Contenido sexual.
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Me acerqué lentamente a él, con pasos cautelosos y sigilosos. Mis manos viajaron al rededor de todo su cuerpo, mientras él cerraba sus ojos disfrutando del momento. Empecé a desabotonar los botones de su camisa, desabotonarlos hasta quitársela completamente y colocarla justamente en el suelo. Mis manos descendieron hasta su cinturón, el cuál fui quitando lentamente. Tomé los bordes de su pantalón y los fui bajando, hasta sus tobillos en dónde él me ayudó alzando sus pies para quitárselo completamente, quedando solamente en ropa interior.
-Abre los ojos -ordené.
-Te amo. -dijo él, hipnotizado.
-Te amo más. -dije, acercándome y besándolo.
Me sostuve de su cuello mientras acariciaba su cabello lentamente, causándole escalofríos. Retrocedí un poco ya que Harry me empujaba y ambos caímos en aquella cama llena de pétalos de rosas. Me subí encima del individuo y empecé a besarle el cuello, descendiendo cada vez más hasta su abdomen, en el cual disfruté un buen rato acariciando sus hermosos bíceps, bajé hasta su gran bulto, bajé hasta su gran erección. Lo tomé entre mis manos y lo empecé a masturbar torturándolo. Sus gemidos se empezaron a hacer presentes, era lo único que se escuchaba en la habitación. Metí en mi boca su glande, el cual chupé y lamí lentamente, para después meter la mitad en mi boca. Seguí así por un gran rato, hasta que lo escuché decir "me corro", obedecí y me monté encima de él, al mismo tiempo cabalgándolo. Seguí así hasta que los dos llegamos al orgasmo. Me bajé de él rápidamente, ahora permitiéndole que hiciera todo lo que quisiese con mi cuerpo, el cual ahora era suyo. Una sonrisa pícara y traviesa se pareció en su rostro mientras se dirigía a mis labios a lamerlos y besarlos como nunca, sus besos descendieron en dirección a mi cuello, el cual mordió y chupó, dejándome marcas. Cuando sus besos bajaron a mis senos suspiré complacida, chupó totalmente mis pezones hasta dejarlos completamente erectos. Empezó a dejar pequeños besos en el trayecto hacia mi feminidad, causándome escalofríos. Cuando finalmente llegó a esta abrió mis piernas lentamente y colocó su cabeza en medio de ellas, sentí su respiración sobre mi feminidad lo cuál me hizo desesperar. Su lengua empezó a actuar, moviéndose de arriba a abajo, de alado a otro lado sobre mí feminidad, causándome placer total. Mis gemidos se hicieron presentes y estos se escuchaban al rededor de la habitación. Mis piernas empezaron a temblar, dándome a la hermosa bienvenida a un clímax total. Harry se colocó sobre mis piernas y metió su miembro dentro de mí, solté un suspiro lleno de placer, pidiéndole que prosiguiera y que jamás parara. Se puso de rodillas mientras yo me guindaba de él, enseñándome las mil cosas que podía hacer para darle una mejor sensación a la embestida. Me sentía en el cielo, sentía que estaba en el cielo, un Dios me hacía el amor con nadie nunca me lo había hecho, amaba a Harry, de eso les juro que no tengo duda, y nunca seré tan estúpida como para dejarlo ir. Cuando llegué al orgasmo vi luces y fuegos artificiales por doquier, el mejor orgasmo en la historia. Solté un grande gemido que se pudo haber escuchado por todo nuestro edificio, Harry sonrió con una de esas sonrisas bellas que me mataban de una vez, yo caí rendida sobre la cama, no me quería levantar, no quería hacer nada, solo quería quedarme ahí junto con Harry hasta que llegara el día 33 de diciembre.
Harry se levantó, dijo que iría a buscar algo de comer porque el hambre lo mataba. Después se dio cuenta de que no había absolutamente nada en la refrigeradora, así que tuvo que llamar al servicio al cliente, escuché que pidió hamburguesas y pizzas, suficientes para matar el hambre que en esos momentos sentíamos.
-¿Cómo te sientes? -me preguntó.
-Increíblemente bien. -dije sonriendo.
-Ya la comida debe de estar llegando -dijo acariciando mi pierna- Te amo... -dijo.
-Y yo -la puerta sonó, sonreí- Y yo te amo más.
Harry se levantó a atender y después de unos minutos trajo la comida en sus manos, las puso en la cama y yo me senté en esta aún un poco cansada. Agarré una hamburguesa en mis manos y mordí de ella.
-¿Tienes algo que hacer mañana? -pregunté.
-No creo, ah sí, sí tengo algo que hacer -dijo comiendo.
-¿Qué debes hacer? -preguntó.
-Tenemos que ir al estudio, terminaremos de grabar para nuestro próximo álbum.
-¡Qué bien! ¿Cómo van las canciones? -pregunté.
-Van bien, son muy increíbles las canciones. -dijo sonriendo, mordiendo nuevamente su hamburguesa.
-¡Dios mío, lo olvidé! -dije gritando, agarrando mi frente.
-¿Qué sucede amor? -preguntó.
-Mañana debo ir a una entrevista de trabajo. -dije.
-¿Entrevista de trabajo, para qué? -preguntó.
-Porque necesito un trabajo amor, ¿para qué más? -dije.
-¿Por qué trabajar si yo puedo darte lo que quieras? -preguntó acercándose a mí y besándome.
-Que lindo eres Harry, y en verdad lo aprecio, pero, quiero conseguir mi propio trabajo para poder comprarme mis cosas por mi propio esfuerzo, ¿comprendes?
-Lo comprendo y lo admiro amor, pero creo que no deberías buscar trabajo aún, tienes 17 años y tienes una vida por vivir, espera algunos años, por mientras puedo darte lo que sea.
-¿Estás seguro de que no sería una molestia pedirte nueva ropa toda la semana? -pregunté sonriendo avergonzada.
-No tienes porqué preguntar eso, para nada sería una molestia, siento que debo consentirte, eres mí bebé.
-Te amo -dije mordiendo mi hamburguesa y besándolo.
-Tus labios saben a hamburguesa, me das hambre -dijo.
-Come, ahí tienes aún hamburguesa. -dije señalándolas.
-Pero no hambre de eso -dijo.
-¡Basta de perversión, estoy agotada! -dije sonriendo.
-Me debes unas cuantas amor -dijo terminando de comer su hamburguesa.
-¿Qué horas es? -pregunté.
-Son las -miró su reloj- 5:45 de la tarde.
-Es temprano aún. -dije.
-¿Quieres pasarte la tarde entera aquí, durmiendo? -preguntó, lo miré mientras me tapaba completamente y dejaba mis grandes ojos a la vista- Veo que ese es un sí.
-¿Te quedarás conmigo hasta mañana? -pregunté.
-¿Quieres acompañarme mañana al estudio? -preguntó.
-¿No sería molestia? -pregunté.
-Claro que no, sabes que los chicos te aman. -dijo sonriendo.
-Entonces sí.
Harry se acostó alado mío mientras acariciaba mi cabello, empecé a cerrar los ojos lentamente, iba a caer en profundo sueño y Dios sabría cuándo me iba a levantar. Cuando caí en profundo sueño Harry se quedó despierto por unos minutos más.
Empezó a analizar algunas cosas, él amaba mucho a Richelle, más que a nada en este mundo, por eso quería llegar a otro nivel. Harry pensaba en pedirte matrimonio, pero no sabía si sería buena idea pedírselo a la edad que ella tenía. Pero él ya quería casarse, él sabía que estaba a su tiempo de casarse. Estaba dispuesto a esperar 3 años, pero solo eso, 3 años más y podría pedirle matrimonio, pero la simple idea de que se casaría a los 28 lo mataba, iba a estar muy viejo. Decidió esperar a mañana para hablar con los chicos y que ellos le dieran la respuesta definitiva a lo que llevaba en mente.