14. No sabes mentir

375 12 2
                                    

Salgo corriendo con el móvil en la mano y poniéndome un abrigo gris que me llega por encima de la rodilla.

Llego al ascensor y no hay nadie.

El ascensor llega y se abre pero no hay nadie en la puerta así que miro el móvil.

He llegado a la hora así que decido coger el ascensor pero, antes de que pulse un botón, se mueve y empieza a subir.

Cuando se abre no estoy en la habitación de Duke, estoy en un garaje. El tamaño es normal y en él hay una moto roja y dos coches: uno es el coche en el que me recogió Duke en mi casa y otro es el cuatro por cuatro en el que me trajo hasta aquí.

-Ya estás aquí-Duke apareció detrás del cuatro por cuatro. Era raro no verle con el pantalón de chándal y la camiseta de tirantes negra. Vestía una cazadora de cuero marrón oscura y un jersey azul de pico junto con un vaquero oscuro y unas botas marrones.

-Te sienta bien esa ropa-dijo Duke acercándose.

-¿Sabes? Eso mismo estaba pensado yo de tu ropa.

-¿Dónde está esa chica tímida que ni me podía mirar a los ojos?-se paró delante mía.

-Creo que ha sido remplazada, pero si quieres no te miro a los ojos

-No, está bien. Has aprendido a confiar más en ti y eso me gusta, ¿no se te olvida algo?

-Llevo el móvil que me diste...

-Toma anda, aquí va el DNI de tu identidad, un pasaporte y demás documentos. No los pierdas-me dio un bolso pequeño negro. Dentro había una cartera en la que había toda la documentación.

-¡¿A dónde vamos?!-pregunté mientras me acercaba al cuatro por cuatro.

-No sé, dímelo tú. Alex, siéntate en el lado del conductor. Hoy conduces tú-dijo Duke tirándome las llaves.

El sol, lo echaba de menos, aunque me molestaba en los ojos ya que estaban acostumbrados a los focos del salón.

-Alex, mira a la carretera y mete la quinta. Se te vas a calar; bien, así. Creo que ya lo vas pillando.

-Es lógico que lo esté pillando después de dos horas dando vueltas por carreteras en las que no hay ni un puñetero coche-digo acelerando un poco.

- Ve más lento.

-¿Qué pasa? ¿No decías que lo iba controlando?

-Sí, pero no quiero pegármela. Gira a la derecha, por ahí-dijo señalando un cartel en alemán. En Berlín era donde me encontraba.

En menos de dos horas y media estábamos en Frankfurt.

Sinceramente no sabía dónde estaba, estaba por primera vez en un país extranjero, lo bueno es que después de tanto entrenamiento con los idiomas por fin podría utilizarlo de verdad.

-Mira, ahí hay un parking. Aparca con cuidado, adoro este coche-dijo Duke.

Aparqué con todo el cuidado del mundo pero tuve que hacerlo dos veces más para que el coche estuviera en medio del parking.

-Duke, no he sido muy sincera contigo ¿puedo preguntarte algo?

-Sí, dime lo que quieras. Creo que te pondré contestar a todo-salimos del parking y empezamos a caminar por la calle, Duke parecía saber dónde íbamos. Mi estomago rugió terriblemente.

-Pero antes vamos a comer, no vaya a ser que tu barriga me coma-dijo abriendo la puerta de un restaurante. Nos atendieron nada más entrar y nos sentamos en una mesa de dos ocupantes, situada en una esquina pegada a la ventana que daba a la calle.

ZERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora