En el transcurso del siguiente mes se encontraron en la cabaña con cierta regularidad, y aunque algunas citas comenzaban con las primeras horas de la mañana hasta que casi se ocultaba el sol, otras en cambio, debido a retrasos que los problemas domésticos producían en uno u otro lugar, sólo permitían encuentros breves, en los cuales el simple hecho de perderse en el beso y la calidez de los brazos del otro era todo el aliciente que necesitaban.
Se hallaban aquella tarde sentados en el desgastado sofá, la espalda de ella apoyada sobre el pecho de D, que la estrechaba contra su cuerpo, mientras con delicadeza dejaba una exquisita línea de besos formando un camino desde el lóbulo de su oído hasta la base de su garganta.
-Dulzura....-
Rosita sonrió... cada vez que escuchaba su ronca y masculina voz llamándola, un suave y placentero escalofrío recorría su espalda...
-Si...-
-¿Has pensado lo que hablamos la última vez?-
-Mmmmm... Si... perooo... no podemos esperar un poco más? ¿Cuál es el apuro? Aquí estamos bien...-
Dwight la soltó levemente, dejando de besarla, y la joven pudo percibir la tensión en el aire, supo entonces que aquello era un tema importante para él, quizás mucho más de lo que ella había creído. Incorporándose, se giró para enfrentarlo.
-Te avergüenzas de mi...- le escuchó decir. En la mirada de zafiro encontró tristeza y decepción, y se sintió culpable de provocar ese dolor en ese hombre que en tan poco tiempo había empezado a significar tanto en su interior. Vio como él se alejaba de ella, dirigiéndose a hasta quedar frente al fuego del hogar, mientras sacaba un cigarro y lo encendía sin mirarla.
-No D... no digas eso...- poniéndose de pie, se había aproximado a él, se odiaba por hacerlo sentir así.
-¿Qué mierda quieres que piense entonces?? No le has dicho a nadie de nosotros, sales con mentiras de Alexandria para encontrarnos... Me has prohibido que le diga a nadie acerca de ti... ¿Acaso estas tan aburrida que me estas usando para darle un poco de emoción a tus días??-
Rosita levantó su mano y de una sola vez lo abofeteó, y casi instantáneamente que lo hizo se arrepintió... Vio como Dwight soltó el cigarro y sin ningún rastro de delicadeza, la tomó con dureza de ambos hombros sujetándola a pocos centímetros de él mismo.
-Mañana podríamos estar muertos. Quizás antes del apocalipsis podría haberte esperado el tiempo que quisieras, pero las cosas son diferentes ahora. Y me importa una mierda lo que en Alexandria piensen de mí. Te quiero. No quiero estar ocultándome para verte. No quiero que corras riesgos estúpidos viniendo aquí. Quiero ir a verte a tu hogar, o buscarte y que vengas al mío... maldición! Quiero amarte en voz alta!!-
La soltó entonces, y bajó la cabeza, apesadumbrado. Unos instantes después sintió la mano de la muchacha apoyarse en su pecho, era tibia... como en los sueños en los que por tanto tiempo la había buscado.
-Dwight...- la escuchó llamarlo casi en un susurro... y levantó sus ojos hasta encontrar su mirada de miel... mientras podía ver como ella se mordía su rosado y húmedo labio...
-¿Es... cierto? – la oyó aun hablarle casi con timidez- Me...quieres?-
D. levantó sus manos hasta tomar el rostro de ella y sin dejar de observarla le contestó.
-Si... te quiero... no planeaba decírtelo en una discusión... No quiero perderte, no quiero que nada te pase... Y no quiero presionarte... pero necesito saber si realmente esto que está pasando entre nosotros tiene futuro... -
Vio como Rosita le sonreía, mientras con suavidad afirmaba con la cabeza. Hundiendo sus dedos en el cabello de ella, la atrajo hacia su boca, para perderse en el cálido cielo de su beso, y sobre sus labios murmuró:
–Te quiero-
-Yo también- respondió sonrojada, y por increíble que pareciera, su beso supo más dulce aún...
Ya junto al auto que ella había tomado para ir a su encuentro, ella lo abrazó de nuevo.
-Hablaré con ellos... te lo prometo-
-Ok.... Entonces nos vemos en cinco días. Y... Rosita... cuida mi corazón... que lo llevas contigo-
-Lo haré... - dijo sin lograr dejar de sonreírle, y casi con pesar, subió al fin al vehículo y se marchó.
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Un hombre harapiento y temblando recorría el bosque, tratando de cazar algún animal que de alguna manera calmase aquel hambre voraz. Había estado oculto durante los últimos días en una cueva que había encontrado, pero pronto se había topado con un grupo de walkers que percibieron su olor y comenzaron a perseguirlo. Casi había muerto tratando de liquidarlos, y ahora estaba nuevamente buscando un lugar en donde pasar una puta noche sin tener que despertar por cada ruido que sentía. Había tratado de entrar en Hilltop, pero el malnacido de Dwight ya había dado alerta sobre él, y le habían expulsado de la entrada a punta de fusil. Ni siquiera iba a hacerse viaje hasta el Reino, pues sabía sobradamente que tampoco allí lo acogerían. Tenía que hallar la manera de vengarse... pero mientras más le daba vueltas al asunto, más difícil veía esa posibilidad... "Maldito hijo de puta" pensó otra vez "Me las pagarás..."
Entre los árboles vio un claro de bosque, que rodeaba un remanso de agua congelada, y cuando terminó de cruzarlo, entre la arboleda pudo ver una cabaña... se asomó por las ventanas y pudo ver que estaba vacía... Al fin la suerte se estaba volteando a su favor!
"Hogar dulce hogar" dijo Johnson al entrar...

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Enemigos Intimos [COMPLETA]
Fiksi Penggemar''Ella sentía como el deseo se expandía en cada rincón de su cuerpo, y arqueó su espalda ante el roce de sus manos en su piel, había contado cada segundo que había permanecido separada de él como si fuese una cruel agonía, y ahora su piel clamaba po...