Capítulo 4

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Si era el muchachote y lo peor fue que se venía acercando donde Cris y yo estábamos.

–Hola niñata. – el muchachote llego hasta donde estábamos, con su aliento apestando a alcohol. – ¿Qué piensas ya no hablarme? – dice en tono sarcástico. 
–Dejame en paz. – Cuando termine de decir eso siento que me estoy moviendo esperen ¿En que momento me moví de mi lugar ? ¡Oh si! cuando el llego.
Noto que me tiene agarrada del brazo y nos dirigimos a la pista de baile, esta loco si cree que bailaré con el, nos detuvimos, choque con su pecho y eso me permitió olfatear su aroma, dios su aroma.

–Vamos baila. – dice moviendo mis brazos.
–No quiero. -trato de zafar me.
–¡Vamos niñata!
–Que no y deja de decirme así - Me logró zafar de su agarre lo veo a la cara, me quedó embobada en sus ojos, esos ojos negros que me hicieron sentir una corriente en mi cuerpo al instante en que mi vista choco con la suya.
–¿Qué te quedaras así? – dice burlón. – Ven baila.

–¡Que no!
–¡Te dijo que no! – grita Cris al mismo tiempo que le da un puñetazo en la cara al chico de tatuajes, al parecer a este no le importa se quedo ahí, a juzgar por sus puños cerrados y que se tenso, presiento que el muchachote se enojo, no me di cuenta en que momento pero el muchachote tenía en el suelo a Cris, me quede pasmada observando su bien formado cuerpo, no, Nat concéntrate le están dando una paliza a tu amigo.
–¡Para, para! Lo mataras ¡por favor! – tome del brazo al chico de tatuajes y al momento de mi toque pude sentir como se tensa, de a poco se separa, así que  aprovechó para ayudar a Cris a levantarse.
-Yo lo....lo...siento Cris. – tartamudee al hablar por la impresión.– no te preocupes bonita, no iba a permitir que ese idiota te hiciera algo. – dice Cris aliviado. – además el. – señala con la barbilla. – no se fue limpio.
Volteo a ver al muchachote, sus puños aun estaban cerrados con algo de sangre su pómulo derecho hinchado, mi mirada se centro hacia Cris para analizar los daños, y el esta peor sus 2 pómulos hinchados y un labio partido.
–Nos vamos. – me dirijo a Cris. –  Hay que buscar a Vane. – nos metemos por la pequeña bola de personas que se había echo para ver al muchachote y mi golpeado amigo pelear, pasamos por la gente y veo una melena de cabello negro conocida en la barra, me dirijo hacia ella cuando siento unos grandes brazos agarrando me por la espalda.

–Nos vamos a tu casa Niñata.
–¿Qué? No, yo vine con mis amigos no los puedo dejar. – trate de zafarme pero fue en vano, el era muy fuerte.
–No me interesa he dicho que nos vamos.– me toma por el brazo y me aleja de Vane, nos dirigimos al estacionamiento y nos páramos en un coche negro a este le gusta mucho el negro.
–¡Nat! ¡Nat!¡Nat! – escuchó que gritan mi nombre, volteo y pude ver que era Vane.
–Que haces con el. – señala al muchachote y pude ver como su mirada se  dirige a nuestras manos, que por una extraña razón están entrelazadas.
–Yo hem... 
–Nos vamos a su casa.–  interrumpe el muchachote.

–Deja la en paz. –interrumpe Cris.

–Tu no te metas o ¿quieres que termine lo que en pese? – el muchachote amenazo a mi amigo. –¡mejor vete!

–Claro en cuanto dejes a mi chica. – esperen  que acaba de decir, al momento que escucha eso me suelta el muchachote.
–Toma te la regalo. – dice entregándome como un objetó y se sube a su auto ¿Qué acaba de pasar aquí?
–Disculpa ¿que acabas de decir?
–Tranquila Nat lo dije para que te dejara.

Nos subimos a su camioneta y en 20mn llegamos a nuestro departamento, cansada por la noche que tuve me dispuse a desmaquillar, me meto a bañar y estoy lista para dormir.
Acostada en mi cama y con los ojos cerrados, recuerdo esos hermosos ojos negros, ese cuerpo bien formado, ese aroma tan embriagante y después de eso caigo rendida.

BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora