-33-

4.9K 460 702
                                    

Chat Noir casi salta por la ventana, pero Bridgette Dupain gritó "¡no!" al verlo sobresaltado. Él se detuvo, pensando en sus opciones. Sus ojos irradiaban. Miró alrededor sin saber a dónde mirar. Marinette sólo podía mirar a Bridgette tratando de decir "¡¿Como demonios se te ocurre?!". Sabía que su prima tenía tendencia a ser inoportuna, pero si hubiera un récord que batir sobre el momento más inoportuno, creía que ese ganaría.

—¿Qué está sucediendo? —preguntó Alya frotándose los ojos, somnolienta. Cuando logró ponerse sus lentes tuvo que resistir el impulso de gritar.

—Chat Noir, sé que esto luce mal... —comenzó Bridgette.

—Esto no luce ni remotamente mal —dijo Marinette—. ¡Es catastrófico!

—Todo un cataclismo —dijo Alya, virando los ojos.

—Oye, éste —señaló a Chat— es el de las bromas. No te pases.

—Sólo queremos ayudar —siguió hablando Bridgette—. Sabemos por lo que estás pasando...

—¿Saben de la maldición? —miró a Marinette, dolido—. ¿Acaso todo el mundo lo sabía menos yo? Bridgette obviamente podría saberlo, si es la segunda Ladybug... ¿Pero Alya?

—¡Oye! —dijo Alya, ofendida.

—¿Cómo sabes que soy la segunda Ladybug? —Bridgette miró a Marinette—. ¿Se lo dijiste?

—Yo...

—Oh, por favor, dame algo de crédito —se quejó Chat Noir—. No soy un completo idiota.

—Completo no, pero de que lo eres, lo eres —dijo Bridgette.

—¡Bridgette! —reprendió Marinette, sintiéndose arrinconada.

—Siéntate, Chat. Créeme, lo necesitarás —dijo Alya.

Él se mostró receloso al principio pero terminó haciéndole caso. Se sentó en la silla giratoria de Marinette, mientras ella y Alya se sentaban en la cama y Bridgette tomaba una almohada, la abrazaba y se sentaba en la alfombra, en medio de ellos.

—Hay algunas cosas que debes saber —comenzó Alya—. Pero antes que todo, debes entender por qué Marinette no te lo dijo. Tenía miedo de que... Bueno, perdieras el control.

—Le dije que no te contara nada —escuchó decir a Tikki. La buscó por unos instantes y la notó en el hombro de Marinette—. No queríamos que perdieras el control y...

—El caos —dijo Chat, ocasionando el que Tikki se estremeciera—. Lo entiendo.

Estaba atento. Su rostro mostraba seriedad y Marinette no sabía si eso era algo bueno o malo. En ese momento, al Tikki verlo, sólo podía mirar a Adrien tras el antifaz y lo mayor que le parecía de momento. Se veía cansado; cansado de todo. Como si en ese momento se debatiera entre seguir adelante o rendirse. Tikki tuvo ganas de darle uno de esos minúsculos abrazos que siempre le ofrecía a Marinette, pero no se movió. Seguía teniendo miedo.

Entonces comenzaron a contar todo. Alya principalmente. Cada vez que Marinette comenzaba a hablar se le aguaban los ojos porque sabía que, de alguna forma, había traicionado a su compañero. Bridgette interrumpía a veces, recibiendo una mirada cautelosa de Alya para que no soltara uno de sus comentarios tan efusivos.

Le contó todo. Lo del Guardián, lo de Le Paôn y Le Blanc —en ese momento Chat comenzó a hacer una broma sobre que ambos héroes comenzaban con Le, pero se detuvo a mitad, sin ánimos—. Le contaron sus sospechas de Aixa Rousseau, la maestra de arte, a quien él no conocía; no se acercaba al departamento de arte desde lo que pasó con Madame Incolore. Por último dejaron todo lo que sabían sobre su maldición. Marinette confesó que por ese motivo lo había abandonado cuando Evillustrador atacó, no quería que él entrara en pánico y la maldición hiciera de las suyas.

¿Quién es Chat Noir? [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora