Maratón 1/3

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Desperté sudando y aterrada con un nudo en la garganta las lágrimas queriendo salir, pero se los impedía.
Después de que Máx no apareciera por mi apartamento y Jeason se fuera a buscarlo, regrese a mi cuarto para poder bañarme, pero el cansancio pudo más conmigo a pesar de el miedo que tenia, me quede dormida y mi maldito pasado aprovechó mi miedo para regresar Chace volvió,  unos golpes en la puerta de la entrada me regresaron al mundo real.

Camine con pasos lentos hacia la puerta de la entrada ya que el terror de mi pesadilla sigue en mi y eso es lo que causa Chace en mi, en mi cuerpo, mi mente aun con tiempo en terapia. Abro la puerta para soltar el aire que no sabía que estaba reteniendo al ver a Máx con Jeason, mis pensamiento de Chace y mi pesadilla desaparecieron al ver a Máx con golpes en la cara y su labio partido, ¿tanto le pego Blake para que quedara así? ¿Y si fueron los que enteraron al lugar los que le hicieron eso?

– ¿Qué demonio te a pasado Máx? ¿Qué a pasado en ese lugar? ¿Quiénes eran ellos? –  una sonrisa se apareció por el rostro de Jeason, de que se reía.
– ¿Podemos pasar? – cierto ni si quiera les había invitado a entrar, asiento y me hago a un lado para que entren.
–Dímelo ya por favor.– habló para cuando ya están sentados ellos enfrente de mi, sólo una pequeña mesa de centro nos separaba.
– Nat hay cosas que tu no sabes. – su cara sigue sin expresión alguna y eso me frustra.
– No me digas. – contesto irónica y con las manos al aire.
– Te lo podemos explicar todo, bueno no todo ya que en cierta parte esto involucra a alguien más.
– ¿A quien más involucra?
– Blake. – contesta apretando los puños, el corazón se me acelero de un momento a otro ¿Qué demonios tenía que ver Blake en todo esto?
– Yo te puedo decir lo que me involucra, pero tendrás que hablar con el...aunque eso no me guste. – susurra lo último pero logro escucharlo, Jeason vuelve a sonreír.
– Bueno yo...no se por donde empezar. – aclara su garganta. – como sabes también me acabó de mudar aquí. – asiento. – me mude o más bien acabó de regresar. – o diablos. – prométeme que no te asustaras después de que te cuente esto.
– Te lo prometo.
– Yo no viví en una casa donde reinara el amor Nat, mis padres no se amaban, o bueno eso demostraban desde que yo era pequeño veía salir mucho a mi padre. – hace una mueca. – cada día teníamos más seguridad de lo normal, no entendía por que, veía salir y entrar a distintas mujeres al igual que hombres. Un día no tuve clases ya que hubo una fuga de agua en la escuela, yo no quería regresar a mi casa, me la pasaba encerrado ya que mi padre no dejaba que saliera mucho solo si era para la escuela o partido de Fútbol, pero no tenía más remedio que ir a mi casa, mi nana que es como una madre para mi fue a recogerme pero no fuimos directo a la casa, salimos a comer invitó a mis compañeros de entrenamiento para ir a jugar. – una pequeña sonrisa se le formó. – llegamos a mi casa unos cinco minutos después de la hora que siempre llegamos de la escuela. – sus ojos tenían lágrimas. – en la entrada había muchas camionetas negras, bueno más de lo regular, mi nana me tomo de la mano para entrar, escuchamos gritos de mi madre pidiendo que no le hicieran nada, al igual que mi padre. – se le entrecorta la voz. – escuche un sonido de bala y después ya no escuchaba a mi madre, mi padre gritaba como loco, entre como pude a mi casa, mi madre tenía un hoyo en la cabeza sangre por todos lados, lo último que recuerdo es a mi padre gritando, luego tumbado alado de ella con una bala cerca de su corazón, mi nana tomando una pistola, de ahí no recuerdo mucho, mis tíos. – volteo hacia Jeason. – Me adoptaron y me explicaron todo tiempo después cuando ya lo pudiera entender bien, el por que mis padres fueron asesinados. Mi familia es de la mafia Nat. – solté un sollozo lo cual causo que  los primos se voltearan a verme.
– Continua. – digo en un susurro, el asiente. 
– Blake es... – suspira. – es mi Hermano...



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