Nat
El despertador suena indicándome que es hora de levantarme, hoy es lunes y la fiesta fue hace dos días y en ese tiempo aún no puedo creer que Blake halla echo todo eso por mi, la verdad es que me la pase muy bien y definitivamente tendré nuevos recuerdos de estas fechas, aun cuando los antiguos recuerdos no se iban estaba feliz.
– ¡Hola, hola! – grito saliendo de mi cuarto viendo a mi hermano y Vane apunto de besarse. – ¿Pero qué? – pregunto confundida.
– Nat...yo...yo. – trata de explicarme Vane.
– Nat. – mi hermano interrumpe la explicación de mi mejor amiga. – vamos a desayunar y ahí hablamos. – salimos del departamento hacia un restaurante que esta serca.– Bien, quiero una explicación. – hablo llegando a un asiento del restaurante
– Bueno...nosotros...nosotros somos...novios. – Vane habla nerviosa y las miradas de los tortolitos me piden respuesta.
– ¿Nat? – pregunta Oscar al notar que me he quedado callada asimilando la situación.
– Estoy muy contenta por que al fin lo admiten. – hablo abrazándolos.
– Dios Nat, creímos que te enojarías. – hablan los dos correspondiendo a mi abrazo.
– Por supuesto que no, me alegro muchísimo, ya no voy a tener que aguantar que cada día se anden peleando por ver quien pone más celoso al otro.
– Hay otra cosa que tenemos que decirte. – me interrumpe Vane.
– Dime que aún no seré tía, por favor aun estoy muy joven. – respondo preocupada.
– ¡Dios no!, ahora estaremos juntas en el infierno me cambio a tu instituto. – Me responde feliz
– ¡Esto es genial! – vuelvo a abrazarlos, al fin estoy teniendo felicidad en mi vida.(•••)
¿Saben que es lo bueno de trabajar?, ¿No? Se los diré que te pagan, eso es lo más bello del mundo, bueno uno de tantos, es tan genial tener dinero que tu te ganaste por tu propia cuenta y que no tienes que rendir cuentas a nadie, bueno en mi caso si, le tengo que rendir cuenta a mi queridísima perra francheska, y obviamente la renta del departamento, despensa y todo eso, ahora se lo que sientes mis padres, ¿Cómo fue que pudieron mantener a tres seres humanos aparte de ellos?
– Princesa. – hablo llegando al departamento.
– Dime. – escucho una voz a modo de respuesta.
– No me jodas los perros no hablan.
– ¿Qué rezas? – Vane hace acto de aparición
– ¡JESÚS! ¿Dónde esta mi princesa?
– Aquí. – Vane hace una seña con su brazo.
– Tu no tonta. – camino hacia la cocina y escucho unas pequeñas patitas venir. – ¡MI AMOR! – me tiro al piso con ella en brazos – ¿cómo esta mi princesa?
– Sabes que ella no habla ¿verdad? – Ahí esta la Vanessa que interrumpe momentos.
– Cállate. – mi pequeña perrita me lame la cara. – mi amor ¿qué crees? hoy me pagaron y iremos a comprarte comida y todo lo que quieras. – le hablo a mi perra a lo que ella me contesta con un ladrido, si suena tonto que le hable tan tierno a un perro, pero yo pienso que los perros son como nosotros, siempre me pongo en su lugar ¿qué sentiría yo si me hicieran o trataran como yo los trato? Ellos también sienten.
– Recuerda que tenemos que pagar...
– Si, si ya lo se. – corto a Vane. – El dinero ya lo tengo apartado ahora saldré a pasear y le comprare las cosas a Franche. – le pongo su correa a mi pequeña perra y salimos del departamento.(•••)
Lo único malo de tener mascotas es cuando hacen del baño en lugares públicos, ya que tienes que levantar su excremento, a veces da un poco de asco por el olor que emana.
– Por dios Franche ¿qué diablos comes? – esto huele muy mal.
– Sabes que las mascotas no hablan ¿cierto?
– A ti que te importa si... – giro para enfrentar y verle la cara del estúpido este ¿pues que se cree? Oh oh. – ¿Blake?
– Hola Niñata. – ya vamos de nuevo. – ¿es tuya? – se agacha a acariciar a mi pequeña perrita.
– Si es mi hija. – se escucha una carcajada.
– ¿Cómo se llama?
– Francheska. – contesto orgullosa.
– ¿Qué clase de nombre es ese?
– Uno que me gusta.
– Tranquila fiera. – esta escena me parecía irreal, Blake acariciando a mi princesa y ella gustosa en sentir sus caricias, bien oficialmente me sentí despreciada.
– Hey deja a mi princesa. – me pongo a su altura y también acarició a mi perra. – ¿Qué haces aquí muchachote? – hacía mucho que no lo llamaba así, el solo sonrió.
– Es un parque. – contesta obvio
– Ah claro, con razón no encuentro nada de croquetas. – contesto divertida.
– Vine a correr, una pelea se acerca. – me tense
– ¿Pelea?
– Si. – los recuerdos de ese día se hicieron presentes. – ¿Nat?
– S..si.
– ¿Qué te pasa? ¿te desconectaste?
– Nada es solo que...nada.
– Nat...yo...yo te quería pedir...Que si...tu. – ¿esta nervioso? – ¿Quieres ir a la pelea? Es en un par de días. – no sabía si alegrarme o preocuparme por regresar a ese lugar, y el echo de que Blake se pusiera nervioso al pedírmelo.
– ¿Yo? Bueno es que yo no suelo...
– Tienes razón. – ni si quiera me dejo terminar el se levanto y empezó a correr lejos de mi, y luego dicen que las mujeres nos hacemos del rogar, corro tras de el.
– ¿Podrías si quiera dejarme terminar? – asiente deteniéndose. – ¿puedo llevar a alguien?
– ¿Quien? – wow que agresividad.
– Hey tranquilo, mi amiga y mi hermano obvio. – iug soné muy payasa. – después de lo que paso no quiero estar sola como ese día. – un brillo se hizo presente en esos obscuros ojos.
– Claro, pasare por ti...ustedes. – y se fue, bien ahora tengo que convencer a mi hermano de asistir a un lugar clandestino, genial.
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Bestia
Teen Fiction¿Crees en el Karma?, ¿En el destino?, ¿En Dios?, ¿En verdad hay alguien para todos? ¿De verdad existe el amor? Cada palabra que salía de la boca de Blake me dejaba más asombrada, claro ahora sabía por que era así, pero tenía en claro algunas cosas. ...