Capítulo 58

2.1K 140 0
                                    

Blake estaba adentro del cuadrilátero, entrenado para la pelea que tenía pasado mañana.

Yo observaba el lugar era un gimnasio exclusivo para boxeadores de las ligas mayores. 

– Hola. – una voz conocida me hizo voltear.
– ¿Máx? – me lance en busca de un abrazo.
– Yo también te extrañe Nat. – Máx me devolvió el abrazo.
– Pensé que llegarías mañana. – Blake me distrajo con su presencia y hizo que me soltara del abrazo de Máx.
– ¿Cómo? ¿Tu sabías que Máx vendría? – dirigí mi vista confusa a Blake. 
– Te lo diría en la noche. – Blake se mostró indiferente.
– ¿No se lo dijiste  Wiliams? – Máx se cruzó de brazos.
– ¿Por qué llegaste hoy? – pregunto frío.
– Quería verte pelear. – ladeó su cabeza.
– Pues la pelea es mañana.
– Ya se. – Blake hizo una seña para que continuara hablando. – Vine para ver a Nat.
– ¿Ah mi? – fruncí mi ceño.
– Si, pero viendo al ogro de tu novio te veré mañana mejor en la pelea y a ti también Blake. –  Máx se dio la vuelta y salió del gimnasio, volteé a ver a Blake.

– Tienes cosas que explicar muchachote. – le sentencie. 


(•••)

Blake y yo estábamos en su habitación, los dos estábamos acostados en su cama, yo estaba esperando a que Blake me diera una explicación acerca de Máx y su llegada.

– Blake ya dime.
– No quería que te enteraras así. – el muchachote me tomo en sus brazos, para quedar cara a cara. – Máx vino a decirme algo de lo que a encontrado acerca de la muerte de nuestros padres; podemos dejar de hablar de esto, quiero estar contigo hoy. – mi corazón comenzó a latir rápidamente, aún no me acostumbraba a que Blake fuera tan lindo conmigo.
– Me gusta estar así contigo. – mustise.
– ¿Cómo?
– Así, juntos, sin pasado, ni con problemas, acostados, a obscuras.
– A mi también gusta estar así contigo, oliendo tu perfume de chocolate, tu cabello a shampoo, tenerte entre mis brazos.
– Perdonen por romper el romanticismo, pero mamá quiere que bajen a cenar. – Yess hablo, ¿a que hora entro?
– Ya bajamos, y para la próxima toca. – Blake le contesto por ambos a su hermana. 
– No te preocupes no es mi deseo verlos teniendo sexo. – se burló.
– Yesenia. –  Blake habló en forma de reprimenda.
– Ya, ya que aguado. – reí, estos dos no duran sin pelearse.

Bajamos a cenar y pude ver a la pequeña Camila jugando con Janeth, el corazón se me encogió al recordar lo que Blake me había contado de su media hermana, esa pequeña había sufrido tanto. 

– ¿Entonces son novios? – la cena había transcurrido normal, hasta que la pequeña Cam hizo esa pregunta.

– Si Cam, ella es mi novia. –  Blake contesto a la interrogante de su pequeña hermana.
– Tu dijiste que no serías su novia. – la pequeña me recriminó.
– Yo se lo que dije, pero creo que no puedes elegir de quien te enamoras. – Blake abrió tanto sus ojos que creí que se saldrían se su orbita, un brillo se hizo presente en aquellos ojos negros los cuales me hacen perderme en ellos.
– Entonces ya no me querrás a mi. – la pequeña hizo un puchero y sus ojos comenzaban a cristalizarse.
– Claro que si Cam, nunca te dejaría de querer. – Blake tomo su pequeña manita por encima de la mesa.
– Yo aún no apruebo que sean novios. –  me quede callada ante el comentario de Cam.
– ¿Y que puedo hacer para ganarme tu aprobación? – intente ganarme su confianza. 
– Tienes que llevarme a comer helado, una hamburguesa y comprar ropa para mis muñecas. – todos en la mesa rieron.
– No es correcto lo que estás haciendo Camila. – Morgan la reprendió.
– Trato echo. – cedi ante la petición de la menor en los Wiliams. 
– ¿Enserio? ¡Nancy tendrás ropa nueva! – la pequeña pequeña salió corriendo rumbo a las escaleras.

– Asi que novios ¿he? – Morgan precinto divertido.
– Tendrás que presentarla como tal. – Janeth acotó.
– Y eso aré. – Blake tomo mi mano, mis nervios iban en aumento cada que el hacia ese gesto. 

(...)

Era de día, ayer Blake y yo nos que damos dormidos hasta muy tarde y ahora tendría que apurarme si no quería llegar tarde a clases.

– ¿Blake? – intente moverlo. 
– Mmmm
– Nos tenemos que levantar, tengo que cambiarme. 
– Solo cinco minutos. – susurró.
– Blake...
– Ash bien. – este quito su brazo de mi cintura y dejo que saliera.

– Blake vámonos ya. – tome mi mochila y dirigiéndome a la salida.

– Ven. – estiro su mano para tomarme de la mano y jalarme hacía el. Blake me beso y yo sonreí parecíamos las típicas parejas enamoradas que ponen en las películas románticas, me encantaba este Blake, el que sonríe y hace juegos.
– Llegaremos tarde. – me separe de el, intentando no regresar a sus labios.
– Tu te lo pierdes. – este salió por la puerta  de su cuarto, para luego dirigiéndose a la salida principal y poder ir a su carro, para abrirme la puerta.

BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora