11.Despierta

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El zumbido de oídos continuaba, cuando abrí los ojos.

Estaba en una habitación a oscuras, no había ventanas, estaba  tumbada en una cama  y me tapaban unas sabanas del mismo color que la habitación, un gris oscuro .Tantee a mí alrededor en busca de una lámpara que casi tiro al suelo.

La habitación era de un tamaño normal, de un color gris que ahora veía más claro,  no había muchos muebles, un escritorio, un armario empotrado y una mesita de noche al  lado de  cama. Había dos puertas una para el cuarto de baño y otra para salir ¿A dónde? no se sabe.

En la mesita de noche había una nota.

A partir  de hoy empieza tu entrenamiento, todos los días tendrás que estar en el salón a las 8 de la mañana, primero entrenamiento físico y después el arte de las armas junto a idiomas.

(¡Llegas tarde!  Vístete con la ropa que tienes en el escritorio,  no tardes.

                                                                                    Duke.

Cogí la ropa, era un chándal, el pantalón era negro muy estrecho igual que la parte de arriba que era de tirantes. Me calcé las deportivas  de color morado y salí en busca de “salón”.

No había puertas solo un pasillo largo de una sola dirección, corrí hasta que llegué al fondo. La luz me cegó por un momento, cuando mis ojos se adaptaron vi que delante mía había unas escaleras que daban  una inmensa sala donde era imposible sentirse atrapado o agobiado. No había ventanas pero la luz que había parecía natural, la temperatura que había en la sala era agradable.

Duke estaba tumbado en una colchoneta, llevaba la misma vestimenta que yo, aunque a él le quedaba mil veces mejor que a mí.

Bajé las escaleras mirando a todas parte.

La habitación era una especie de gimnasio gigantesco, en la que había colchonetas, dianas, cuerdas…

-llegas tarde-dijo sin apartar la vista de mi ¿¡¿¡ordenador?!?!

-¿QUÉ HACES CON ESO?-dije intentándoselo coger.

-no es tuyo, deberías haber dicho que lo tenias-dijo Duke poniéndolo en la mesa.

-¿cómo que no es mío? ¡Dámelo!-le grité e intenté cogerlo de nuevo.

-ahora ya no es tuyo –

-¿me lo devolverás?-pregunté, no me quería quedar sin nada.

-me lo pensaré, depende de lo que me demuestres hoy- se volvió a tumbar en la colchoneta.

-sabes que se pegar puñetazos-me acerqué lo bastante a él como para que me pudiera tirar  al suelo, si lo sé ¿cómo me ha podido tirar el estando tumbado? buena pregunta

-primera regla,  estate siempre alerta –dijo cogiéndome de la muñeca, en este momentos él estaba literalmente encima mía. Oh dios mío ¿por qué me pasa esto a mí?

-regla número dos, no apartes los ojos de tu contrincante-dijo sonriendo.- ¡mírame!- gritó en mi oído

-mi oído bruto, no soy sorda-le grito

-pero si tienes vergüenza, hay que solucionarlo –dijo apartándome un mechón de pelo de la cara.

-tiene solución, ¡quítate de encima! - le di en la entrepierna.

-¿¡pero qué coño…!? Au-se quejó y le eché para el lado, aproveché para me levantarme.

-ten cuidado-le digoe imito la misma sonrisa maliciosa que él pone.

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