-¡Summer!
Al oír su voz se me escapó una sonrisa de los labios, pero en seguida se borró, ya que era imposible que Raúl me estuviera llamando desde el móvil de Dylan.
-¿Dylan? -pregunté confundida.
Ahora mis amigas también estaban confusas por mi reacción y me miraban intrigadas para que colgara y les contara lo que pasaba.
-Ah, claro. -dijo como si entendiera a qué se debe mi pregunta.- Soy Raúl guapa, te estoy llamando desde el móvil de Dylan porque el mío está sin batería.
-¿Y qué haces con Dylan? -pregunté confundida, aunque no me tomó mas de un segundo en darme cuenta de lo que pasaba- ¡Oh! ¿Era hoy? ¡Ay, no! Perdón, me olvidé, ya sabes como soy... -dije para que no se enfadara por haberme olvidado de que hoy venía a mi casa. Caí en la cuenta de que no lo había dejado hablar.- Ups... ¿Hablé rápido? -pregunté riendo, aunque ya sabía la respuesta.
-Bueno, como siempre. -dijo riendo.- ¿Dónde estás ahora?
-Estoy en el Starbucks con Elisa y Verónica, pero ya vamos para allí. ¿Estás con Dylan ahora?
-Sí... Y no es muy agradable. Espera... -oí unos pasos, como si se alejara- Ya, acabo de entrar en la cocina. Espero que vengas pronto, porque no me quita ojo de encima. Por cierto, ¿¡Qué hace él aquí, en tu casa, bajo el mismo techo que tú!? -me susurró alterado, a lo que yo solté una fuerte carcajada.
Lo que te tengo que contar, pensé.
-Ya vamos para allá, tranquilo. Si quieres sube a mi habitación y te cuento todo cuando llegue.
-Vale, adiós.
-Adiós, te quiero. -pronuncié antes de colgar.
Sentía las miradas de mis dos amigas curiosas sobre mí. Recogí la chaqueta que se le quedaba atrás a Verónica y me dispuse a explicarles todo mientras salíamos de la cafetería.
-Mi primo Raúl está en mi casa con O'Brien, se viene a quedar un par de días.
-Sabiendo que queda solo una semana para el verano, se quedará más de un par de días. -dijo Verónica, y lo peor que es que tenía razón sobre mi primo.
Mi primo es una de las mejores personas que he conocido y que siempre me ha apoyado, más todavía tras el abandono de mi padre.
Aunque más que primos parecemos hermanos o mejores amigos; la gente a veces se confunde al ver cómo nos tratamos y hablamos entre nosotros, ya que nos tenemos mucho cariño, aunque a veces resulta cansino tener que explicárselo a la gente. Tampoco hemos perdido el contacto, a pesar de que se mudara a 2 horas de mi casa.
Físicamente no nos parecemos mucho. Sus ojos son marrones y los míos verdes. Mi cabello es rizado y castaño con reflejos rubios, y el suyo es rubio y totalmente liso. En cambio sí que tenemos las facciones de la cara parecidas y el mismo tono de piel claro. Si hablamos sobre la personalidad, no somos tan distintos. Tal vez él sea más extrovertido que yo, pero tenemos el mismo sentido del humor y los mismos gustos.
Narra Dylan:
Eran las doce y media cuando terminamos de desayunar. Decidí ir a mi habitación sin decir nada, ya que no quería que Sum me volviera a mencionar nada sobre el colgante. Me tumbé en mi cama, mirando hacia el techo, con un brazo bajo mi nuca y el otro presionando el collar sobre mi pecho.
Me encontraba cansado puesto que no estoy acostumbrado a dormirme tan tarde, por lo que pronto, cuando sentí que mis párpados pesaban, me acomodé mejor y me dormí, ignorando el molesto y continuo sonido de los mensajes de Santi que llegaban a mi móvil.
Me despertó el sonido del timbre de la puerta. Miré el reloj; eran las cuatro y media. Me levanté perezosamente y de mal humor para ir a abrir la puerta. Mi pensamiento de que a Summer se le había olvidado coger las llaves se fue de inmediato cuando miré y no estaban colgadas detrás de la puerta. Cuando la abrí, vi a un chico de mi edad que me resultaba muy parecido, cuando caí en la cuenta de que era Raúl. Él me miró, algo confuso pero serio, y preguntó.
-Hola... ¿Está Summer?
-No.
-Voy a pasar a esperarla. -puso una maleta pequeña dentro de la casa y luego pasó él. Sacó su móvil, pero después hizo una mueca. -Oye, necesito tu móvil para llamarla.
¿Desde cuándo conocerá a Summer?
-Sí, claro. -dije serio y le pasé mi móvil que estaba en mi bolsillo.
Me senté en el sofá y puse la tele, pero no le quité el ojo de encima hasta que se fue a la cocina. Después volvió a entregarme el móvil. Vi que iba a subir a la planta de arriba, pero como no me fío de él prefiero que se quede aquí hasta que llegue Summer.
-¿A dónde vas?
-Summer me dijo que subiera mis cosas y las fuera colocando en su habitación. -dijo y se rascó la nuca.
-Ya... tu maleta está todavía en la puerta. -le repliqué desconfiado al ver que iba a subir sin sus cosas.- ¿Sabes qué? Mejor quédate aquí conmigo hasta que llegue ella.- dije sin pestañear y di palmadas en el sofá para que se sentará a mi lado.
Narra Summer:
Al abrir la puerta, me encuentro a mis dos primos sentados en el sofá, mirándome pidiendo ayuda, en medio de un silencio sepulcral, que no dura mucho ya que mis amigas van corriendo, riendo y gritando hacia Raúl. Yo me apoyo en la puerta, sonriendo de felicidad al pensar en cuánto extrañaba verlo y ver como se queda aplastado sin conseguir pronunciar palabra alguna.
-Aire... Aire -dijo riendo.
Cuando mis amigas se separan de él, los tres me miran sonriendo. Mis amigas por la emoción y porque saben que lo extrañaba, y Raúl, bueno, por lo mismo que ellas.
-Hola mi loca. -dijo emocionado, acercándose a mi para abrazarme.
Le dediqué una mirada feliz por encima de las gafas y entonces mi lado hiperactivo y loco salió a la luz.
-¡AHHH! ¡Mi guapo! -grite como loca mientras reía corriendo a abrazarlo.- Te extrañé. -le susurré mientras lo abrazaba.
-Yo también te extrañe mucho mucho mucho, ¡por eso me vine a quedar tres semanas enteritas! -me dijo separándose del abrazo y volviéndose igual de loco que yo.- Ya hablé con mis padres y con tu madre y está todo bien.
-Extrañé estos cachetes gorditos y blanditos también. -dije estirándoselos y molestándolo.
Todos en la sala estábamos riendo, excepto O'Brien, que estaba serio y quieto como una estatua. Mis amigas me miraron y me hicieron una seña con la cabeza hacia las escaleras, indicándome que subían a mi habitación y esperaban allí.
Me acerqué a Dylan para presentarle a Raúl, pero antes de que diera dos pasos él había girado sobre sus talones y se había largado a su habitación de nuevo.
-Parece que alguien no está de muy buen humor hoy. -dijo Raúl.- Por cierto... ¿¡Estoy sin verte dos meses y no me dices que estás saliendo con Dylan!?
-¿QUÉ? Shh, baja la voz, -susurré alterada.- y no, no es mi novio ni nada de eso. ¿Por qué todo el mundo se empeña en pensar eso? Bueno, ni siquiera respondas, vamos a mi habitación y te explico todo, de pe a pa. -dije y lo cogí del brazo, casi arrastrándolo hacia las escaleras.
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Las pesadillas se convierten en sueños [Dylan O'Brien]
FanfictionSummer sufre un cambio en su vida y la convivencia en su hogar se ve afectada por dos familiares prácticamente desconocidos para ella. Al principio no le agrada la idea, pero durante el transcurso de la historia, la chica empieza a sentir cosas dife...