Rosemary y la leyenda de la Luna Azul

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El viaje a Rosemary se me hizo de lo mas agradable...
Se nos había hecho de noche por el camino, pero no por eso estaba mas nerviosa por, ¿Donde dormiriamos?, ¿Quedará mucho para llegar?, la verdad, no me importaba, el estar junto a Jellal me daba una tranquilidad que nunca había sentido con otra persona.
El aire fresco de la noche, rozaba mis mejillas en suaves caricias y me mantenían despierta, abrazada a Jellal, que estaba muy concentrado conduciendo, pero no por eso dejaba de darme conversación.
Esa noche no había estrellas en el cielo y muy pocas veces nos cruzabamos con algún coche en la carretera, eso hacía que todo estuviese mas oscuro de lo habitual, ya que los árboles de nuestro alrededor, tapaban la poca luz que pudiese llegarnos de la luna, por eso, Jellal llegó a pasar mucho tiempo en silencio, concentrado en ver lo que iluminaba "Grand Chariot".
Finalmente, dejamos la carretera de dos sentidos y nos adentremos por una carretera de un solo sentido, 10 minutos mas tarde, ya veíamos luz en el valle entre dos montañas, era Rosemary.
El olor a pino me llegó de pleno casi mareandome y me agarré mas fuerte a Jellal, que me acarició la mano al notarlo, ese olor me traía recuerdos... Pero... Eran recuerdos borrosos que a penas podía recordar a ciencia cierta.

-¿Estas bien?

-Si...

-Tranquila, llegaremos en otros 10 minutos, allí ya podremos descansar y dormir.

Asentí ante sus palabras y noté como Jellal volvía la mano hacia el manillar.
Quise descansar los ojos por un momento, asi que me acomodé de forma segura en su espalda y cerré los ojos levemente, Jellal disminuyó la velocidad y el camino se hizo aun mas tranquilo que antes, pero no pude ver mucho del camino, ya que el vaivén de la moto ante las numerosas curvas, me empezaba a dormir.

-Erza, no te duermas, ya estamos llegando...

Me habló suave, pero suficientemente alto como para despertar, y justo cuando abrí los ojos, admiré el paisaje que había ante mí. Un lago al fondo del valle era iluminado por alguna que otra casita de madera y un poco mas arriba, se veía Rosemary, la pequeña ciudad de montaña.

Finalmente entramos en la ciudad, la cual estaba muy tranquila debido a la hora que era, pero como si Jellal se conociese la ciudad como la palma de su mano, en un momento aparcamos delante de un pequeño hostal muy acogedor, un poco apartado de Rosemary. Entramos en él y Jellal pidió dos habitaciones y en poco tiempo, Jellal se acercó a mi, que estaba sentada en el hall con las mochilas, me mostró una sola llave y me dijo en un susurro, levemente sonrojado y mirando hacia el lado.

-Solo hay una habitación en el segundo piso, las demás están ocupadas por turistas.

Erza se sonrojó levemente y negó con la cabeza tras ponerse en pie y recoger las mochilas sonriendo.

-No importa, podemos dormir perfectamente en la misma.

Jellal enrojeció más con cara de sorpresa y siguió a Erza por las escaleras hacia la habitación.

-¿Que no te da miedo...?

-¿El que?

-Dormir en la misma habitación que un chico.

-No, ¿Debería? -lo miró sonriendo tiernamente y Jellal tuvo que desviar la mirada.

-No lo se...

Jellal cargó las mochilas mientras Erza abría la puerta de la habitación y cuando esta lo estuvo, Jellal dejó las mochilas en un sofá que había delante de una pequeña televisión antigua.

-Parece que no se modernizaron mucho aquí -rió Erza y Jellal esbozó una sonrisa mientas enchufaba algunas lámparas.

-Este lugar es para relajarse y alejarse de la sociedad moderna, pero aun asi, la mayoria de las casas de la ciudad tienen WiFi.

¿Amor o Capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora