El estruendoso sonido del tronco derribado, que cedió ante la fuerza del vampiro, resonó en todo el bosque. Las aves que estaban en la zona se dispersaron al igual que otros animales de mediano tamaño. El silencio se hizo nuevamente entre la vegetación mientras los amantes permanecían ajenos a lo que sucedía a su alrededor.
Edward la acomodó mejor sobre la cazadora extendida en el suelo y se dejó llevar por la excitación en cada embestida. Macy disfrutó del placer que recibía mientras se aferraba a él y gemía, totalmente en descontrol, hasta que su cuerpo alcanzó la cima del éxtasis en una deliciosa sacudida.
Mientras se recuperaba del orgasmo, Macy apartó la cabeza hacia un costado y su mirada quedó perdida en el árbol acostado a un metro de ellos. La joven soltó una risita cuando se percató de que el tronco en el que Edward la había apoyado en un primer momento se encontraba derribado. No había oído nada más a parte de los gruñidos y gemidos de placer que provenían de ellos. Pero su diversión duró apenas un segundo ya que, al siguiente, la boca de Edward se apoderó de la suya.
Entonces Macy decidió hacer un cambio de roles. Lo hizo rodar y se colocó a horcajadas sobre él para tomar el control en esa vuelta.
Los orgasmos solían dejar el cuerpo humano en un estado de languidez y profundo cansancio. Para Macy, éstos tenían un efecto diferente. En lugar de robarle las fuerzas, parecían renovarla y cargarla de energía para continuar. Por supuesto, eso lo había descubierto gracias a Edward ya que él había sido su primer amante y el único hasta ese momento.
La noche del sábado, en la habitación de Macy, había resultado en la primera experiencia sexual para ambos y no se habían detenido precisamente por su falta de conocimiento en el tema. Por el contrario, con sus cuerpos deseosos de unirse y una pasión demoledora, fueron explorando sus cuerpos y aprendiendo sobre los gustos del otro. Y los dos habían quedado tan maravillados con los resultados que lo repitieron tantas veces como fuera posible hasta la interrupción de Vivian al medio día.
Ese mismo deseo desenfrenado, que los llevó a su primera noche juntos, los asaltó en medio del bosque, antes de que iniciara la discusión que, una vez más, quedaría pendiente.
—Macy... Alguien se acerca —murmuró Edward, todavía afectado por la última explosión de placer.
—¿Es uno de ustedes? —preguntó Macy al levantar la cabeza para mirarlo y por la expresión de Edward supo que se había ido de boca, casi, ya que trató de arreglarlo—. ¿Es uno de tus hermanos?
—No. Me temo que son adolescentes que están explorando.
Se apresuraron a vestirse en un completo silencio y Macy se percató de que Edward la observaba con supuesta discreción.
—No puedes causarme ningún daño físico, Edward —Le dijo para que dejara de mirarla con preocupación—. Preocúpate por distraer a los muchachos mientras yo salgo de aquí.
—Está bien.
—Espera. Dame las llaves de tu auto.
Edward metió la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón y quitó la llave. Se la colocó en la palma de la mano antes de desaparecer en un destello borroso que provocó que Macy sonriera. La predisposición de Edward le había ahorrado tener que llevarse prestado el Volvo. Condujo a la máxima velocidad permitida en dirección contraria a su piso, más precisamente hacia First Beach. Para cuando llegó a la playa, el sol ya se había metido y las estrellas pintaban parte del cielo.
¡Lo había hecho de nuevo! Sucumbió a la atracción sexual que Edward despertaba en ella. Y cada vez que lo hacía, se sorprendía a sí misma por la rendición total con que era capaz de entregarse. Tal vez esa respuesta se debía al mecanismo que tenía Edward para atraer a su presa, aunque las otras adolescentes no parecían tirarse a sus brazos.
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EN TUS DOMINIOS 《Fanfic Crepúsculo +18》©
Fanfic(Finalizada/En corrección) Para Edward Cullen sus días en Forks solamente podían describirse como aburridos y eso estaba a punto de cambiar. Macy Steven había heredado un colgante poderoso y, al desear poder conocer el futuro, terminó apareciendo de...