Faltan menos de dos meses para que el colegio acabe, debo admitir que me siento un poco mal ya que entablé una buenísima amistad con todos los chicos de mí colegio.
Hoy es viernes, el último día de la semana y no tengo casi nada que hacer, así que le pedí a Melanie que me viniese a buscar al colegio, lo cual hizo. Fuimos a nuestro apartamento y me tiré rápidamente a el sofá, estaba cansada.
-¿Cómo estuvo el colegio hoy? O por lo menos lo que hiciste.
-Estuve la mitad del día en el colegio, te aseguro que no fue divertido ni lindo.
-¿Por qué? -preguntó mi hermana-
-Pues, los chicos de sexto año ya me tienen harta.
-¿Qué te hacen? -preguntó ella-
-Pues me silban mucho, hay 10 que me están tirando los perros.
-Eso te buscas por ser parte latina.
-¿Es mi culpa? no es mí culpa de ser jodidamente...sensual.
-Lo has dicho -dijo ella riendo- Bueno, son las 12:00 y debo ir a trabajar, le dije a mí jefe que iba al baño.
-¿Y qué le dirás ahora que llegar 45 minutos tarde? -pregunté sentándome en el sofá-
-Que tengo un malestar estomacal y no había Peptobismol en la farmacia. Nos vemos en la noche -dijo saliendo del cuarto-
Me quedé un rato sentada en el sofá, me levanté y me fui a poner ropa mejor fea. Me puse una camisa blanca de tirantes hasta el ombligo y un pantalón largo color celeste con diseños de monos. Puse la estéreo y empecé a escuchar música a todo volumen. Empecé a saltar y a gritar como loca alrededor de todo el lugar. De repente escuché como alguien tocó la puerta fuertemente, debía de ser algún vecino insoportable. Le puse pausa a la música y bufé, caminé un poco más y me dirigí a la puerta. Al abrirla me encontré con mi hermoso novio.
-Creía que era un vecino endemoniado. -dije abrazándolo.
-No, soy yo -dijo el abrazándome- ¿Por qué tanto escándalo?
-Mi hermana me fue a buscar del colegio, estoy cansada, ¿tengo derecho, no? -dije.
-Sí, sí tienes derecho. Entonces, ¿qué hacías además de escuchar música?
-Saltar.
-¿Además de saltar? -preguntó.
-Cantar.
-¿Además de cantar? -preguntó sonriendo.
-Nada. -dije finalmente.
-¿Sabes? Quiero que me hagas un favorcito.
-¿Qué cosa? -dije mientras él se sentaba en el sofá.
-Baila para mí -dijo con un brillo en sus ojos, yo me puse nerviosa por unos minutos, pero después pensé que no era mala idea bailarle.
Puse la música, era la canción perfecta para el momento perfecto. Empecé a bailarle, solo veía como sus ojos paseaban al rededor de mi cuerpo, estaba husmeándome visualmente. Cuando la canción terminó pude notar su rostro de sorpresa.
-Bailas mejor que Shakira.
-Ella es la ley, no bailo mejor que ella.
-Pues me encanta como bailas. -dijo él acercándose a mí.
-Y...¿cómo están los chicos? -pregunté nerviosa.
-Están bien, perfectamente -dijo acorralándome a la pared.
-¿Qué tratas de hacer amor? -pregunté sonriendo.
-Lo que quiero, anhelo y necesito. -dijo para después besarme.
Sus manos empezaron a pasear alrededor de mi cuerpo, antes era su mirada, ahora eran sus hermosas manos. Bajó un tirante de mi camisa blanca, para después posar sus besos en mi hombro. Quitó mi camisa rápidamente, dejándome en nada ya que no tenía puesto mi sostén. Yo agarré su camisa blanca rápidamente y la desaparecí de la escena.
-Me encantan los hombres que usan camisas blancas, pero esta vez no la necesito. -dije sonriendo, el sonrió encima de mis labios.
Empecé a caminar, haciendo que Harry retrocediera y cayera sobre el sofá. Me senté sobre sus muslos y agarré su cabeza con los manos, acercándolo más a mí y haciendo nuestro beso más profundo. Mis manos bajaron lentamente hacia el cierre de su pantalón, abriéndolo completamente. Harry bajó sus manos y bajó rápidamente mi pijama. Se levantó y quitó su pantalón. Ambos estábamos con una sola prenda, la cual desapareció minutos después.
En aquella posición, yo arriba y Harry abajo, él metió su miembro dentro de mí. Empecé a cabalgarlo mientras gemía lo más alto posible. Solo veía como Harry cerraba sus ojos y mordía sus labios, disfrutando al cien por ciento la sensación.
Cuando llegamos el orgasmo Harry salió de mí lentamente.
Harry se paró rápidamente de la cama conmigo en sus brazos.
Me llevó a la ducha, en donde los dos nos dimos un baño largo, lleno de sonrisas, besos y caricias.