El beso se hacía cada vez más y más candente, cada roce se hacía cada vez más y más constante y nuestros seres de unían cada vez más y más.
Harry metió su mano por debajo de mí camisa y empezó a acariciar mi abdomen lentamente causándome un escalofrío y haciéndome erizar.
Su mano subió más y más, quitándome por completo la camisa y dejándome en aquel sostén.
El clima en aquel lugar era frío, pero era de esperarse que nuestros cuerpos unidos formaran el clima perfecto, cálido.
Le quité la camisa a Harry rápidamente, como una fiera queriendo su presa.
-Gata –susurró Harry sobre mis labios-
Empecé a sentirme más necesitada. Ya no quería que fueran simplemente besos, necesitaba que fuese algo más, necesitaba más de Harry. Empecé a gemir, diciéndole de aquella forma a Harry que quería más. Al parecer él lo entendió inmediatamente, ya que me cargó y me subió en sus brazos hasta su habitación. Abrió la puerta de un golpe y caminó muchos pasos más, hasta su cama. Era grande y espaciosa, perfecta para poder rodar sobre ella. Harry empezó a besar mi cuello de una manera excelente y exquisita, causándome alivio y placer. Sus manos bajaron a mi cintura, la cuál empezó a acariciar y mover lentamente. Agarró mi pantalón y lo bajó rápidamente, dejándome solamente en ropa interior. Ahora era mi turno, de un movimiento a otro me subí encima de él. Besé su frente, nariz, mejillas y por último labios. Mordí mis labios sensualmente para después bajarle lentamente y acosadoramente el pantalón a aquel chico que se encontraba con los pelos de punta. Vi su bulto, gran bulto, exquisito bulto. Estaba muy erecto, demasiado erecto para ser verdad. Supe que necesitaba lo mismo que yo necesitaba, los dos lo necesitábamos y era urgente. Harry me colocó debajo de él, él se sentó y me levantó, así los dos quedamos arrodillados sobre la cama mientras nos besábamos. Sus manos viajaban alrededor de todo mi cuerpo, con una simple meta: quitarme el sostén. Cuando llegó finalmente a mi espalda, después de tocarme completamente, desabrochó mi sostén y lo tiró en algún lugar de la habitación. Noté como una gran sonrisa se apareció en su rostro mientras observaba fijamente mis senos. Metió uno de mis pezones a su boca, succionándolos y mordiéndolos a la vez hasta dejarlos erectos. Metió el otro a su boca, haciendo lo mismo. Me acostó nuevamente sobre la cama, ya que minutos antes estábamos de rodillas, y empezó a besar mi abdomen lentamente, dando besos y bajando cada vez más hasta mi feminidad. Besó esta sobre mis bragas. Sus manos empezaron a causarme cosquillas ya que estaba sobando mi abdomen, bajándolas cada vez más y más. Cuando sus grandes manos llegaron a mi feminidad, bajó lentamente mis bragas, ahora dejándome completa y libremente desnuda. Sonrió pícaramente, para después abrirme las piernas y acercar su rostro a ella. Sentí como su lengua paseaba alrededor de toda mi feminidad.
Sin pensarlo ni dudarlo empecé a gemir, era increíble.
Su lengua se movía cada vez más y más rápido, haciendo que mis gemidos se hicieran cada vez más y más constantes. Estaba apunto de llegar al clímax gracias a aquella lengua, estaba solo a minutos de llegar y ya quería. Cuando al fin llegué solté un gran gemido de placer mientras trataba de regular la respiración. Harry subió hasta mis labios y los besó. Bajé su boxer con mi pie izquierdo y con un poco de su ayuda. Cuando lo bajé completamente lo tiré lejos. Harry abrió mis piernas lentamente, sobándolas un poco y causándome escalofríos. Sentí el glande de Harry sobre mi feminidad, ya apunto de entrar. Solté un pequeño gemido al sentirlo dentro de mí. Sus movimientos se empezaron a hacer más fuertes, rápidos y constantes. Los dos gemíamos descontroladamente, amábamos sentir lo que estábamos sintiendo en aquellos momentos. Harry me besaba cada vez que podía, cada vez que quería y cada vez que necesitaba. Sentí aquel líquido correr, ya habíamos llegado a nuestro tan deseado orgasmo. Harry cayó sobre mí rápidamente. Ambos estábamos cansados, muy cansados.
Él se acostó alado mío, me cubrió con una sábana blanca y me puso en sus brazos. Los dos cerramos nuestros ojos lentamente. Nos dormidos juntos y satisfechos...