Comisaría

203 26 13
                                    

Sorbió de su granizado una mujer vestida con pantalones blancos, camisa blanca, sombrero un poco ladeado  también de color blanco, gafas de sol y tacones de aguja.
El chico a su lado, vestido mas informal que ella, vaqueros, camisa blanca y chaqueta grisacea, miraba en la misma dirección que ella, la comisaría de policía donde retenían a Jellal.

-Señorita, ¿Cree que lo que nos pidió Simón está bien...? Es decir... Creo que estamos haciendo muy mal en espiar al Fernández.

-No te pago para que pienses, si no para que actúes y me ayudes con las investigaciones que nos mandan, además... -se inclinó la mujer en la mesa exterior del restaurante, en la que se encontraban, y lo miró por sobre las gafas de sol- No es la primera vez que hacemos un "trabajillo" de estos.

-Ya lo se... Pero no se... No me encuentro bien la verdad. Serán paranoias mías, no me haga caso.

Ambos se sorprendieron al ver aparcar a unos metros de la comisaría el coche de Mirajane.

-¿Mirajane...?

Del asiento del piloto se bajó la pelirroja, se colgó el bolso y cerró con llave el coche.

-No, ¡Es Erza! -miraron con atención como caminaba hacia la comisaría, se paró en la entrada, se peinó un poco y entró.

-Vaya vaya... Con que es por eso por lo que Simón quiere que espiemos a Jellal... Sospecha de que Erza se está viendo con este... -rió la mujer.

-Pues al parecer eso parece, porque vino a sacarlo, porque no creo que venga de visita.

-Simón, Simón... ¿Te está arrebatando un "lobito" a tu "gatita"...?

.
-0-
.

Algo en su pecho le hacía estar muy nerviosa.
Aparcó a varios metros de la comisaría y bajó del coche tras agarrar su bolso.
comenzó a caminar hacia el edificio.

«Erza, estáte tranquila, solo viniste a sacarle... ¿Y si me pregunta que qué hago aqui? ¿Que como me enteré? ¡Como le respondo!
Erza, Erza... Tu controlarte y hablale con normalidad, como hacías unos dias atrás, punto.
¿Por que me siento asi? Es Jellal, el idiota de Jellal. ¿¡POR QUE ESTOY TAN NERVIOSA!?»

Paró delante de la puerta, se miró en el reflejo y se peinó un poco el flequillo.
Suspiró por las tonterías que estaba haciendo y entró.

-¡Quiero mi moviiiiiiiiiiiil!

-¡Que te calles de una vez, ya te dije que no!

Erza se adentró y se fue acercando hacia las voces ya que una de ellas era del sujeto al que buscaba.
Llegó a una salita en el cual había un guardia en un escritorio, otro en la puerta por la que ella entró y varios sujetos en una celda, entre ellos, un peliazul tumbado boca arriba en un banco.

-¡Quiero mi moviiiiiiiiiil! -volvió a decir de forma desganada y adormilada mientras zarandeaba el brazo que le colgaba fuera del banco lentamente, el otro brazo lo tenía tapándose los ojos.

-¡Que ya te dije que no, hostia ya! ¡Que pesado, no se me paga para aguantaros! ¿Sabes?

-¿Entonces para que eres guardia, para tocarte los cojones mientras te tomas un cafetito, mirando el futbol en ese caja a la que llamas "Tele"?

-¡Se acabó, necesito cruzarle la cara a ese niñato! -se levantó del escritorio en busca del chico en la celda, el cual solo sonrió mientras oía como lo calmaban y sentaban de nuevo otros guardias.

¿Amor o Capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora