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El crepitar de las brasas fue lo primero que pudo escuchar, allí se estaba tan tibio... tan confortable... realmente sería tan malo sólo seguir durmiendo un poco más?

¿Dónde estaba? La pregunta se abrió paso en su mente de manera incómoda... No recordaba haber regresado a casa... pero sin embargo sentía cada uno de los músculos de su cuerpo adoloridos, era como si hubiese estado corriendo por horas. Incluso abrir los ojos implicaba el uso de toda su fuerza de voluntad...

Poco a poco abrió los ojos, y pudo ver las sombras de los muebles de una cabaña que danzaban a la par que las llamas del fuego las hacían bailar a su antojo... no tenía idea de donde se encontraba, pero entre las yemas de sus dedos pudo percibir la suave piel sobre la cual yacía. Aquello era agradable...

Escuchó entonces el suave compás de una respiración, el tibio aliento rozaba su hombro... con curiosidad giró su rostro hacia allí... Y pudo ver como Dwight dormía a su lado. ¿Qué diablos había pasado???

Se incorporó hasta sentarse en silencio, sin despegar la vista de aquel hombre, y la tibia piel de animal que la cubría se deslizó, revelando su desnudez... Con sobresalto la tomó para cubrirse nuevamente, y comprendió que debajo de todo aquello estaba sin su ropa... Un repentino terror la invadió, no... no era posible... y aferrándose a sus piernas, comenzó a sollozar...

Dwight se despertó escuchando su llanto, y con súbito temor la miró, ella estaba sentada a su lado, abrazándose, mientras se mecía suavemente.

- Estas bien?-

-Hijo de puta... qué me hiciste???-

Haciendo acopio de todas sus fuerzas se sentó al lado de ella, mientras trataba de enfocar la vista... Rosita se aferraba temblando a las pieles, mientras gruesas lágrimas cruzaban sus mejillas...

-De qué diablos hablas???-

-Abusaste de mi... eres un maldito...-

-¿Qué???? Nooo! No te he tocado!!! Oh, por Dios... Te caíste en el agua congelada! No lo recuerdas??? -

Rosita lo observó durante algunos momentos... y cerrando los ojos trató de recordar qué había pasado... había acudido al fin a la cita con él... se habían besado... maldita sea... esa parte la recordaba con detalle... y después... si... lo había escuchado decir que no se arrepentía de lo que había hecho... maldito... maldito sea... y... se había alejado...

Levantó los ojos , él seguía allí, apenas cubriéndose con una de las pieles, y vio como la miraba preocupado... si... esa misma mirada... había visto a esa mirada a orillas del remanso, y de repente le sobrevino el recuerdo del sonido del hielo quebrándose a sus pies... y un frío como el que nunca había sentido aguijoneándola enloquecedoramente...

-Caí en el agua... dolía... patalee... y... y...-

Lo miró extrañada... buscando respuestas. Vio como él asentía con la cabeza suavemente.

-No saliste del agua... tuve... tuve que entrar a buscarte... - y diciendo esto, se dejó caer sobre la piel que cubría el suelo.

Rosita se secó entonces las lágrimas... y lo miró confusa...

-Me... ¿salvaste?-

-Eso parece...-

-Pero... y mi ropa?- preguntó con cierta timidez, sintiendo como un rubor coloreaba sus mejillas...

La tierna e ingenua inflexión en la voz de la muchacha lo hizo sonreír... había echado un vistazo a la espalda de Rosita, iluminada por las llamas que aún se movían en la chimenea, y deseó poder deslizar las yemas de sus dedos sobre la tersa piel de ella, sentir su calidez ... y cerrando los ojos, trató de reprimir a duras penas su honda ambición.

Enemigos Intimos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora