Ahora que han pasado 4 meses después de mí cumpleaños se puede decir que he entablado una buenísima amistad con Perrie, Eleanor y Danielle. También se puede decir que soy una chica muy popular en mí colegio y también se puede decir que mi relación con Harry va de buena a mejor. Hoy miércoles ha sido un día muy duro, en el colegio la pasé muy mal ya que esta semana es la semana de la ciencia y debemos hacer muchos proyectos para presentarlos a todo el colegio. Llegué a mi apartamento totalmente cansada. Entré a este y me encontré con nadie. Melanie posiblemente estaría trabajando para después llegar más en la tarde e irse a la universidad. Fui a mi habitación y me tiré a la cama, totalmente cansada. Mañana tenía ejercicio de matemáticas sobre un tema que yo no entendía para nada. Llamé a Harry para ver si podría venir a ayudarme a estudiar, él aceptó y llegó después de unos 45 minutos.
-¿Entendiste? -me preguntó Harry-
-Creo...no lo sé. -dije-
-¿Qué sucede amor? ¿Ya no quieres estudiar? Porque podemos hacer algo más interesante -dijo pícaro-
-Harry -me quejé-
-Entonces dime, ¿qué te sucede? -preguntó él-
-Es que ya me cansé, me duele la espalda.
-¿Qué hiciste hoy? -me preguntó preocupado-
-Tuve gimnasia y el profesor nos mandó a hacer un sin fin de cosas, estoy exhausta. -dije recostándome en mi cama-
-¿Qué tal un masaje? -preguntó?
-¿Qué tal si no? -dije-
-Te ayudará a calmar el estrés amor, es efectivo -dijo Harry sentándose en el borde de la cama- ¿Sí, sí?
-Está bien -dije-
-Quítate la camisa -ordenó.
-¿Es necesario? -pregunté.
-Sí, sí es necesario. -dijo él- Quítate la camisa y el sostén.
Yo solamente obedecí. Tiré la camisa y el sostén lejos y me recosté boca abajo en la cama. Harry movió un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mí oreja.
-Quiero ver tus reacciones -dijo respondiendo-
Empezó a hacerme el masaje más exquisito del mundo. No pude dejar de gemir.
-Oh sí -dije gimiendo- Más arriba más arriba. -pedí.
-¿Ahí? -preguntó Harry-
-Sí... -dije sonriendo-
En realidad ese masaje me estaba quitando todo el estrés que en aquellos momentos sentía o solía sentir. Cuando el paró de hacerme masajes yo sonreí feliz.
-Gracias por hacerme ese masaje, en serio me quitó el estrés -dije besándolo-
-¿Quieres que te quite más estrés? -preguntó-
-¿Cómo? -pregunté inocente-
-De una forma opuesta a el masaje -dijo, entendí totalmente-
-Mejor sigamos estudiando, ¿no? -pregunté apenada-
-Está bien -dijo él sonriendo-
Harry siguió explicándome todo acerca de aquel tema que me tenía en incertidumbre. Cuando terminó de explicármelo lo entendí más.
-Creo que ya entendí -dije sonriendo y cerrando el libro-
-¿En serio ya entendiste? -me preguntó serio-
-Sí, sí ya entendí -dije sonriendo-
-¿Qué haremos ahora? -preguntó él pícaro-
-Lo que buscas -dije sonriendo-
-Lo que quiero -dijo él acercándose a mí-
-Ni un paso más -puse mi mano-
-¿Por qué? -preguntó con un chillido-
-Porque mi hermana llegará en cualquier momento -dije-
-¿Y? -preguntó él.
-No quiero que vea -dije yo-
-Bueno...¿quieres salir? -preguntó-
-Déjame ver si no tengo nada más para mañana. -dije revisando mi agenda- Oh, oh.
-¿Qué pasó? -preguntó Harry-
-Tengo una tarea que hacer -dije, el bufó- Si quieres puedes salir tú, yo me quedo haciendo mi tarea.
-No, te quiero ayudar. -dijo él-
-¿En serio? -pregunté-
-En serio...
Nos quedamos unas horas más haciendo mí tarea.
Melanie llegó a casa a eso de las 6 de la tarde, se notaba su cansancio. Ya Harry se había ido así que me levanté de mi cama para recibirla.
-¿Estás bien? Te noto agotada -dije-
-Es que lo estoy. No sabes que me ha hecho mi jefe hoy.
-¿Qué te hizo ese hijo de su madre? -pregunté-
-Me hizo llevarle como 100 veces un café, en todo el día.
-¿Tomó 100 cafés hoy? -pregunté-
-Fui metafórica, en realidad pudo haber tomado unos 10 ¡pero igual! Me hizo subir y bajar escaleras.
-¿Por qué no usaste el ascensor? -pregunté-
-¡Ay, gracias por recordarme hasta ahora que en mí trabajo hay ascensores! -dijo sarcástica, yo sonreí-
-Perdóname, creí que sabías eso, es lo más obvio.
-Pues lo sabía, pero mágicamente lo olvidé hoy. -dijo-
-¿Te quedarás? -pregunté- Te ves muy cansada como para viajar hasta la universidad.
-No me puedo quedar, tengo que ir. Hoy hay parcial.
-Que mal, enserio te ves muy cansada. -dije.
-Me siento y me veo cansada -dijo tirándose al sofá.
-¿Quieres que llame a Christian? -pregunté.
-¿Para qué? Él debe de estar trabajando.
-Hoy es miércoles...le dan libre los miércoles.
-¿Y porqué quieres llamarlo eh? -preguntó-
-Él te alegra el día hermana. -dije.
-¿Tanto? -preguntó.
-Sí, lo he notado durante estos 4 meses que tenemos viviendo acá. -dije- Entonces, ¿lo llamo? -pregunté-
-Sí, llámalo por favor.
Marqué el número de Christian, sonó 2 veces y contestó.
-¿Halo? ¿Christian? -pregunté-
-¿Elle? ¿Qué pasó cuñadita? -preguntó-
-Hola Christian, llamaba para preguntarte si podrías venir para acá.
-¿Por qué? ¿Le pasó algo a Melanie? -preguntó-
-No, bueno ella misma se lo causó, está súper agotada y necesito que vengas a ayudarla a recuperarse.
-Estaré allá en 5 minutos -dijo y colgó-
-¿Ya viene? -preguntó mi hermana-
-Sí, dijo que estaría aquí en 5 minutos -alguien tocó la puerta- Ya llegó.
-Olvidamos que es nuestro vecino de alado -dijo mi hermana-
-Hola Christian. -dije- Pasa, ahí está el perrito desamparado.
-¿Me acabas de decir canino? -preguntó Melanie-
-No, claro que no te he dicho aquello. -dije entrando a mi habitación-
Me recosté en la cama, no podía tratar de abrir los ojos, necesitaba dormir, y así fue, caí en profundo sueño...