-Ey, bella durmiente... vamos remolona... - la voz de Aaron tenía aquella nota paternal de cariño que lo caracterizaba. Rosita abrió casi a regañadientes los ojos, mientras un intenso blanco refulgor se colaba por la ventana del dormitorio. Por la sorpresa de ver a su amigo allí abrió la mano, y la pequeña rosa que Dwight había tallado para ella cayó rodando, hasta que quedó debajo de la cama.
-Qué... qué haces aquí?-
-He venido a buscarte, ¿recuerdas que teníamos que hacer la guardia de la mañana juntos? Tobin nos está cubriendo, pero se cae del sueño... vamos-
-Maldición! Me dormí!- dijo, ruborizándose. Traía varias noches de mal dormir, dándole vueltas a todo aquello que había sucedido. Y aunque había tomado la determinación de no acudir a la cita, el recuerdo de los ojos de zafiro seguía persiguiéndola, y sólo cuando el alba comenzaba a despuntar, agotada, caía en un sueño intranquilo.
-No hay problema... sólo me preocupé porque siempre eres la primera en llegar a la torreta de vigilancia. Te espero en el portón, yo llevo hoy el café, y abrígate bien, que acaba de caer la primera nevada.- y dándole un beso en la frente a la muchacha, salió de la habitación.
Unos minutos después, cuando terminaba de vestirse y estaba por salir para iniciar la jornada recordó que la rosa había caído de su mano al despertarse. "Ahí te quedas" le dijo, y salió de la habitación dando un portazo, pero cuando iba por la mitad de la escalera refunfuñó una maldición, y aunque sabía que no había nadie más en la casa, miró para ambos lados antes de volverse hasta su cuarto a buscarla.
Se puso de rodillas, comenzando a tantear hasta que la encontró, y a la par que la sacaba y volvía a mirarla por millonésima vez, un extraño sentimiento de alegría y vergüenza la invadía... no sabía por qué, pero desde que la tenía no podía despegarse de ella, aunque había tratado en varias oportunidades de deshacerse de ella, siempre terminaba nuevamente en su bolsillo.
"Estúpida. Romántica. Idiota". Se insultó mentalmente una vez más, y poniendo la miniatura en su chaqueta, salió a ocupar su puesto de vigilancia.
++++++
Había transcurrido media mañana y el inclemente frío no les estaba dando tregua, hacia ya un largo rato que el café se había agotado, y con las manos sobre un pequeño brasero trataban de distraerse charlando, era una suerte que Rick hubiese mandado a cerrar aquella parte de la pasarela, pero aún así el impávido invierno hacía sentir sus primeros rigores con inusitada fiereza.
-Aaron... necesito hacerte una pregunta-
-Si cariño...-
-Imaginemos... no sé... que te sientes algo atraído por alguien que quizás no es conveniente para ti... ¿Te arriesgarías a estar con esa persona?-
-Mmm... y estoy en pareja? O ese sujeto lo está?-
-No... estas solo... y esa persona, hasta donde sabes, también lo está....-
-Ok... mmm... última pregunta... ¿Por qué no es conveniente para mi?-
Rosita se mordió el labio nerviosa. Necesitaba una orientación en aquella niebla de confusión que estaba atravesando, pero no se animaba a confiar en nadie aquellas dudas que estaban enloqueciéndola, y por lo que ella sabía, Aaron tenía aún una opinión negativa sobre D.
-Quizás porque haya hecho cosas que no estaban bien por motivos que pensó eran los correctos-
El hombre la miró preocupado. Ella nunca hacia ese tipo de preguntas tan ambiguas, ni tan rebuscadas. Podía vislumbrar que había una honda angustia, y las ojeras que se habían comenzado a marcar en el rostro de la muchacha delataban que aquello era una cuestión más honda de la que sería capaz de admitir.
-No sé cariño... tú bien sabes que soy un enamorado del amor... Cuando Eric y yo nos conocimos mi familia se opuso, ya conoces esa historia... y sin embargo no dejé que nada nos separase... y aún estoy feliz con la decisión que tomé. Siempre he creído que el amor es capaz de transformar a las personas, de sacar lo mejor de cada uno, si es verdadero... Y no sé porque, pero me parece que en realidad sí hay alguien en El Reino, no es así?- añadió, con tono cómplice.
Rosita se rió nerviosa, y aunque no le gustaba mentirle, afirmó nerviosa con la cabeza, fingiendo cierta vergüenza por haber sido atrapada, pero se negó a querer entrar en detalles, y después de un rato de insistentes preguntas, Aaron al fin se dio por vencido, comprendiendo que ella no revelaría ningún dato más. Sin embargo, la pregunta de la joven lo habían dejado de cierta manera intranquilo.
La muchacha miró el camino que se extendía ante la entrada de la comunidad, y pudo apreciar como un manto blanco iba engrosándose con la fina nevada que incesante caía sin pausa. Faltaban sólo dos días para el encuentro con Dwight, y aunque se había jurado a ella misma no asistir, la pequeña rosa en su bolsillo seguía manteniendo un lugar en su pensamiento que ya no podría eludir por mucho tiempo más.

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Enemigos Intimos [COMPLETA]
Fanfiction''Ella sentía como el deseo se expandía en cada rincón de su cuerpo, y arqueó su espalda ante el roce de sus manos en su piel, había contado cada segundo que había permanecido separada de él como si fuese una cruel agonía, y ahora su piel clamaba po...