Pensamiento

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Un nuevo dia empezó, el sol comenzaba a salir y Natsu, dormía profundamente en su cama en una postura muy extraña, un pie fuera, casi toda la sabana en el suelo, la almohada ladeada, una mano en su pecho... Y lo más normal del mundo, con un gato en la cara.

Bip bip bip

Sonó la alarma del despertador pero no hubo respuesta del "Bello durmiente"

Pi pi, pi pi...

Sonaba 3 minutos mas tarde, la alarma de su móvil, pero lo único que hizo fue moverse un poco y taparse con la sábana.
Happy se desperezó pero se acostó en plancha de nuevo en la cara del Dragneel.

Riiiiiiiiiin, riiiiiiiiiiin...

Sonó 5 minutos mas tarde, el tono de llamada de su móvil.

-¡Me voy a cagar en la leche ya! -se despertó de sopetón y Happy salió corriendo con la cola hecha un plumero tan rápido que parecía que se daba patadas a si mismo en el culo.

Natsu cogió el teléfono cabreado.

-¿¡QUIEN OSA DESPERTAR AL GRAN Y PODEROSO NATSU DRAGNEEL, UN DOMINGO POR LA MAÑANA!?

-¡TU PRIMA LA DE CUENCA! ¡BAJA YA QUE TE ESTOY ESPERANDO EN LA PUERTA COJONES! ¡Y NO ES DOMINGO IMBÉCIL, ES MARTES!

-¿Gray? -miró el reloj del móvil y se dio cuenta, era martes por la mañana y ya llegaba tarde de nuevo.

-¡No, ya te dije que soy tu prima la de Cuenca! ¡Pues claro que soy Gray!

Natsu salió corriendo de la cama, se vistió como una bala y de nuevo, la chaquetita de cuero del revés.

-Fuck... -se la puso bien, en tanto, Happy lo miraba delante de su cuenco vacío.

-¡Voy Happy! -le echó pienso de gato pero parte cayó fuera- ¡Perdona!

Se preparó una tostada, se la puso en la boca, cogió su mochila y salió de casa.

-¡De nuevo llegamos tarde por tu culpa!

Se colocaron rápidos el monopatín bajo los pies y fueron dirección a Fairy Tail.

-¡No te estreses princesa de hielo!

Gray lo miró con desgana y le dio un pequeño empujón, tirandolo del monopatín y Gray siguió su camino como si no hubiese pasado nada.

Auch, Gray! -se sobó el culo.

-¿Te ayudo Natsu?

Natsu se giró palido y ahí estaba, Gajeel Redfox.

-¿Has dicho... Ayudarme...?

Gajeel lo miró molesto.

-¿Que acaso no puedo? ¡Tch...!

Se marchó con las manos en los bolsillos.

-¿Gajeel, ayudarme...?

.
-0-
.

Gajeel caminaba hacia la clase cuando una mano le tocó el hombro.

-Hey Gajeel.

-Hola Fernández...

-Llámame Jellal -le sonrió y Gajeel le devolvió la sonrisa, y es que a Gajeel nadie se le acercaba por miedo, ya que el chico era robusto y alto, imponía, pero se sintió aliviado de ver como por primera vez, alguien le sonreía sin ningún miedo, aparte de Juvia.

¿Amor o Capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora