¿Amor o Capricho?

Reviviendo el Recuerdo: El Accidente

Irene se acercó a la puerta de su casa y la abrió dispuesta a salir a trabajar mientras su marido le daba el maletín que debía llevar al trabajo y besó a su mujer en los labios.

-Relajate Irene, ves tranquila a trabajar, yo me ocuparé de Erza.

-Esta bien... -giró el pomo de la puerta y miró de nuevo a su marido.

-Irene, de verdad, no te preocupes de nada, hoy no irá al colegio, podrá descansar y relajarse de todo lo que ocurrió ayer...

Irene apretó un poco el pomo en su mano, cosa que no pasó desapercibida por el hombre, y sonrió un poco mientras escondía su cara en su flequillo.

-Me voy... -abrió la puerta y salió decidida, pero no caminó mucho ya que su marido la agarró por la muñeca y tiró un poco de ella.

-No hagas ninguna estupidez.

-¿Como, de que hablas?

-Te conozco demasiado, se en que estas pensando, por favor, no cometas ninguna estupidez...

-Pero...

-Tan solo te pido... Que seas cautelosa... -le sonrió tiernamente e Irene quedó mirandolo embobada hasta que decidió acercarse para besarlo de nuevo.

-Esta bien... Lo seré -apoyó su frente en la de él y le acarició la mejilla.

Se separó de él, metió la mano al bolsillo de su pantalon y sacó una pinza del pelo de Erza, la acarició y montó al coche, arrancó y salió del jardín hacia la carretera.

Su marido suspiró, miró el amanecer escarlata que empezaba ya a aparecer en el cielo y entró a su casa para ponerse a empezar a pintar uno de sus cuadros antes de despertar a Erza.

Miró su reloj, las 9:20 am, y vió un cartel a orillas de la carretera, "Orfanato, Torre del Paraíso". Siguió esa carretera y aparcó no muy lejos del recinto del orfanato, sacó unas deportivas del maletero y se las puso en lugar de sus tacones de aguja. Luego sacó una chaqueta de deporte y la intercambió con su chaqueta de traje.

-Bueno... Ayá vamos... -cerró el coche y caminó por la acera hasta la esquina del orfanato- Sería mejor no entrar por la entrada principal..

Miró hacia el lado y siguió un camino de tierra entre el muro del orfanato y el bosque.

«Si quiero saber sobre Jellal, he de ser precavida, tal vez encuentre a los niños de hace dos días..»

El muro acabó y comenzó una verja metalica medio oxida y con agujeros. Se escondió tras el muro y se asomó al jardín disimuladamente.
Era un jardín sin maleza alguna pero el parque que había en él estaba en mal estado, ademas, había un campo de arena, un pequeño jardín con verduras y  un manzano.

-No veo ni a Jellal ni a los demás... -dijo en susurro mientras analizaba las caras de los niños que jugaban por el jardín- Quizás esten dentro... -suspiró y se dispuso a irse por donde vino cuando de pronto escuchó la voz de una niña que la llamaba, miró a lo alto del muro y vió a Milliana, la niña que llevó a Jellal el dia anterior a su casa.

-¿Que hace usted aqui?

Irene fue a llamarla por el nombre y se dió cuenta de que ni siquiera lo sabía, la niña se dio cuenta de ello y sonrió levemente.

-Milliana.

-G-gracias... M-Milliana, ¿Como está Jellal? ¿Donde está? ¿Puedo verle?