¿Quién es Chat Noir? [#2]

-12-

Ese chico se muere por ti.

Le importas mucho a Adrien Agreste.

Marinette, por favor, Adrien te adora.

Son perfectos el uno para el otro.

Marinette recordó cada uno de los comentarios que le habían dicho sobre declararsele a Adrien. Todos pasaron de volada por su mente, como burlándose de ella y le hacían un hueco más profundo ahí donde Adrien había disparado su rechazo.

―Lo siento, no puedo corresponder a tus sentimientos ―le dijo Adrien, sin verla.

Pero los ojos se le habían empañado a Marinette. De haber prestado la atención suficiente se hubiese dado cuenta de lo difícil que era para Adrien mirarla en ese momento, pero sólo pudo concentrarse en su dolor.

―¿P-por qué? ―preguntó ella―. ¿N-no sientes n-nada por mí?

Adrien sintió un fuerte nudo en la garganta. No era capaz de verla y de la misma forma era incapaz de decirle que no la quería, pero percibía el dolor en su voz y eso fue lo que más le dolió. Ella lo quería. Él estaba loco por ella.

―Hay alguien más ―mintió él.

―E-entiendo ―dijo Marinette―. Yo... yo sólo... Adiós, Adrien. Disculpa por el malentendido.

Se atrevió a verla marchar. Ella huía de él, corriendo sabrá Dios donde. Ahí fue cuando Adrien cometió otro gran error.

No la siguió.

❇❇❇ 

Félix miró los ojos perplejos de Bridgette por varios segundos, pero a él le pareció algo eterno. El perfume de Ámber lo rodeaba, ese perfume para mujeres que estaba en la línea de su padre que él tanto detestaba. Comenzó a sentirse mareado y culpó a la horrorosa fragancia.

―No es mi novia ―dijo él, quitándose los brazos de Ámber de encima.

―¿Cómo puedes decir eso? ―le dijo Ámber haciendo un puchero, pero luego comenzó a carcajearse―. Discúlpame ―le dijo a Bridgette―. Soy una mala bromista, sólo somos amigos de infancia.

―¿Eres hermana de Chloé? ―Bridgette arqueó una ceja.

―La inigualable y mil veces mejor hermana mayor.

A Bridgette no le hizo ninguna gracia.  Ni siquiera sabía que Chloé tenía hermana. Ámber se dio cuenta de los ojos irritados de la muchacha y las lágrimas cubriendo su rostro. Miró a Félix con enojo.

―Si es lo que creo que es, Agreste, jura que estás muerto ―le dijo Ámber en perfecto español, aunque ella no contaba con que Bridgette la pudiera entender, o que ella estuviera alabando internamente el acento de la chica―. ¿Cómo te llamas, tesoro? ―le preguntó a la pelinegra, tendiéndole un pañuelo del interior de su chaleco.

―Conozco a tu hermana ―dijo Bridgette―. Me llamo Bridgette Dupain-Cheng.

―¿Dupain-Cheng? ¿Eres familia de Marinette? ―Ámbar se vio entusiasmada.

―Soy su prima.

―¡Qué genial! ―chilló ella―. Marinette y yo jugabamos al té de pequeñas. Pequeño, pequeño mundo. Y tú. ―señaló a Félix―. Esto significa que estás re-muerto.

―No he hecho nada malo ―se defendió Félix con su acento machacado.

―Descuida ―interrumpió Bridgette en español―. No es su culpa ser un imbécil. Oh, disculpa, creo que sí lo es.