hasta después o te va sentar mal la comida? -bromeó O'Brien, alzando una ceja.
-Tendré que soportarlo. -dije de igual manera y di un suspiro falso. Aunque por dentro de verdad que me moría de la intriga.
[...]
En la mesa estaba Verónica y Raúl frente a Dylan y yo, mientras que Elisa estaba por un lateral, con el plato más rico frente a ella. Chica lista.
Comíamos sin hablar, disfrutando de la cena.
-Creo que voy a contratar a Elisa de cocinera. -dije y le di un sorbo a la bebida.
-Mejor no, que seguro se come la comida antes de servírtela. -bromeó Verónica y Raúl le siguió la broma.
-O te escupe en ella. -susurró riendo, pero lo bastante alto para que el resto lo escucháramos.
-Si algún día hago algo más de comer acuérdense de esta conversación, y coman con miedo.- dijo y les dedicó una mirada asesina a todos, incluyéndome mí.
-¡Oye, oye! Conmigo no, ¡Eh! -levanté mis dos manos como signo de inocencia.- A mi no me metan, que yo apoyo a la comida de Elisa, nada más.
La comida siguió sin más, cuando de repente siento como todos, menos Dylan, me miran con una sonrisa en los labios.
-¿Qué pasa? ¿Estoy manchada? -pregunté mientras relamía mis labios.
-Hacía tiempo que no comías tanto.- dijo Raúl en un tono tranquilo.
-Si comes así siempre que te haga yo la comida no tengo problema en venir todos los días. -habló esta vez Elisa.
-Vale, ya está. -dije seria, intentando cerrar el tema por el que iba la conversación, ya que O'Brien no sabe nada, y por lo visto mis amigos no se han dado cuenta de su presencia.
-¿De qué hablan? -me preguntó.
-De nada.- aparté el plato casi vacío hacia atrás, y me levanté.- Estaba todo bueno Elisa, pero creo que me voy a dormir ya.
-Pero... -se quejó Verónica.
-Pero nada.
No me agrada que me den la misma charla de siempre, creyendo que así me encontraré mejor conmigo misma y con mi situación. Sé que son mis amigos y me gusta que quieran ayudarme, pero a veces hay que dejarle espacio a las personas en algunos temas personales. Por eso, y porque no quiero que la única persona de esta casa que me trata "normal" se entere de mi situación, decidí irme a dormir.
Narra Dylan:
-¿De qué hablan?- Le pregunté a Summer, ya que no sabía a que se referían.
Tras mi pregunta, su cara cambio y se puso más seria. Luego se inventó la excusa de que se iba a dormir ya y evadió mi pregunta y a todos los de la mesa.
-¡Estoy llenísima! -gritó Verónica después de haberse terminado todo el plato.
-¡Shh! -le acalló Elisa.- Que Summer está "durmiendo". -dijo en forma de burla, aunque también en un tono elevado.
-¿Son siempre así de escandalosas? -le pregunte a Raúl, que estaba frente a mí. Él solo sonrió y asintió con la cabeza.
Cuando terminamos y Raúl dijo de recoger todo él, me ofrecí a ayudarlo para poder entablar más de tres palabras con él en un día.
-Me enteré de que somos primos también. -solté el último plato sobre el estante y me apoyé en la mesa.
-Sí, para mi también fue una sorpresa. -dijo sin apartar la vista del caldero que sacaba del lavavajillas.
-¿Por cuánto tiempo te quedas? -pregunté intentado sacar algún tema de conversación.
-¿Por qué te interesa tanto? -habló molesto.
-¿Y tú por qué te pones así? -él me miró mal, y entonces supe que seguía enfadado.- Vale, no hace falta que lo digas. ¿Que tal si empezamos de cero?
-Como si nada hubiera pasado. -pensó en voz alta.- Ya, claro. -bufó en desapruebo.
-Ahora que somos primos, supongo que nos veremos más. Y si antes nos llevábamos tan bien, ¿por qué no seguir llevándonos así ahora?
-Antes eras... diferente.
-Dame una oportunidad. Tienes que entender que antes todo era perfecto y luego, luego todo se fue a la mierda.
Raúl me miró pensativo durante un par de segundos, para luego contestarme.
-La única oportunidad. No la desperdicies. -me dijo y supe que pronto tendríamos la misma amistad que hace años.
El teléfono de Raúl sonó.
-Es la madre de Summer. -me dijo.- Hola tía Jessica... Sí, todo bien...Es que ya está dormida y supongo que apagó el móvil... Vale, no hay problema... Tranquila, seguiremos vivos mientras estemos solos... Yo también, adiós. -colgó.- Nos avisaba de que tu padre y ella se van a quedar fuera un par de días más, pero no me dijo por qué. Vienen el miércoles.
-Ah, vale. Por mí no hay problema. -dije alzando los hombros.
Entonces, como habíamos terminado de ordenarlo todo, nos sentamos para ponernos al día el uno del otro. De repente, la duda me asaltó y tuve que preguntarlo.
-Y me estoy plantando si tener un trabajo de tarde para poder alquilarme un piso y venir al instituto de aquí y estar más con Sum.
-Ya... hablando de Summer. ¿Qué pasó antes?-pregunté al fin.
-Creo que es mejor que te lo diga ella. Es algo personal. -se rascó la nuca.
-Venga, tío. ¿Y si es algo importante y necesito saberlo por si estoy a solas con ella o algo?
-Olvidaba tus chantajes. -dijo entrecerrando los ojos.- De acuerdo. -dio un suspiro enorme.- La separación de sus padres coincidió con un viaje de Verónica a otro país. Yo ya no vivía cerca para poder venir a verla todos los días y en ese momento había discutido con Elisa. Su madre estaba totalmente destrozada y casi no la veía porque hacía más horas de trabajo para aguantar los gastos. Summer se vio sola, y más destrozada se quedó aún cuando su novio, el que más debería haber estado para ella, le puso los cuernos al enterarse de que Sum no quería todavía... -se quedó callado, buscando las palabras correctas.- No quería ir tan rápido como él.- yo guardaba silencio, atento para no perderme una sola palabra.- Entonces se empezó a desmoronar poco a poco. Primero empezó diciéndome que se quería apuntar a un gimnasio porque veía que había engordado, cuando en realidad había adelgazado. Luego, cuando me decía que no estaba de humor para hablar conmigo, empecé a sospechar y decidí ir a verla. Tenía trabajos y exámenes finales, pero necesitaba comprobar que ella estaba bien. Cuando llegué, solo estaba ella en casa, pero cuando abrió la puerta no la reconocí. -apoyé la barbilla sobre mi mano y fruncí el ceño, algo tenso.- Había perdido demasiado peso y estaba demacrada. Estaba comiendo mucho menos de lo habitual y lo peor es que su madre, como casi nunca estaba con ella no se había percatado.- Entonces lo comprendí todo. Entendí por qué insistían tanto en los horarios de comida de Summer y por qué se preocupaban si ella dejaba algo más de lo normal.- Después de meses yendo a la consulta de un psicólogo, su estado fue mejorando con rapidez y ahora parece que ya está bien, pero en realidad sé que por momentos se desmorona...
-Tuvo anorexia... -hablé para mí mismo, armando todos los rompecabezas que antes no encajaban.
Mi mirada estaba baja, mirando hacia la mesa, aclarando las ideas. Cuando la levanté en dirección hacia Raúl, detrás de él vi a Summer despeinada, con los ojos llorosos, aunque también parecía verdaderamente enfadada.
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Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...