El ensayo de la orquesta de cámara terminó cinco minutos tarde. Vivian se despidió de sus compañeros, guardó el clarinete en su caja y se encaminó hacia su casillero.
—Macy, lamento la demora.
—Oh, no te preocupes —contestó Macy al apartar la mirada del libro que tenía en el regazo—. Estaba entretenida leyendo. ¿Ya están listos para el concierto de la siguiente semana?
—Sí, estoy ansiosa por que llegue el día —Vivian se echó a reír—. No se hubieran pedido tantas entradas si no te hubieras encargado de hacer la invitación.
—La popularidad puede usarse para el bien, ya te lo había dicho. Solamente hace falta sutileza.
De camino al estacionamiento, se cruzaron con otros estudiantes que estaban saliendo de las clases extracurriculares. Macy se llevó parte de las miradas curiosas y se limitó a sonreír. La camiseta verde que llevaba puesta con la leyenda «No salgo con Edward Cullen» había sido un éxito ya que atrajo la atención de todos sus compañeros y no volvieron a preguntarle por Edward.
—¡Qué día! —exclamó Vivian al poner en marcha su vehículo—. Ha sido bastante divertido. ¿Cómo lo tomó Edward?
—Tiene un gran sentido del humor.
—¿Entonces están bien? No quería que las cosas entre ustedes se pusieran incómodas.
—Estamos bien. Nada ha cambiado.
Un par de minutos después de que Vivian la hubiera dejado en la casa de los Thompson, Edward la recogió en su lujoso vehículo. Para esa tarde habían acordado ir a Port Angeles a hacer las primeras compras navideñas, pero las bajas temperaturas después de la nevada de esa mañana inspiraron un cambio de planes.
—Tengo una sorpresa para ti —anunció Edward al regresar de la cocina.
Macy dejó el atizador junto a la chimenea y se volteó hacia el inmortal mientras cubría su cuerpo con un cobertor. Lo primero que llamó su atención fue el torso pálido y marcado de Edward. Se había vuelto a poner sus jeans y tenía el cabello despeinado. Entonces se obligó a dejar de mirarlo embobada y fijó su atención en lo que él llevaba en las manos. En la izquierda sostenía una botella de vino descorchada y en la otra había una copa de vidrio.
—¿Es...? ¿Cómo?
—El envío desde Francia no ha sido efectivo. Pensaba dártelo por Acción de Gracias, después de que regresaras de la casa de Vivian, pero el pedido se retrasó una semana.
Macy tomó la botella y acarició la etiqueta. Recordó las veces que brindó con su madre por los pequeños triunfos. Con la misma marca y del mismo año. El viñedo que producía aquella marca abastecía solamente al mercado francés y no había trascendido lo suficiente. Por ello, Macy jamás se hubiera imaginado que encontraría ese vino allí. O que Edward lograría encontrar una botella para obsequiársela.
—Me pareció que acompañaría bien el último cheque que recibiste —añadió Edward al servir el líquido rojizo bajo su atenta mirada.
Macy volvió a sentarse frente a la chimenea y tomó la copa de vino que le cedió Edward después de darle un beso corto en los labios. Edward se sentó frente a ella y estiró las piernas.
—Definitivamente esto es lo tuyo —declaró la joven mirando al vampiro a través del cristal de la copa—. Aunque se acostumbra compartir la cena primero y luego va la parte de la seducción.
—No creí que te importara —contestó besándola en las mejillas con lentitud. La joven cerró los ojos y la copa en su mano se tambaleó—. No nos hemos guiado por el orden convencional en ningún momento.
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EN TUS DOMINIOS 《Fanfic Crepúsculo +18》©
Fiksi Penggemar(Finalizada/En corrección) Para Edward Cullen sus días en Forks solamente podían describirse como aburridos y eso estaba a punto de cambiar. Macy Steven había heredado un colgante poderoso y, al desear poder conocer el futuro, terminó apareciendo de...