Reencuentro

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-Bueno Gray... Ya estás aqui... -susurró para si mismo mientras miraba el gran edificio que había delante suya- Tu puedes... No es nada...

Entró por la puerta doble de cristal y un frio le hizo temblar y sonreir, y es que la pasión del azabache, era el frio hielo.

Una gran pista de hielo cubría casi toda la inmensidad del suelo del gran edificio, y alrededor de esta, habían puestos de comida, baños públicos, baños para los patinadores y gradas.

-¡Venga, espabilad! -gritaba una azabache en el hielo a una parejita de patinadores- ¡Idiota, como no la agarres fuerte se va a caer el la primera pirueta!

-P-perdone... -se acercó Gray algo asustado con tanto grito- es aquí donde dan clases de patinaje artístico sobre hielo, ¿No?

La mujer se acercó patinando hasta quedar enfrente de Gray y lo analizó con la mirada.

-Si, ¿Tu quien eres?

-Soy Gray Fullbuster, tengo 18 años y he venido porque estoy interesado en aprender a patinar sobre el hielo.

Lo miró a los ojos un rato poniéndolo nervioso y luego le sonrió y le dio la mano.

-Ul, Ul Milkovich, soy la entrenadora.

-Encantado señora Milkovich... -le estrechó la mano y ésta le mandó una mirada furtiva.

-¿Señora? ¿Me ves con cara de vieja, eh? -le apretó la mano.

-N-no no, yo solo quería... -habló asustado y con una voz casi en susurro.

La mujer se rió y le dio una palmada en el hombro.

-Tranquilo, era broma, no te acojones. Puedes llamarme Ul san.

Al azabache le dio un tic en el ojo y la miró enfrentandola.

-Está bien, "Ul" -le dijo sin miedo alguno.

-Vaya... Tienes agallas ¿eh? -lo giró y le dio un cachete en el culo y Gray dio un respingo- Pues para chula yo, guapo. Ves esa estantería de ahí, busca tu número, te quiero en 3 minutos en la pista.

-P-pero...

-Nada de peros, date prisa -se giró y miró a la pareja la cual estaba entrenando- ¡A ver tortolitos, dejar de hacer las gambas y poneros a patinar como se debe!

Gray se acercó a la estantería de la recepción y se colocó en los pies su número de calzado.

-Me voy a ostiar y lo se...

Se acercó a la pista torpemente y al pisar con un pie el hielo pegó un resbalón del cual se salvó agarrándose a la baranda.

-No... Si ya sabía yo que me voy a escoñar...

Ul se acercó riendo y lo ayudó a entrar.

-Tranquilizate, siente el frio, siente el hielo bajo tus pies...

-Lo que siento es la premonición de mi cara contra el suelo.

Le dio un calvote cariñoso en el cogote y siguió riendo mientras se acercaban a los otros dos patinadores.

-Chicos, os presento a...

-¿Gray sama...?

-¡Juvia!

¿Amor o Capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora