Capítulo 33

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Después de sentir aquellas mariposas y que arruináramos el momento ya que habíamos llegado, a donde sería la pelea en aquel lugar donde casi muero.

Blake nos llevo a un cuarto donde creo yo, más bien se podría decir ¿camerino?, si creo que eso es para que Blake se pudiera preparar, ahora estamos esperando a que Blake salga como aquella vez los gritos, chiflidos y por supuesto mujeres con poca ropa sólo que ahora había más señores con traje negro en aquel lugar, esto me esta dando miedo.

Blake sale y camina por aquel pasillo oscuro y por instinto guio mi mirada hacia el, lo cual el nota y hace lo mismo, guiña un ojo lo cual hace que me ruborice, mierda.

Por el contrario sale un hombre demasiado alto hace el mismo recorrido que hizo Blake para llegar al ring, la gente estallo en aplausos y las mujeres con lo mismo de siempre lo cual causo que yo rodará los ojos ante sus insinuaciones.

El mismo ritual que hizo aquel señor la otra vez lo hace hoy Blake mas bien la Bestia es el retador y el Diablo es el contrincante que Blake tiene que enfrentar. 
El sonido de campana indica que la pelea a comenzado, Vane que esta a mi lado derecho suelta un grito.
– Vamos Nat anima a tu novio. –  ¿novio?, una sonrisa involuntaria salió de mi, ruedo los ojos y me en cojo de hombros.
– ¡Vamos Bestia! – grite con todas mis fuerzas, Blake volteo buscando con la mirada aquel grito, cuando encontró la causante de eso sonrió y aunque estemos a metros de distancia, pude ver el brillo en sus ojos. – suerte. – susurré al parecer pudo leer mis labios y asintió, por favor dios que no le pase nada rogué.


 Blake

No se que demonios pensé al traer a Nat aquí.

<Pensaste que seria genial que te viera pelear y no a Máx.>

No es verdad.

<Claro que si.>

Cállate conciencia, se supone que deber ayudarme.

<Se supone...– 

Era hora de la pelea como ya es costumbre hago mi acto de presencia hacia el ring, aplausos, gritos y las cosas que dicen las mujeres se hacen presentes, siento una mirada encima de mi cuando camino y busco aquella mirada, al encontrar la causante algo hizo que mi pecho se inflara, le guiño un ojo a Nat la cual al momento se ruboriza.

–¡Vamos Bestia! – escucho un grito cuando estoy arriba del ring y cuando la pelea esta apunto de empezar, busco con la mirada aquella voz, ahí esta Nat sonriente. – suerte. – era lo que decían sus labios, solo asentí no suelo perder y con ella aquí aún menos.

– Que puta tan más bonita. –  mi contrincante habla ¿escuche bien?
– ¿Qué dijiste?
– Lo que escuchaste niño y mira acabemos con esto rápido que me quiero ir. – el muy idiota del Diablo se pone en guardia, claro que acabaremos esto rápido.

Diablo tira el primer golpe, logro esquivarlo, ahora soy yo quien ataca, se defiende y me tira un gancho.
<Vamos Blake Nat esta aquí>
Pienso, además esta es mi oportunidad para entrar a la liga grande, le doy un golpe causando que baje la guardia, ahora lo acorraló contra las cuerdas y le doy golpe, tras golpe sin parar, la campana suena anunciando que el primer raund acabo, me dirigí a mi esquina para poder tomar algo de agua y controlar mi respiración. 

Regresa la campana y es hora del segundo raund Diablo ataca rápido y logra darme un golpe en la boca del estómago haciendo que pierda un poco de aire, mierda esto va a ser tardado.

(•••)

Es el octavo raund y aún no puedo vencerlo, de vez en cuando volteo a ver a Nat, esta preocupada, se notaba en su mirada. 

Suena la campana y el octavo raund empieza Diablo, me da un golpe tratando de noquear me lo cual hace que caiga al suelo.

– ¡Blake! –  escucho el grito de Nat. – Dejenme pasar. – la puedo ver tratando de acercarse al ring – Blake Blake, no es hora de tomar una siesta por favor levántate. – su tono de voz es de preocupación. –  Maldita sea Blake no me hagas entrar ahí y levantarte yo misma. – solté una carcajada. – ocho. – como pude me levante antes de que perdiera. – No te preocupes aún no te libras de mi. – le guiñe un ojo a Nat, su semblante se relajó
– Acaba lo Bestia. – fue lo único que necesite para terminar esto.

Nat

Estábamos en un antro, como Blake gano decidimos festejarlo ahora ya es un boxeador profesional, claro aun le falta hacer su presentación en la liga grande.

– Vamos a bailar Nat. – mi mejor amiga me toma de un brazo y Yess del otro, si ella también esta aquí no pudo asistir a la pelea pero llegó cuando anunciaron la victoria de su hermano.

 Nos dirigimos a la gran pista y movíamos nuestros cuerpos al ritmo de la música, ya tenia algo de alcohol en mi sistema, así que le podría echar la culpa a el mañana, siento unas manos tomar mi cintura enseguida me volteo para ver al imbécil que se atreve a tocarme.


– ¿Qué te pasa idiota?
– Vamos, no creó que no te guste lo que puede pasar. – ¿pero que se cree?
– ¡Suéltame! –  grito y forcejeo con el tipo este, maldita sea.
–Tranquila será rápido. – me toma de los brazos y tira de mi hacia un pasillo.
– ¡Yess, Vane, Oscar! – grito con todas mis fuerzas pero el tipo este me tapa la boca, nos mete a uno de los baños, no, no, por favor esto no me puede pasar. – ¡Blake! grito con todas mis fuerzas casi desgarrándome las cuerdas bucales, al mismo tiempo que las lágrimas caen de mis ojos, la puerta se abre de golpe y puedo ver a un Blake muy enojado.
– Suelta la. – el tono de voz de Blake ahora era frío, tanto que hasta a mi me dio miedo.
– Vete de aquí, luego te la prestó. –  el chico saca una navaja y apunta hacia Blake.
–¡TE DIJE QUE LA SUELTES! – Blake se lanzo hacia aquel tipo y le comienza a dar golpes.
– Basta. – es lo único que puedo decir, mi cuerpo y mente esta en shock. – ¡Blake BASTA! – su puño se queda en el aire. – Blake por favor llévame a casa. –  le da un último golpe, se para y me observa, me toma de la mano, salimos de aquel lugar que pudo ser lugar de una violación.

(•••)

Llegamos a mi departamento, en todo el camino Blake no dijo nada, nos fuimos de ahí diciendo que me sentía mal por algo que tome, para no levantar sospechas de nadie no quería que se preocuparan. 

– Nat, yo lo siento. – Blake por fin habla sentándose en el sofá con los codos recargados en sus piernas y las manos en su cabello.
–No Blake, tu me salvaste. – me siento a lado de el, al escuchar eso levanta la mirada.
– ¿De verdad?
– Claro que si, gracias.
– ¿Por qué?
– Por salvarme. – una sonrisa se forma en su boca.
– Gracias.
– ¿Por qué? – ahora es mi turno de preguntar.
– Por no dejar que me rinda. – algo se puso en mi corazón aquellas palabras me llegaron al corazón. – será mejor que me valla. – Blake se para de su asiento, lo tomó del brazo para detenerlo.
– Quédate por favor. – lo mire directo a los ojos, estaba perfectamente consciente de lo que decía.
– ¿Segura? – asentí, nos dirigimos a mi cuarto. – puedo dormir en el piso.
–Claro que no Blake, la cama es muy grande.
– No quiero que te sientas incómoda.
– No será así, yo tomó el lado de la derecha. – siempre me a gustado ese lugar.
– Bien. – los dos nos acurrucamos en la cama pero a una distancia respetable, algo no se sentía bien, me hice hacia en frente y ahora quedábamos a pocos centímetros, Blake me miro con una ceja alzada. – Tengo frío. – el solo sonrió me abrazo, me sentí completa, poco a poco mis párpados se sentían pesados.
– No dejare que alguien te arrebate de mi de nuevo, duerme niñata. – y caí en los brazos de morfeo con esas últimas palabras de Blake.


BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora