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El camino estaba realmente difícil ese día, la nieve se había convertido en hielo, y a pesar que los neumáticos tenían cadenas para no perder el control, aún así debían marchar a baja velocidad. Carol iba en el puesto del acompañante trazando en un mapa el camino que los llevaría hacia El Santuario, mientras Rick manejaba, él era el único que sabía a ciencia cierta cómo llegar hasta allí que se había ofrecido a llevar a la muchacha, ya que Daryl aún estaba tratando de procesar todo aquello.

Rosita iba en el asiento trasero, con la mirada perdida, cuando de repente la mención de su nombre la atrajo hacia el presente.

-.... Y que Rosita quiera seguir adelante es lo que él no puede entender- finalizó Carol.

La joven miró a la mujer con curiosidad, no entendía de qué estaban hablando.

-Le decía a Rick que me tocó presenciar la discusión entre Java y Daryl por lo vuestro... Y créeme, nunca los había visto así...-

Rosita bajó la vista con pesar... aquello la hacía sentir peor aún, no quería que a la lista de cosas que la hacían sentir mal, se sumasen los problemas de otras parejas...

Carol pudo leer fácilmente el pesar de la joven, y pasó su mano hasta apoyarla sobre la de la muchacha.

-No tienes que sentirte mal... Java tiene razón en lo que dice. Tanto Tara como Daryl pretenden que tú edifiques tu vida de acuerdo a lo que ellos consideran que esta bien o que está mal... y tú eres ya lo suficientemente mayor para tomar tus propias decisiones... yo coincido con Rick, y pienso que Dwight es un hombre que merece poder reconstruir su vida... y si tú lo haces feliz, cariño, y él te hace feliz a ti... puedes contar conmigo.... –

Una sensación de gratitud que la sobrepasaba la invadió, y sujetó con fuerza la mano de la mujer... El inesperado apoyo que había recibido de algunos miembros de su grupo aun la conmovía, y de alguna manera la hacían sentir que aquello que quería construir junto a D. era posible de alguna manera.

-Pasa... él está en la cocina- dijo Eric, mientras abría la puerta de su hogar.

Rosita se adentró con algo de incomodidad en la casa, ya había intentado hablar en varias oportunidades con su amigo, pero Aaron siempre lograba encontrar la manera de eludirla. Y mientras el alexandrino la acompañaba, se preguntó una vez más si en realidad ella tenía algún derecho a pedirle que la escuchara.

Aaron los fulminó con la mirada en cuanto los vio, y girándose les dio la espalda.

-Te dije que no quería hablar con ella...- dijo, con un tono de reproche, a Eric.

-Lo sé, pero también te conozco lo suficiente como para saber que la extrañas, y no te pido que le hables... sólo escúchala... o acaso ya no recuerdas a tus padres?...-

-Eso es un golpe bajo Eric... me extraña de ti...-

-Lo sé cariño... pero prefiero que te enojes conmigo un par de días si con eso logro que Uds. arreglen las cosas... o que al menos lo intentes...-

Y dicho esto, los dejó solos en la impoluta cocina.

-Aaron... por favor..._

-No sé qué pretendes de mi... quieres que les de mi bendición acaso? –

Rosita sentía que cada palabra que salía de su boca la hería de manera cruel...

-Tú estabas allí... justo al lado de Gleen... viste morir a Abraham... mierda... aún tengo pesadillas de noche con eso... y vas y te enredas con su segundo al mando! ¿En qué diablos estabas pensando???-

-No he venido a justificar lo que él hizo cuando estaba bajo las órdenes de Negan... pero después de conocerlo entendí un poco más sus motivos, y puedes o no compartirlos, pero resulta que él tampoco tenia demasiadas opciones en ese momento... Pero no estoy aquí por eso... estoy aquí porque te debo una disculpa.-

Aaron la miró sin entender de qué hablaba ella.

-Debí confiar en ti... debí contarte qué me estaba pasando... y no lo hice... no creí que fueses capaz de entenderme. Sólo por eso te pido perdón. Pero no voy a disculparme por  lo que siento, y si tú, más que ningún otro aquí, eres incapaz de comprender eso, lo lamento mucho, pero no voy a ponerme en el lugar de tener que decidir entre mi mejor amigo y el hombre que amo... los necesito a los dos en mi vida, y si tú no quieres ya ser parte, lamentaré que te alejes, pero no será porque yo te aparte de mi, será porque tú has decidido que no quieres ser parte de ella.-

Y diciendo eso, se giró hacia la salida sin mirarlo.

-Rosita...- escuchó como la llamaba con aprensión en su voz, por lo cual ella se giró para enfrentarlo nuevamente.

-No quiero dejar de ser tu amigo... Pero Dwight... mierda... No había otro hombre???-

-Sí... había... pero ninguno que me haga sentir cómo él lo hace... Lo quiero, lo necesito... y no quiero perderlo... Si hay algo que aprendí junto a él es que encontrar a alguien que nos quiera es un milagro demasiado escaso como para dejarlo pasar.... Y menos aun por "el qué dirán"-

- Maldito Dwight... suena como Eric...-

Rosita le sonrió con cariño, y Aaron atravesó el espacio que los separaba hasta abrazarla.

-No prometo que lo quiera, ni siquiera que vaya a hablarle... pero no quiero perderte... eres mi amiga, y ya perdí demasiada gente desde que comenzó toda esta mierda...

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Luego de un par de horas de viaje, la figura de El Santuario comenzó a recortarse en el cielo, y un escalofrío recorrió a Carol y a Rick, ya que recordaban con vivido detalle que la última vez que allí habían estado había sido con motivo de salvar a Java de las manos de Negan.

Advirtieron que se habían retirado de la entrada los walkers que antaño se encontraban sujetos al perímetro, y en su lugar se habían fortificado con murallas y torretas de vigilancia. Un pequeño grupo salió a recibirlos, fue luego de que se aseguraron de la identidad de los visitantes, que avisaron a través de handys, y al abrirse las puertas, un sonriente Dwight los estaba esperando en las escalinatas que llevaban al interior de la antigua fábrica.

Rosita descendió con una sonrisa que la iluminaba por entero, y casi sin poder contenerse corrió hasta él, y cuando estaba a pocos pasos se detuvo a contemplarlo, su mirada la acariciaba con esa expectación que acompaña el recibir aquello por lo que quizás se ha estado esperando toda una vida.

Uno a uno subió los escalones, hasta que se encontró finalmente frente a Dwight, quien levantó su mano, pasando suavemente la yema de sus dedos por su mejilla, y apoyando su mano bajo el mentón, la atrajo con indecente lentitud hasta sus labios.

-Bienvenida a mi vida... - susurró D., y se perdió en la infinita dulzura de su boca.


Enemigos Intimos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora