7.Bienvenida

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El ruido hacia temblar las paredes, Monster de Rihanna se oía mientras bajaba los escalones intentado no matarme.

Me faltaban dos escalones para estar en plena pista de baile y entrar en el salón, miro a los lados buscando a Milla o a Scott pero en vez de encontrarme con ellos me encuentro con el equipo de futbol de Scott, con los intelectuales de clase y con las chicas mas pijas, teñidas y populares de todo el colegio, todo el mundo parece haber venido a la fiesta de Milla.

Al cabo de unos segundos la veo abriendo regalos junto a Scott y veo su primera muestra de amor, se estaban besando, ella no podía parar de sonreír al igual que él que la sostenía y la rodeaba con sus brazos mientras ella le apartaba un poco.

Me alegraba tanto por ella, al final no me echaría tanto de menos cuando mañana me fuera porque tendría a alguien que la mantendría feliz.

-Pareja que corra el aire, como sigas así la vas a hogar, por favor yo también necesito algo de atención –llegué al lado de la pareja que por la cara de sorpresa que tenían  no se habían dado cuenta de que estaba a su lado.- ¡Desde cuando son pareja y yo no me enterado?¿Exijo una respuesta?-dije sonriendo.

-Desde ayer por la noche, se lo pedí cuando la acompañe a casa-dijo Scott echándose el pelo para atrás lo que le daba un aspecto muy sexy.

-Creo que casi muero, cuando me lo pidió –mi amiga  dijo mientras sus mejillas se llenaban de color.

-Se quedó tan blanca y callada que creí que me iba a decir que no-dijo Scott pasándole a Milla otro regalo para que lo desenvolviera.

-Bueno ahí va la charla… Como le hagas algo a mi amiga te reviento, quedas avisado –dije mirando muy seriamente a Scott.

-De acuerdo,  Milla te dejo, voy a saludar a unos amigos -dijo dándole un beso en la mejilla.

-Creo que lo has asustado –dijo Milla

-Esa era mi intención -dije cogiendo un vaso de Coca Cola.- ¿Te gusta cómo me queda el modelito? ¿Me siento tan...?- dije buscando las palabras adecuadas.

-Es perfecto para ti, te lo compré para este gran día ¿verdad que te gusta?- le dijo a Scott que traía junto a él a un amigo.

-Ese vestido morado es fantástico estas muy bue…-Scott no dejo que continuara hablando su amigo.

-Estas guapísima-aseguró Milla.-Sino pregúntaselo a ese tío, no te ha dejado de mirar desde que bajaste y además es guapísimo, mira ahí -me dijo Milla señalándolo.

Si, había un chico que nos miraba y guapo era una palabra que se le quedaba corta para la descripción de  aquel chico, pero  de verdad no estaba nada mal.

Tenía el pelo rubio oscuro, corto pero lo suficiente largo para echarse el pequeño tupe para el lado, sus ojos miraban para otro lado pero se podían ver que eran grises claritos y estaba demasiado serio, llevaba una camisa azul metida adentro de los vaqueros oscuros y llevaba unos zapatos de vestir. Su edad rondaría los veintiséis años.

-¿Qué hace ese chico aquí? ¿Alguien lo conoce?-pregunté.

-No, yo nunca lo había visto antes– aseguró Scott.

-Ve y pregúntale y así te presentas –dijo Milla empujándome.

-A lo mejor en otro momento –repliqué ya que volvía a mirarnos y su mirada sinceramente me intimidaba.

La noche transcurrió deprisa sobre todo porque terminamos tomándonos unos cuantos mojitos y negritas, a las cinco de la mañana empezamos ha echar a todo el mundo, una hora después entre Milla, Scott, su amigo y yo recogimos todo el estropicio de la casa.

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