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El día estaba nublado. Desde el día anterior habían pronosticado fuertes lluvia y dado una alarma a las escuelas sobre la seguridad de los estudiantes. Algunas habían cancelado clases, pero en el Françoise Dupont quisieron arriesgarse. Además, ¿qué ganaban cancelando clases? Sólo a cientos de estudiantes encerrados en sus habitaciones.

Marinette iba con paso rápido a su aula, no porque se le había hecho tarde, sino porque había despertado más nerviosa que nunca, como si hubiera bebido toda una taza de café sonámbula y ya estaba viendo los efectos en ella.

La noche anterior había estado pensando en lo mucho que no quería ver a Adrien en clase, se sentiría destrozada, pero al ir camino al aula sólo podía pensar en que no sabía qué sucedía con su cuerpo. El corazón le latía con prisa y sus manos temblaban, como si su sistema le avisara que algo iba a salir mal.

Empujó la puerta con fuerza al entrar, algo desesperada y chocó con alguien. Agridulce karma. En cuestión de segundos se encontró rodeada por unos brazos firmes pero gentiles, un cálido aliento preguntando si ella se encontraba bien, y al alzar la mirada y encontrarse con esos ojos verdes su corazón le dio un vuelvo en el pecho.

Ella parpadeó varias veces, atontada. Luego se soltó del agarre de Adrien y murmuró un débil "estoy bien, gracias" y fue a sentarse a su lugar.

ㅡHey, Marinette ㅡla saludó Nino con una sonrisa al pasar.

ㅡHola, Nino ㅡle dijo ella, dedicándole un pequeño asentimiento.

Adrien la miró una vez más antes de salir de allí. Lo mejor era que siguiera con sus planes.  Había ido a buscar a Madame Bustier, aún no había llegado a clase y eso tenía nervioso a varios de sus compañeros. Llegó a la oficina del edificio. Allí, había una señora regordeta que estaba muy concentrada escuchando Non, je ne regrette rien de Edith Piaf mientras atacaba una bolsa de frituras de queso. Al ver al joven tiró la bolsa a un lado, ocasionando que la mitad de su contenido se esparciera en el suelo.

ㅡSeñor Agreste ㅡdijo ella, sonando atragantada.

Adrien no estaba acostumbrado a eso, normalmente le decían "joven" en lugar de "señor".

ㅡUm, vine a saber si Madame Bustier se presentará hoy ㅡdijo él, mirando todo menos a la mujer.

ㅡNo lo sé, señor. Como sabrá, a diferencia de muchos maestros, Madame Bustier no reside en el centro, y según dicen las lluvias están muy fuertes en el centro de la ciudad. Quizás llegue más tarde o no lo logre, no ha llamado.

ㅡGracias.

Mientras Adrien se alejaba pudo escuchar el crujir de  la bolsa de frituras. Caminó unos segundos por los pasillos desiertos, escuchando el bullicio de los estudiantes inquietos en sus aulas, hasta que un fuerte trueno retumbó, ocasionando que Adrien sintiera escalofríos. Con paso rápido regresó a su aula. No vio mucho cambio.

Rose le hablaba a borbotones a Juleka sobre un tal príncipe, Chloé revisaba que su maquillaje estuviera impecable mientras Sabrina revisaba catálogos en línea, Nino tenía los cascos puestos, Alix, Kim y Max discutían airadamente sobre Dios sabrá qué. Lila estaba con la cara apoyada en la mesa... y Marinette igual. Ella no parecía encontrar emocionante los ligeros diálogos que le decía su mejor amiga, o el barullo alrededor. Parecía genuinamente en blanco. Le entraron profundas ganas de sentarse a su lado y preguntarle cuál era el problema, pasarle el brazo por los hombros y acercarla a él.

Pero Adrien sabía que él era el problema. Por eso le dolía tanto. Querer protegerla y estar haciéndole daño.

Se sentó al lado de Nino, tratando de ingeniarse de alguna forma como poder seguir viendo a Marinette . Podría entablar una conversación con Alya y sería excusa suficiente, pero estaba más que seguro de que la chica debería odiarlo a esas alturas.

¿Quién es Chat Noir? [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora