25. Me gustaría que me llevaras a casa

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Ash se queda mirándome un buen rato antes de pronunciar cualquier palabra, cuando lo hace se le nota que esta ofendido, cabreado.

-sígueme-dice y sale con un paso rápido hacia el pasillo por donde habíamos venido Jesse y yo.

-No te voy a preguntar que hacías con Jesse pero si te voy a preguntar que has hecho desde el domingo ¿has estado desaparecida?-no me mira, el se mantiene unos   pasos por adelante mía.

-no tengo por que responderte a ninguna de las dos, soy bastante mayorcita-intento no sonar enfadada, pero el no tiene el derecho a preguntar.

-vale, haz lo que quieras

Acelero el paso aunque eso hace que me de un pinchazo en la herida.

-¿estas cabreado conmigo?

-no-dice en un tono seco.

-si lo estas-le miro de reojo, mientras me pregunto ¿donde me esta llevando? nunca había estado por estos pasillos.

-no se que coño haces con Jesse, el no es un chico en el que se pueda confiar y tu lo sabes. Te lo conté y aun así…

-es por eso por lo que estas enfadado, ¿Por qué me contaste lo que te ocurrió? ¿Por lo que te hizo con Angélica?-

-¡si!¡no! es mas complicado-se para en mitad del pasillo, a unos cuantos  pasos de una puerta de caoba oscura.

-nada es complicado lo que es complicado son las personas, estas ofendido por que después de tres días me has visto solo hablando con Jesse-no me mira, mira la puerta de caoba, parece que se esta relajando.

-sabes lo que opino de Jesse-el gira y agacha la cabeza para mírame.

-sigo pensando que es un pedazo de idiota-parece que mi respuesta le gusta por que sonríe.

-ya somos dos, ya hablaremos dentro de unas horas, ve te, te esperan

Sigo caminado hasta la puerta voy a tocar cuando se abre automáticamente, me doy la vuelta para ver si Ash sige detrás de mí parado donde estábamos hablando pero el a empezado a andar otra vez de vuelta, desaparece en la ultima esquina. Una voz me llama desde dentro.

La voz pertenece a una mujer, la conozco perfectamente y no puedo resistir el impulso de salir corriendo. Paso las puertas y entro en una habitación de blancas paredes y con un enorme ventanal que da al salón de entrenamiento, Jack nos ha estado observando a todos desde que llegamos. La habitación es grande y simple solo tiene una gran mesa  moderna para unas doce personas auque puede que entren muchos mas, unas lámparas de cristal cuelgan de el techo, no hay nada mas. El teléfono del fondo sigue sonando. Las puertas detrás de mi se cierran y yo voy hacia el teléfono que se encuentra en manos libres. No hay nadie en la habitación solo yo y la voz de mi madre que suena através de un teléfono.

-¿Syrenia?-suena el teléfono.

-¿mama eres tu?-digo sin creerme lo que esta pasando, sin creerme que sea ella la que esta al otro lado de la línea. Me siento en uno de lso grandes butacones de ruedas.

-mi mariposita, cuanto te hecho de menos

-mami-no me esperaba volver a oír su voz, su voz solo trae un torrente de sentimientos.

-yo también te echado de menos mami, ¿que tal estas?¿que tal por Madrid?

-cariño han pasado muchas cosas…cuando vuelvas tenemos que hablar. Pero no es momento para ponernos serios, pensaba que no podría felicitar a mi niña  en sus dieciocho añitos

-muchas gracias mami, yo pensaba que no podrías llamarme

-a sido gracias a tu director, creo que se llama Jack, gracias a el que pueda hablar contigo

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