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La profesora Mendeleiev aún no había llegado al salón cuando Marinette entró, lo cual era un poco extraño porque había llegado tarde y Mendeleiev nunca se retrasaba. Alya entró apresurada luego de Marinette y le pasó un bálsamo labial.

—Créeme, lo necesitas —le dijo Alya.

Ella comenzó a aplicarlo con diligencia. Nino giró a verla.

—Alya, mi dama. Marinette, mi... Wow, ¿por qué tienes la boca así, niña?

—¡Nino! —gruñó Alya. Él no sabía por qué estaba más molesta, por llamarla su dama o por lo que le preguntó a Marinette. Quizá por ambas.

—¿Tu dama? —Adrien arqueó la ceja, metiéndose en la conversación.

—Um... Sólo... Sólo es una broma —dijo Nino.

Marinette no prestó atención a la nueva pelea entre Alya y Nino, con comentarios de Adrien que sólo ocasionaban que su mejor amigo se metiera en más problemas. Marinette sólo podía pensar en la culpa que sentía al ver a Adrien. ¡Ni siquiera sabía por qué sentía culpa! ¿Por besar a Chat Noir? Era ilógico, y menos cuando te han roto el corazón.

Pero entonces Adrien giró y tanto Alya como ella notaron que él tenía los labios igual o peor que Marinette. Su culpa fue reemplazada por el enojo y la decepción. Entonces Adrien había tenido una grata sesión de besuqueo con Kyung Nari. ¿Por qué le molestaba tanto? Ella había hecho lo mismo esa madrugada.

Porque eres una tonta, se dijo, y Adrien Agreste aún tiene efecto en ti. Todavía le quieres.

—Pero qué tenemos aquí —dijo Kim, aproximándose al frente del salón—. No lo puedo creer. Agreste y Dupain andaban besuqueándose. Vaya, Agreste, no te conformas con una supermodelo y vas de nuevo tras Dupain.

La cara de Adrien enrojeció. Trató de decir algo pero nada salió de su boca.

—¡Eso no es cierto! —dijo Marinette con voz aguda—. ¡No andaba haciendo nada con Adrien!

—¿Pero sí andabas con él? —preguntó Max.

Ahora Adrien y Marinette eran el centro de atención, cosa que parecía ser más común de la cuenta en ese tiempo.

—¡No!

—Oh, por favor, Mari, que no te avergüence. Todos sabemos que estás loquita por Agreste —sonrió Kim.

—Todos sabemos que estás loco por Alix y no andamos molestándote por ello —replicó Alya.

—¿Qué? —dijo Alix, poniéndose de pie. Se le veía furiosa, ella no soportaba a Kim.

—P-pues... P-pues... —comenzó a tartamudear Kim—. ¡Tú estás enamorada de Lahiffe!

—¡¿Qué dices?! —gritó Alya.

—Yo diría que más bien está enamorada de su blog... —comenzó a decir Rose.

—O de Ladybug... —dijo Mylène.

—¡Qué importa! ¡Lahiffe también está loco por ella! —gritó Kim.

—Creo que Kim se refiere a la semana pasada cuando vio a Alya y a Nino juntos en los jardines —dijo Max—. O hace cuatro días, cuando los vio en la cafetería...

—¿Ahora se dedican a acosar personas? —dijo Alix—. Qué perturbador.

—¡No los acosábamos, fue una casualidad! —dijo Kim.

—Lo secundo —dijo Max.

—Todos me caen encima sólo por decir la verdad —dijo Kim—. Agreste es una farsa y en verdad está saliendo con Marinette.

¿Quién es Chat Noir? [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora