Capítulo 9.

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Narra Dylan.

-Oye, gafitas, -ella me mira clavando su mirada en mí.- ¿Puedo verla? -al ver que frunce el ceño como señal de que no me entendió, se lo aclaré.- Me refiero a que si puedo ver tu cicatriz.

Ella se atragantó con el agua y se empezó a poner muy nerviosa. Su cara completa se estaba poniendo roja. Aunque, claro, teniendo una cicatriz en el trasero, normal que actúe así. La primera vez que la vi fue cuando estábamos en el baño y quedó completamente desnuda ante mí, y la segunda, cuando hablaba por teléfono y daba esos benditos saltos. Simplemente se lo pregunté para divertirme un poco y ver cómo se sonroja.

Ay, que el chico malo se está enamorando...

No, eso es imposible. Yo NUNCA me he enamorado, y con ella no va a cambiar.

Está bien, está bien, yo solo advertí.

-Yo... Esto... -intentaba hablar Summer, buscando las palabras adecuadas.

-¡Ah! ¿Es esa cicatriz que tienes en el cu...? -Verónica paró de hablar ya que Summer le lanzó una mirada asesina. -En el cuerpo. Eso. -dijo moviendo su cabeza asintiendo.- Porque, ¿Dónde sino iba a estar? -rió nerviosa y se encogió de hombros.

Nuestros padres simplemente reían.

-¿Y bien? -le insistí.

-Pues, está en...

Narra Summer.

-Pues, está en... -ya no sabía qué decir. Mi mente estaba completamente en blanco y me estaba quedando sin excusas. Lo mejor sería decírselo para no alargar más esta vergonzosa conversación.- De acuerdo. -Suspiré.- Está  en mi...

Fui interrumpida por unas carcajadas por parte de O'Brien. ¿Y ahora a este que le...? Oh, claro. Él ya lo sabía, cuando se me cayó la toalla frente a él. 

Mis ojos se estaban tornando a un verde oscuro, y eso significaba que mi enfado era grande.

-¿¡Pero tu eres idiota o te lo haces!? Además, ¡A ti qué te importa dónde tenga o no tenga una estúpida cicatriz! Es más, ¡A ti qué te importa mi vida, si sólo has entrado en ella hace un par de horas! -le pregunté furiosa y bufé mientras salía a paso ligero de la cocina.- Imbécil. -susurré. Pero lo hice lo bastante alto como para que me oyera.

-¡Summer! Vuelve aquí. ¿Desde cuándo te comportas así? -me gritó mi madre enfadada.

-¡Desde que tengo a un imbécil como primo!- grité dando un portazo cuando entraba a mi habitación. Antes de cerrar la puerta oí a Verónica hablar.

-Iré a hablar con ella, Jessica -habló dirigiéndose a mi madre. 

-Sum, ¿Puedo pasar? Soy Vero. -dijo tocando la puerta.

Le abrí la puerta, ya que me encontraba sentada, de brazos cruzados y apoyada en la puerta.

-Ey, -dijo cerrando la puerta.- ¿Qué te pasó ahí abajo? ¿Y qué fue eso de antes en la escalera?¿Por qué los encontré en la habitación a punto de besaros?¿Y por qué...?

-Vale vale vale, ahora te explico todo, de principio a fin, -dije interrumpiéndola, para que no me siguiera atosigando a preguntas.- pero primero déjame ponerme el pijama.- Hablé sacando el pijama del armario.

[...]

-Verás, cuando me estaba duchando en el cuarto de baño de mi madre, entró Dylan. Yo supuse que era mi madre y le pedí que me alcanzara la toalla. Entre una cosa y otra, me tropecé y acabé encima de O'Brien, sin toalla. Para que no me viera, me di la vuelta y...

Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora