29. Los amigos no se mienten

145 11 2
                                    

Preparada… Nunca se esta para esto.

Lo he decidido, nada de lo que pase hoy me debe afectar, nada. Soy inmune a todo lo que me digas, por que nada de lo que me digas me dejara de hacer daño, daño por lo que no contaste, daño por lo que una vez hiciste.

¿Preparada? nunca.

Me estoy ahogando en la ducha. No literalmente pero estoy mas agobiada. Pensaba que una buena ducha me  despejaría y me tranquilizaría pero no.

Estoy ya fuera del cuarto de baño casi preparada para salir.

La pasada noche a sido  una de las peores noches de toda mi vida, eso no quita que después de gritar y llorar hasta no poder echar mas lagrimas, solo un llanto atronador que hacia que se me desgarrara la garganta. Después me quede dormida.

Hace una hora que me he levantado, tengo justo una hora antes de que la gente en la agencia se empiece a preparar. También antes de que Jesse sede cuenta de que no estoy en la camilla al lado suyo.

Hoy es el gran día, realmente hoy para mi es mas importante  conseguir información de Jack y de Chris.  Que significa eso, que me tocara hablar con Jesse, por mi no le volvería ni a mirar pero lo necesito. Es el único que me llevara hasta Chris.

Eso de que hoy se mi gran día por que se supone que hoy tenemos las “gran misión” por el cual nos asignaran un numero, valla m…Antes tenia ganas de que llegara este momento, quería demostrarles a todos que era la mejor. Ahora no significa nada.

Como para la misión saldremos de incógnito me he puesto un pantalón negro y un jersey de rayas rojas y bancas, unas botas negras de tacón ancho y una cazadora de un color granate oscuro. Antes de salir guardo mi mochila entre la ropa, no me sorprendería nada que alguien entrara en mi habitación. Cojo los dos móviles, el que me dio Duke y el que me dio Chris, uno lo guardo en el bolsillo interior  de la cazadora y otro en el bolsillo de atrás del pantalón. Nunca se sabe cuando vas a necesitar uno.

Salgo decidida hacia la sala donde hable con mi madre por teléfono, el despacho de Chris, hay mucho de lo que hablar.

Los pasillos no están desiertos ya la gente  que se va despertando, todos van con los uniformes de aquí. Estoy rodeada de los colores celeste y  negro.

Cruzo dos pasillos atravesando el comedor y sigo al siguiente pasillo el cual voy mucho mas rápido, me encuentro que  esto esta repleto de mis compañeros. Al ver sus caras, todas ellas fijas en mi me doy cuenta  que se debieron enterar de lo que me sucedió. Paso de ellos, de sus miradas llenas de críticas. Decido seguir  mi camino.

Oigo los pasos de alguien que me sigue, espero que sean Jorge o Sofía pero no, es otro de los hombre que no dudaría en matar si pudiera.

-ya veo que te encuentras mucho mejor Zero-reconozco al voz de Nico. No me detengo, le ignoro no tengo ganas de hablar con el, por que terminaría dándole una bofetada.

-buenos días para ti también Nico o debería llamarte cobarde-le respondo ya harta de que me hable, espero que lo que le he dicho le haga que se marche.

Oigo como hecha a andar a paso mas rápido y se pone delante mía,  empieza a caminar hacia atrás, yo solo deseo que se tropiece y se caiga. No pido mucho.

-¿cobarde? ¿yo? creo que te equivocas de persona. Lo dices por que yo no fui a por ti como tu amiguito, tuviste suerte que te dispararan solo en la cadera y no en tu hermosa cabecita, niñata. Casi metes la pata pero bien-me acorrala en la siguiente esquina.

-que quieres que me disculpe ¡me pagaron un tiro! ¡Cometí un error y no volverá a pasar! pero sabes el problema que hay-le empuje a el contra a pared del frente utilizando toda la fuerza que tengo y le   pego una patada en sus partes.

ZERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora