28. Herida

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Estoy flotando, así es como me siento. Un pequeño  hormigueo en mis pies que  continua mientras los muevo dentro de los calcetines. Se me han quedado dormidos los pies al igual que mi hombro así que intento girarme para el lado derecho con cuidado esperando que no me duela la herida recién curada pero eso es imposible hay  alguien que  esta apoyado en ese lado, ahora siento su mano que me rodea la cadera, siento su aliento en el lado derecho de mi cuello y como su aliento mueve  mi cabello revuelto,  eso hace que me haga  cosquillas debajo de la oreja.

No abro los ojos, no quiero que sepa que me e despertado. Pero ya es  demasiado tarde.

-Buenos noches Syrenia, has dormido toda la tarde-oigo que me susurra en el oído.

-¿te encuentras mejor?-me sigue hablando el chico a mi oído, sus labios rozan mi cuello y una oleada de calor recorre mi cuello.

-si estoy mejor-todavía no e abierto los ojos  y tengo unas  cuantas  razones para no hacerlo, la primera es que me da vergüenza otra por que cuando lo haga le daré un buen empujón para tirarlo de mi cama. Una ya  no puede dormir  sola tranquilamente.

-me alegro mucho Syrenia, pronto estarás mucho mejor-sigue el chico diciéndome con  una voz muy baja, cuando termina la frase me da un beso en el cuello.

Espera un momento “Syrenia”, nadie sabe como me llamo aquí excepto Scott, Jack… y no son sus voces.

Mis ojos se abren de golpe y veo a Ángel que esta echado sobre mi.

-¿que pasa Zero? ¿Ahora ya no te gustan mis besos?-dice Ángel levantándose de mi lado.

-¡¿que haces aquí!?¡te descubrirán vete!¡eres un idiota o que!-le grito a Ángel que parece muy divertido, lo que me dan ganas de darle una buena patada en el culo y que lo descubran. Como odio a este muchacho.

-creo que no lo harán-dice alisándose la camiseta, la camiseta llena de sangre y saca un arma de su bolsillo. Mi arma, el arma que me había regalado Jack por mi cumpleaños, la limpia con el trozo de camiseta que no esta manchada de sangre.

-no creo que los muertos puedan matarme-dice Ángel acercándose nueva mente a mi. Se queda con el arma en una de sus  manos y la otra la apoya en mi camilla, me mira con esos ojos tan azules como el mar, su mirada siempre me hace que me de un escalofrío que me recorre la espina dorsal.

De repente ya no estamos en la enfermería nos encontramos en medio del Salón, al rededor de mi camilla están todos los cuerpos sin vida de mis compañeros: Sofía, Jorge, Tomas, Cara… pero los que tengo debajo de mis pies son los de Jesse y Ash.

-Bien venida a la realidad Syrenia-dice Ángel entregándome mi  pistola aun recubierta con sangre.

Mi arma y mis manos no son las únicas que están recubiertas de el liquido escarlata, también lo esta  mi camiseta, mis mayas, las sabanas… todo esta recubierto de esa sustancia escarlata pegajosa.

Me despierto de sopetón, pero no me muevo, solo mi pecho  sube  y baja sin control .Mis ojos  se abren y buscan desesperados una afirmación de que esto solo es un mal sueño.

Y lo he encontrado. Jesse esta espatarrado en el sofá de al lado de mi cama donde lo vi antes de quedarme dormida. Esta  con la boca abierta y con la baba colgando.

Sonrío al instante. Por un momento pensé que Jesse había  muerto, nunca he deseado realmente nada malo a Tres, solo alguna vez me a dado ganas de patearle ese culo que tanto aprecia, pero aparte de eso no e querido que lo mataran con acepción de Ángel, ese chico da repelús hasta en los sueños.

Jesse empieza a hablar en sueños y no puedo aguantarme la risita que sale sin control de mi boca.

Mi pequeña risa es lo suficientemente sonora para que el se desperté y mire hacia la cama alarmado.

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