-¿Qué estas haciendo? *pregunté sorprendida*
-¿Te interesa? *preguntó*
-Sí y mucho. ¡Te estas haciendo daño!
-Discúlpame niña perfecta, yo hago lo que se me da la gana *dijo la morena*
-Mira, por favor. Suelta ese cigarrillo ven conmigo *me miró extraño* Por favor *pedí-*
Ella obedeció y botó el cigarrillo, se levantó del retrete y caminó unos pasos hacia mi, agarré sus manos y la dirigí a el lavadero de manos, mojé mis manos y empecé a limpiar su cara. Arreglé su desarreglado cabello y le puse una cola igual a la mía, miré su ropa lentamente, examinándola. No estaba tan mal, porque a como antes estaba ahora estaba mucho mejor.
-¿Porqué te haces daño a ti misma? *pregunté, mirándola a los ojos* No es justo que por cosas que pasan en el planeta, te lastimes a ti misma.
-No sabes lo que en realidad me pasa, por los problemas que estoy pasando *dijo con lágrimas en los ojos* Mi vida es una mierda, y se convirtió en mierda cuando mis padres se separaron.
-¿Por eso te haces daño? *pregunté, ella me miró y asintió* Pues te pido que te detengas, cosas así siempre pasan.
-¿Y crees que me tengo que quedar tranquila por el divorcio de mis padres?
-No digo eso, claro que debes llorar, es lo más sano e inteligente que puedes hacer, pero ¿fumar? Te estas matando a ti misma
-No solo fumo *se detuvo y suspiró* Me corto y pues, a veces me dan ganas de matarme.
-Me gusta que la gente sea sincera conmigo, es muy lindo *sonreí y ella sonrió después* ¿Qué clase tienes?
-Historia ¿y tu? *preguntó y sonreí*
-Historia también, ven vamos a clase.
Las dos caminamos hasta llegar al salón de Historia, al llegar nos sentamos en el mismo asiento de dos, John me fulminó con la mirada pero yo solo le sonreí y el asintió. Las últimas clases estaban por terminar, hasta que por fin llegaron a su fin. Cuando el timbre de salida sonó, tomé mi bolso y caminé en dirección a mi casa, en el camino sentí como el viento chocaba contra mi rostro, haciendo que mi cabello suelto se viera increíble. ' Al llegar a mi casa saqué las llaves y abrí la puerta rápidamente, entré a mi hogar y dejé la mochila en el sofá, para después dirigirme a la cocina y sacar una botella de agua y dar un par de sorbos, para después volver a guardarla en el refrigerador.
Las horas pasaron y en el reloj marcaron las 4:30, así que tomé dinero y salí de mi casa en dirección a el Centro Comercial.
Tenía mucho en que pensar, primero tenía que buscar los útiles para el experimento que debía presentar para la semana de la ciencia y matemáticas, además debía buscar mucha información y buscar un cuadro de 15 centímetros para el trabajo que presentar de matemáticas y además aprenderme una canción que es muy hermosa, mucho de verdad es demasiado. Al llegar al centro comercial a la primera persona que vi fue a la que debía: John. Sonreí de lado y me le acerqué mirando al suelo, al llegar adonde el se encontraba empezamos a caminar juntos hasta llegar a el área de comidas, nos sentamos en frente de una heladería, en donde vendían helados y malteadas.
-¿Y, de qué quería hablar? ¿Qué querías decirme? *pregunté*
-No hay apuros, tranquila *suspiró* Luces hermosa.
-Sí tengo apuros John, tengo que hacer dos trabajos. *dije sin prestar atención a su comentario*
-Esta bien, pero primero pidamos las malteadas si? *preguntó John*