Cuando dos personas se aman, se aman con el corazón.
Cuando dos personas están juntas, no hay nada en el mundo que los pueda separar.
Cuando dos personas se prometen amor eterno, lo cumplirán al pie de la letra.
Por que el amor es más fuerte que todo, más fuerte que la desilusión, más fuerte que el engaño.
Harry y yo amanecimos abrazados a la mañana siguiente. Era como si nuestros cuerpos no se quisiesen separar por nada en el mundo.
Abrí mis ojos lentamente y me levanté de la cama. Miré a Harry por unos minutos, para después empezar a caminar al rededor de su habitación, quería conocerla un poco más.
Tenía estantes llenos de libros, no sabía esa parte de él. Tenía otro estante con unos 4000 cd's de diferentes artistas. Miré algunos títulos, era música buena. Caminé a la puerta de su habitación y salí, bajé las escaleras y fui hasta su sala. No había tenido la oportunidad de conocerla ya que ayer...bueno, ustedes saben. Miré cada parte de su sala, era espaciosa y tenía un color claro pero elegante, que lograba llamar la atención de cualquiera. La casa olía a perfume de hombre, olía al perfume de mí hombre. Tenía sillones grandes como para cuatro personas de color negro. Tenía un faro de techo totalmente hermoso con muchos focos de iluminación. Me dirigí hacia su cocina, sería un sueño vivir aquí. Era espaciosa, hermosa y grande. Era la casa que cualquier persona desearía tener. Quise ir hacia la parte de atrás, pero sentí como alguien me agarraba de la cintura y me aferraba más hacia él, sabía que era Harry.
-¿Buscas algo? –dijo en mi oído-
-No, solo husmeo –dije sonriendo-
-¿Qué te parece mi dulce hogar? –preguntó él, virándome-
-Es hermosa –dije agarrándolo del cuello- Y muy grande...
-Sí, quise que fuera grande.
-¿Por qué? –pregunté-
-Por que tendremos muchos hijos –dijo él sonriendo-
-¿En serio? ¿Cuántos? –pregunté poniendo mis manos en mi cintura-
-¡Siete! –dijo-
-¿Siete? Mamá mía –dije yo graciosa, él rió-
-¿Ya viste la parte trasera? –preguntó, negué con la cabeza-
-Quiero verla –dije sonriendo-
-Vamos –lo agarré de la mano y salí con él a la parte de atrás-
Parecía el paraíso, tenía una piscina súper grande y árboles por doquier. Tenía un sin fin de clases de plantas, el césped era totalmente verde, un lugar muy naturalizado. Tenía adornos por donde vieras, enserio era una parte espectacular de la casa.
-Esto es hermoso. –dije observándolo todo-
-¿Adivina quién hizo el diseño de la casa? –preguntó-
-¿Tú? –pregunté sorprendida-
-No, Marco –dijo-
-¿Polo? –pregunté-
-Obvio no tontita –dijo tocando mi frente como gay- Marco Luis Ávila.
-¿El arquitecto? –pregunté, me miró y yo sonreí- Okay, okay.
-Creo que deberíamos entrar –dijo-
-¿Por qué? Me quiero quedar aquí. –dije-
-Y yo igual, pero en cualquier momento alguien viene y te ve en paños menores –dijo viéndome sonriendo-